Parecía que sólo dormía, parecía que estuviera soñando y que en cualquier momento abriría los ojos y le diría lo feliz que era al tener a Toni con ella. Seguía pareciendo frágil, su piel pálida era más blanca aún y sus labios estaban rotos por su sequedad.
Aquella noche Lara no había podido conciliar el sueño y había estado contemplando los grandes jardines que se extendían bajo su ventana. La noche la había mantenido en vela. Hacía unos días que había empezado a tener pesadillas que la hacían viajar entre la vigilia y el horror. Una noche había soñado que iba corriendo, hacia ninguna parte, quizá escapando de algo y de repente se caía y no se volvía a levantar. Otras veces soñaba con mareas que poco a poco la ahogaban, o que la noche oscura y silenciosa la atrapaba. Esa noche, sin embargo, la noche le había privado directamente del sueño. A las primeras luces del alba decidió ir a la habitación de Lucy, a esperar a que ella despertase de su profundo sueño. Curioso cómo la vida nos brinda justo lo que detestamos. Lucy quería vivir, quería levantarse con las primeras luces del día y dormirse pasado el crepúsculo, deseaba pasar cada minuto de su corta vida con la persona que amaba, sonriendo, en cambio, el cruel destino la había sentenciado a un coma largo y profundo sin ese despertar anhelado. Lara, sin embargo, deseaba dormir y no despertarse. Muchas veces había intentado matarse sin mucho más resultado que unos cuantos moratones y cortes. Lo que más deseaba era desaparecer para siempre, no tener que pensar, no ver más a sus hermanos, ni a Kyle, ni a Toni, no quería volver a respirar y la vida le había arrebatado su único momento de paz, esas ocho horas en las que uno podía fingir que cerraba los ojos para no despertar nunca de esa realidad paralela que eran los sueños. Pero ya no tenía ni ese tiempo muerto, ahora su juego duraba veinticuatro horas seguidas. Estaba siendo egoísta, lo sabía, pero no podía hacer nada para salvar a Lucy. Ahora la observaba desde un sillón que había arrastrado hasta su camilla. Tomó su mano y suspiró. Estaba fría. Cerró los ojos en un profundo suspiro y vió a Toni derrumbarse por admitir que su pareja se moría. Se estremeció. Todo esto era un completo asco. Ahogó un grito de desesperación. Se sentía frustrada, inútil, un estorbo. Todos la miraban como si esperaran algo de ella. Su hermano era una de las piezas corazón de esta movida. El otro… no entendía muy bien su papel. Luca le había dicho que Liam era capaz de tener sentimientos, de ser amable, de querer, pero era igual de frío que un palea. Él tenía ese gen dominante, era uno de ellos. Sin embargo, podía reaccionar como un ser humano en algunas situaciones. Y después estaba ella… La carga de los tres. Siempre fue eso.
Le vino un recuerdo a la mente. Una maqueta de un avión de combate de la colección de Liam en el suelo. Lara la había tirado. Se le había caído cuando estaba quitando el polvo de la estantería. Liam la regañaba a pesar de el llanto de la niña. El chico estaba furioso, llevaba semanas trabajando en ella, y ahora estaba… rota. “¡Ojalá no hubieras nacido!” le chillaba. A Lara jamás se le olvidarían esas palabras, ni las siguientes. “¡Si tú no hubieras nacido, Luca no habría tenido que trabajar de policía para que mamá y papá pudieran pagar la hipoteca y él no habría muerto! ¡Tú mataste a Luca!”.
Lara se echó a llorar encima de la mano de Lucy. Qué egoísta que era. Lloraba por ella en vez de llorar por alguien que de verdad lo merecia.
- Lara. Lara, despierta.
Parpadeó tres veces antes de poder enfocar la visión. Kyle.
- ¡Hombre! ¡Pero si la bella durmiente ha despertado! Pensaba que iba a necesitar un beso pero ya veo que no lo necesitas. Aunque si quieres aún puedo dartelo… -. Kyle le sonrió burlonamente. Quería borrarle esa sonrisa de su cara. Odiaba esa sonrisa en su cara. Pero estaba demasiado dormida como para responderle algo ingenioso.
- ¡No me chilles! -. Le respondió medio adormilada.
- Vamos a ver, ¿qué se supone que estás haciendo aquí?
- Yo… sólo quería estar un rato con ella…
- Bueno, da igual. El caso es que tus deseos se han cumplido y no tendrás que volver nunca jamás a esa habitación tuya que tanto odias.
A Lara se le iluminó la cara de repente. Iba a volver a casa. No sabía porqué se emocionaba por aquella noticia, pero estaba contenta, por primera vez en días, sonrió.
- Alto ahi rubita, no te me emociones -. Le cortó el rollo Kyle. - A la niña mimada del edificio no pueden dejarla sola. Tienes que estar vigilada y por eso le han encargado a la persona a la que más quieres que cuide de ti. -Siguió el chico con sarcasmo.
- No jodas… -. La sonrisa que Lara había mantenido en su cara se le borró casi de inmediato.
- Exacto princesa, voy a tener que soportar tus ronquidos durante muuucho tiempo -. El chico le dedicó una de sus más irónicas sonrisas.
Lara volvió a enterrar la cabeza en la mano de Lucy. Menudo planazo.
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La Marca
Action¿Cómo te sentirías si al cumplir los 17 años te obligasen a cometer un asesinato? Cada noche, Lara, desde su ventana, oye disparos, gritos, miedo... Esta harta de esto, se siente fuera de lugar, no se quiere, planea quitarse la vida, pero, ¿qué es m...