Tipo O [Todoroki x tú]

Capítulo 35

—¡Es imposible! —exclamé. —Todoroki no puede estar enamorado de mí...
—Escucha, T/A—dijo Jiro. —Todas lo vimos hoy: Todoroki te defendió de Bakugou.
—Exacto—agregó Mina. —Lo vimos lleno de furia, golpeando a Bakugou. Algo en su corazón lo empujó a ello.
Me detuve a observar a las chicas por un segundo. Las expresiones de sus rostros me demostraban que hablaban en serio.
—Chicas, no lo sé... —balbuceé.
—Mira—me dijo Yaoyorozu. —Él mismo me lo dijo hace un tiempo, cuando rompimos. —Yaoyorozu dio un paso adelante y se acercó a mí. —Créeme: Todoroki está enamorado de ti. Recuerdo la forma en que hablaba de ti, T/A. Tenía un brillo en los ojos.
Respiré hondo y asentí, comenzando a entender.
—Está bien—dije.
—¿Entonces? —preguntó Mina. —¿Le dirás cómo te sientes?
—¿Cómo me siento? —cuestioné.
—¡Despierta, T/A! —gritó Mina. —¡Sabes que Todoroki está enamorado de ti! ¡No dudes más!
En ese momento reaccioné. Me sentí como si alguien me hubiera cacheteado. Tengo que hablar con Todoroki ahora mismo, pensé.
—¡Tienen razón! —exclamé.
Abrí la puerta de la terraza y bajé las escaleras corriendo. Cuando estaba a mitad de camino, recordé que me había olvidado de hacer algo. Volví a subir las escaleras lo más rápido que pude y me asomé a la terraza.
—¡Chicas! Gracias por contarme—dije, con una sonrisa. —Y no se preocupen: yo las perdono. Hablamos luego, ¿sí?

Busqué a Todoroki por todos lados. En los pasillos, en el comedor, en todos los salones... Y nada. En un momento me crucé con Midoriya y le pregunté si había visto a Todoroki.
—Sí—me respondió. —Endeavor ya lo vino a buscar.
Le agradecí por haberme ayudado.

Debido a que fue suspendido, no vi a Todoroki por tres semanas. Le envié mensajes, pero ninguno le llegó. Supuse que Endeavor lo había castigado y no lo dejaba usar el celular.
En ese momento me acerqué más a las chicas y volvimos a ser amigas. Comíamos el almuerzo juntas y también salíamos a pasear por la tarde. Me divertía mucho con ellas. Sin embargo, extrañaba entrenar con Todoroki, y esperaba que él regresara con ansias.
Una vez que pasaron aquellas tres semanas, tanto Bakugou como Todoroki regresaron a la clase 1-A. Bakugou intentó provocar a Todoroki insultándolo, pero él lo ignoró y se fue a sentar a su lugar, que había estado vacío tanto tiempo. Yo lo saludé con la mano y él me devolvió una media sonrisa.
De verdad voy a confesarle cómo me siento. Esto es en serio, pensé. Comencé a ponerme nerviosa. ¿Y si las chicas están equivocadas? ¿Y si él me rechaza? ¿Y si se termina nuestra amistad?
—Buenos días, T/N—me dijo Todoroki, quien se había acercado a mi asiento mientras yo pensaba.
—Buenos días, Todoroki—balbuceé.
—Recuerda, T/N. Llámame Shoto.
Asentí. En ese momento noté que su nariz había sanado.
—¿Estás mejor?—le pregunté, señalando su nariz.
—Sí—me respondió, y luego se quedó callado por unos segundos. —Yo me preguntaba... ¿Volveremos a entrenar por las tardes?
—Por supuesto—dije. —Empecemos hoy.

Y así ocurrió. Viajamos juntos en el tren hasta el parque, dejamos nuestras cosas bajo un árbol y nos pusimos a entrenar. Aunque Todoroki continuó enseñándome sobre defensa propia, también practiqué formar objetos con mi Particularidad.
Luego de haber entrenado por más de una hora, decidimos tomar un descanso. Es mi momento. Debo decirle ahora, pensé. Nos acercamos al árbol y, para nuestra sorpresa, nos encontramos con que nuestras cosas no estaban allí. Nos miramos entre nosotros, confundidos.
Antes de que pudiera reaccionar, un monstruo baboso y pegajoso salió de detrás del árbol. Era negro como el carbón y el doble de alto que nosotros.
De un momento a otro se abalanzó sobre mí, y yo grité:
—¡Shoto! ¡Ayuda!
Entonces todo se puso negro.