Capítulo 12

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Los dos hermanos permanecieron en silencio. Lara necesitaba asimilar muchas cosas, en los últimos minutos, su vida había dado un cambio radical.

- Entonces… ¿vosotros sois como una especie de rebeldes que van en contra del Gobierno?

- Umm… Mas o menos, sí. Intentamos revivir la raza humana, ya sabes, reproduciendonos y esas cosas, algún día tendremos que hablar tu y yo sobre eso -. Luca soltó una carcajada al ver lo roja que se había puesto su hermana.

- ¿Qué? Ya eres lo suficiente mayor ¿no? -. Preguntó él. - ¿Algun noviete del que deba preocuparme?

- ¡Luca!

- Vamos Lara, ¿te gusta alguien? Mis informantes te han visto con cierto chico de ojos marrones…

- Aquí todos tienen los ojos marrones, querido hermano.

- Touché. Pero sabes a quien me refiero, ¿no es así?

- Kyle no es ni mi amigo. ¿Podemos volver al tema sobre los aliens raros?

- Vamos Lara, ¡sólo pretendía hacer de hermano!

 

Lara le estaba dándole vueltas a su sopa de melón cuando una voz le susurró en su oído.

- Hola rubia, ¿está libre el sitio?

- No, espero a alguien con más de dos neuronas en su cerebro -. Le espetó Lara mientras apartaba su cara de los labios de su visita. - Y ahora si no te importa, prefiero comer sin tu hedor a gilipollas en el aire, gracias.

- ¿Te gusta? Eau de subnormal -. Kyle se sentó justo a su lado, sonriendo, como siempre. Lara se apartó un metro de él.

- ¿Qué parte de “aparta tu trasero de mi mesa” no has entendido?

- Técnicamente nunca has pronunciado esas palabras.

- Acabo de hacerlo -. Y una sonrisa de suficiencia apareció en la cara de Lara. Este chico la ponía muy nerviosa.

- Bueno… ¿qué te cuentas?

- Vamos a ver, me he enterado de que soy medio alienígena, mi hermano es el tal “Jefe”, lo que me convertiría en una especie de enchufada, eso explicaría porqué tengo toda la comida pagada, estoy en algún sitio llamado Barcelona y tengo a un mandril a menos de un metro de mi sopa, en resumen, un día magnífico.

- Con sentido del humor, como a mi me gustan -. Kyle le guiñó un ojo que hizo que las tripas de Lara se retorciesen.

- Ya no tengo apetito. Algo me ha hecho perderlo -. Explicó Lara mientras se levantaba. - Te diría donde puedes encontrarme, pero no quiero que me encuentres.

- Espera, espera -. La mano de Kyle se le enroscó en el antebrazo de Lara, sin apretar, como si el chico supiera que iba a quedarse de todos modo. - Tengo algo que puede gustarte.

- ¿Qué me puede gustar más que tener contacto directo contigo? -. Le espetó Lara con una falsa sonrisa.

- Mi compañía a jornada completa, claro está. El problema es que yo no quiero estar contigo ni la mitad de tiempo que tu deseas estar conmigo.

- Oh, dioses, ¿qué voy a hacer si mi amor por ti no es correspondido? -. Lara suspiró sonoramente mientras se llevaba la mano a la cabeza fingiendo un desmayo dramáticamente.

- Si te caes no pienso recogerte.

- Gracias. Muy amable. ¿Ahora me vas a decir que quieres de mi o espero a que te pudras?

- No hace falta llegar a pudrirnos. Quiero mi libro.

- Qué pesado estás con el libro de las narices eh. Están en objetos perdidos -. Kyle sonrió lo que le provocó una arcada a Lara.

- ¿A qué esperamos?

 

Quince minutos después, Lara y su supuesto amigo estaban en la sala de objetos perdidos, con un gran libro de tapas negras con estrellas doradas.

- Según he oído, existen siete ejemplares de estos diarios. Los siete humanos que sobrevivieron a la primera erradicación. Tú tienes tres, los otros siete se supone que están perdidos.

- ¿Pero qué pintamos nosotros en todo esto? -. A Lara cada vez le dolía más la cabeza. Todo este asunto de los paleas le podía. No entendía qué pintaba ella en todo esto, sólo quería volver a casa y dormir, que la dejaran en paz.

- Siete libros, siete chicos que crecen, y cuando los chicos y las chicas crecen… -. Kyle observó a Lara detenidamente pero se dió cuenta de que la chica no lo pillaba. - ¡Por el amor de Dios Lara! ¿Es que nadie te ha hablado nunca de dónde vienen los niños?

- Ah, ¿es que no vienen de Paris? -. Bromeó Lara. - Entonces, nosotros somos descendientes de ellos ¿no?

- Depende, tu por ejemplo no, según tengo entendido tus padres son paleas, lo curioso es que de dos genes paleas habéis nacido dos con gen dominante humano, lo cual, y aunque no me guste aceptarlo, te hace especial.

- Pero Liam tiene los ojos azules. No es lógico.

- ¿Por qué te crees que está todo el mundo detrás de ti? Cuando te vi la primera vez supe que eras especial, que no eras uno de ellos. Llevo desde los quince sabiendo todo este rollo de los aliens, guapa. No me mires asi. Oí a mis padres hablar sobre eso. Mi padre forma parte del Consejo ¿sabes? Uno se acaba enterando de ciertas cosas. El caso es que me alegré mucho de que no fueras como ellos.

Lara quería preguntar el porqué de su felicidad al descubrir que no tenía los preciosos ojos de su madre pero Kyle ya había abierto el libro y empezaba a leer en voz alta.

- “Aria me ha dicho que escribiera mis memorias en este libro. No entiendo cual puede ser su finalidad, al fin y al cabo vamos a morir todos dentro de poco. Nos ha dado normas, ella es la líder, nadie la ha reconocido como líder, pero simplemente lo es. Y me gusta que sea ella. Nos consigue comida y un techo, a veces nos trae chocolate o ropa de más abrigo, ayer mismo, nos trajo naranjas. Me siento como un estúpido hablándole a un trozo de papel. Antes solía reírme de mi hermana por escribir un diario, nunca pensé que yo también escribiría mi historia en uno. Me llamo Jake Digo y según Aria, soy peligroso y por eso debo escapar. Dice que tener los ojos marrones es sentencia de muerte y por eso estamos emigrando…”

- Espera, espera -. Lo cortó Lara. - ¿Has dicho Digo? ¿Jake Digo? ¿Ese no es tu apellido?

- ¡Ding, ding, ding! ¡Premio para la señorita! Es mi libro ¿recuerdas? Es mi familia. Este chico quizá era mi bisabuelo por parte de madre. Mamá era humana.

- ¿Era?

- Murió. Cuando venía hacia aquí, papá la traicionó y le dieron caza. No llegó al complejo. No me mires así, la gente se muere, las guerras son así. Ahora sigamos.

- Lo siento… -. Pero Kyle no le hizo caso porque su historia seguía.

- “... y por eso estamos emigrando hacia alguna parte. Nos hemos colado de polizones en el primer barco que zarpaba de Quebec, Canadá hacia Portugal, o eso creo, no estamos seguros de su verdadero rumbo. Papá y mamá se quedaron en casa y a mi me obligaron a salir. Me dijeron que preguntase por una base llamada Proyecto XII cuando llegase a las costas españolas. Hasta que encontré a Aria, no me deja usar su nombre real, dice que es peligroso, según ella ahora se llama Juno pero yo siempre la llamaré Aria. La encontré tiritando dentro de una cañería junto al puerto. Me contó que sus padre la había encerrado en el sótano y que pasó allí dos semanas. Sus padres no volvieron a por ella así que decidió ir a buscarlos. Viaja intentando encontrarlos. Le hablé de mi plan para llegar a la base y pensamos que quizá estuvieran allí. Me siguió y desde entonces no hemos dejado de correr. Encontramos a otra chica, se llama Poly y tendrá unos 8 años. Su historia no es distinta a la nuestra. Juntos sobrevivimos, somos una familia, bailamos con la muerte, y escapamos. Nos hemos convertido en sombras fundidas entre las sombras. Ya no somos nadie, simplemente tenemos los ojos marrones”.

Kyle se calló de repente y miró a Lara. Nadie dijo nada.

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