Capítulo 8

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      Continuamos entrenando con Todoroki las siguientes tardes luego de aquel día. Al principio, no podía evitar sentir que estaba siendo injusta con él y aquello me incomodaba. Todoroki tampoco parecía estar plenamente cómodo conmigo, y la sensación de reconfortamiento que había sentido alguna vez había desaparecido casi por completo. Recordaba cómo Todoroki me había hablado bajo la lluvia, cuando le dije que quería mejorar, y cómo sus palabras me calmaron. Quería retroceder el tiempo hacia esos momentos, esos momentos en los que me sentí reconfortada por él.
      Había pasado poco más de una semana desde lo ocurrido. Con Todoroki comenzábamos a concentrarnos en entrenar otra vez, aunque él seguía sin mencionar mi Particularidad y sólo hacíamos combate cuerpo a cuerpo.
      Cuando mis clases finalizaron, fui a cambiarme a los vestuarios y luego a la clase 1-A. Mientras esperaba a Todoroki, en los pasillos, Kirishima salió y me saludó. Lo saludé de vuelta y sonrió, antes de irse caminando hacia la entrada. Supe que no tenía que esperar mucho tiempo a que Todoroki saliera, ya que él solía ser de los primeros en irse. Y así fue: Todoroki salió a los pocos minutos.
      Fue a los vestuarios, caminamos a la entrada, cambiamos nuestros zapatos y salimos de U.A. Ese día estaba soleado, aunque comenzaban a aparecer algunas nubes oscuras.
—Mañana lloverá—dije. —¿Crees que podría ser fuerte la lluvia?
—Sí, quizá empiece a llover esta noche.
—No creo... Empezará mañana.
—Tus pronósticos nunca son acertados.
—Siempre me dices lo mismo.
—Porque es cierto.
      Y Todoroki tenía razón: mis pronósticos fueron acertados contadas veces.
      Caminamos hasta la estación de tren y viajamos al este de la ciudad. Llegamos al parque en pocos minutos y, como todos los días, el lugar estaba desolado. Recordaba que ese parque era frecuentado cuando yo era pequeña, y con Todoroki solíamos encontrarnos con otros niños allí y jugar.
      Mientras nos acercábamos a donde solíamos entrenar, noté que algo se movía debajo de un árbol. Era peludo, pequeño y oscuro, y estaba acostado en el pasto.
—¡Un gato!—dije, apresurando el paso.
      No pude evitar emocionarme, ya que yo amaba a los animales. Nos arrodillamos en el suelo con Todoroki, no muy lejos del pequeño gato. Él me hizo una seña para que estuviera en silencio, ya que el pequeño parecía estar durmiendo. Aunque, a los pocos segundos, el gato se desperezó. Notó nuestra presencia casi al instante, y se nos quedó observando con tiernos ojos. Todoroki se acercó más a él y, con su mano izquierda, lo acarició. El gato soltó un pequeño ronroneo y se frotó suavemente en las piernas flexionadas de Todoroki. Todoroki no pudo evitar sonreír.
      Se veía muy tierno con una pequeña sonrisa en el rostro. No había visto a Todoroki sonreír en mucho tiempo, y los rayos de sol que lo iluminaban lo hacían parecer sacado de una película. Era hermoso.
—¿Qué ocurre?—me preguntó Todoroki en un susurro, al notar que lo estaba observando.
—N-Nada.
      Me miró con algo de desconfianza. Desvieé la mirada al pequeño gato, el cual no parecía querer separarse de Todoroki.
—Empecemos a entrenar—dijo, mientras se levantaba. Yo hice lo mismo.
      Nos alejamos unos pasos del pequeño gato y dejamos nuestras mochilas en el pasto. Cuando volteé detrás de mí, pude ver que el pequeño gato nos había seguido, y estaba acercándose a Todoroki.
—Tienes un nuevo amigo—dije. —Parece que le has gustado.
      El pequeño gato volvió a frotarse en las piernas de Todoroki.
—Me gustaría tener uno en casa...—murmuró.
      Todoroki no tenía que decirlo para que yo lo supiera: Endeavor jamás le permitiría tener una mascota.
      Todoroki acarició al pequeño gato una vez más antes de que éste se alejara. Luego, se paró en frente de mí, y dijo:
—Empecemos de una vez.
      Asentí, mientras me preparaba para atacar. Todos los días hacíamos lo mismo: yo atacaba a Todoroki y él corregía mis errores.
      Corrí hacia Todoroki e intenté pegarle un puñetazo, pero se movió velozmente y levantó su pierna derecha para golpearme. Me agaché antes de que su pierna pudiera impactar en mi cuerpo y, mientras me levantaba rápidamente, me impulsé para acercarme y golpear su hombro izquierdo con mi puño. Lo conseguí, aunque Todoroki no se inmutó. Tomó mi muñeca con firmeza y tiró de mí hacia él. Tomé su mano con la mía y la empujé con fuerza hacia su cuerpo, y Todoroki se tambaleó levemente. Pero rápidamente se libró de mi agarre y  me atrajo hacia él con más fuerza. Estaba a unos centímetros de Todoroki, con mi brazo entre los suyos, su pecho contra mi espalda, y podía sentir su respiración. Intenté librarme de él haciendo que soltara mi brazo, pero Todoroki era muy fuerte. Ya había perdido.
—Me rindo—dije, sin ánimos de admitir que había perdido.
      Todoroki me soltó. Mientras yo descansaba por unos segundos en el pasto, Todoroki analizaba la pequeña pelea que habíamos tenido y pensaba en cómo ayudarme.
—Creo que debería enseñarte nuevas técnicas, siempre usas las mismas...
      Me encogí de hombros.
—Aunque me enseñaras nuevos movimientos, tú sabes cómo voy a accionar y no puedo vencerte. Y la mayoría de los villanos conocen los movimientos más comunes, así que tampoco podría ganarle a ninguno de ellos.
—Entonces... ¿Qué propones?—dijo.
      Lo pensé durante unos segundos, aunque yo sabía de antemano qué quería hacer.
—Quiero usar mi Particularidad.

Tipo O [Todoroki x tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora