La Marca

Capítulo 32

Kyle se sentó junto a Kira, en uno de los asientos traseros de la aeronave. La morena estaba apoyada en su asiento, observando el ala cortante del avión con aire distante.

- ¿Sigues enfadada conmigo? -. Kira ni se inmutó, se limitó a encogerse de hombros y siguió mirando con aire distante. - Está bien, ya te dejo, no hace falta que me pegues -. Refunfuñó Kyle mientras se levantaba de su asiento decidido a irse a la cabina de pilotos.

- Kyle -. Lo llamó ella en un hilo de voz. El chico volvió a sentarse y buscó el contacto de sus ojos. Los ojos de Kira, al igual que los de Kaya, era de un verde tan intenso que o te perdías en ellos hipnotizado, o salías corriendo de lo que imponían, sin embargo Kira no le devolvió la mirada, sino que siguió con la vista clavada en la pequeña ventanilla.

- ¿Y si morimos allí?

- Pues nos morimos y ya. No creo que pase mucho más. Quizá haya alguien que nos llore, y quizá busquen nuestros cadáveres, pero no pasará mucho más. ¿Por qué lo preguntas?

El silencio incómodo se fue abriendo poco a poco entre ambos, como afiladas cuchillas cortando el aire, y Kyle temió haber dicho algo que pudiera molestarla, quizá había sido muy bruto al hablar, pero sabía que Kira no era de las que preferían vivir en su mundo perfecto, era de las chicas a las que les gustaba saber donde se metían en cada momento.

- ¿En qué piensas? -. Preguntó el chico en su último intento por salvar la situación.

- Pienso en que... En que si muero hoy, si muero allí, no habré vivido. Quiero decir... Nosotros nunca tendremos una vida normal, no hemos crecido como otro niño cualquiera, y no tenemos la misma responsabilidad que ellos. Me he pasado cuatro años de mi vida rodeada de científicos que me prometían que todo saldría bien mientras conectaban mi cuerpo a miles de máquinas.

- ¿A dónde quieres llegar?

Esta vez, la chica si que le devolvió la mirada y los ojos de Kyle se encontraron con un verde esmeralda lloroso.

- A que si me muero hoy, no habré vivido, no sabré lo que es sentirse viva.

- ¿Qué es para ti sentirse viva?

- Sentirme viva, Kyle. Sentir que puedo tocar y ver, que puedo oler y oír, sentirme querida, no ser sólo un cerebro, no ser sólo cálculos y matemáticas, ser... Algo más, ser una adolescente tonta como cualquiera.

- Siempre serás una adolescente tonta como cualquiera, Kira -. Kyle titubeó antes de colocar un mechón de su pelo detrás de su oreja y Kira no pudo evitar sonreír.

- Gracias Kyle, en verdad no eres tan tonto como el mundo se piensa que eres.

Kira le sacó la lengua divertida y Kyle quiso protestar, pero en ese momento, el avión dio un brusco giro, haciendo que ambos cayeran al suelo.

- ¡Objeto volador no identificado! -. Bramó una voz masculina. - ¡Procedemos a ofensiva B-7!

En dos segundos, el pasillo del avión se convirtió en un auténtico caos, los soldados desfilaban por él, gritándose órdenes mutuamente, dominando el pánico. Kyle se incorporó y buscó a Kira con la mirada. La chica se apretaba la frente con fuerza. En un principio parecía estar bien, fue entonces cuando se fijó en la mancha roja que se le extendía por la palma de la mano. Sangre. Los ojos de Kyle se alarmaron casi de inmediato, y eso, la chica lo percibió, así que lo miró de tal forma para que comprendiera que se encontraba bien, que no era un corte profundo.

- ¡Kyle! ¡Mueve tu maldito culo hasta la cabina que estamos en medio de un ataque aéreo! -. Le gritó desde la cabina la potente voz de Paul. Kyle se acercó corriendo, o tambaleándose a causa de las constantes sacudidas del avión, mejor dicho, hasta la cabina. - ¡Corre topo, pide socorro por el puto walkie-talkie!