Capítulo 18

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       Todoroki estaba vestido con un traje negro y llevaba una corbata azul. Su cabello estaba peinado y levemente húmedo, quizá debido a la sudoración. De algún modo, y probablemente debido a la iluminación de la sala, sus ojos bicolor parecían brillar.
      Estaba absorta, aislada del resto de la fiesta y sumergida en la mirada de Todoroki.
—S-Sí—respondí, luego de unos segundos, sin dejar de observarle. —¿Y tú?
      Él asintió, para luego mirarme, intrigado del porqué yo lo continuaba observando.
      "¡Aparta la mirada!", me dije a mí misma. Bajé la vista a mis zapatos de inmediato. Luego, me enderecé en la silla, aparentando no estar cansada. Él se mantuvo recostado.
      Pensé durante unos segundos en qué decir.
—¿Dónde está Yaoyorozu?—pregunté, recorriendo el lugar con la mirada.
—Está hablando con Asui.
      Las busqué con la mirada, hasta encontrarlas conversando cerca de la pista de baile. Tsuyu llevaba un vestido negro con encajes de color verde, los cuales hacían juego con su cabello. Yaoyorozu llevaba un vestido blanco y el cabello suelto, que caía como una cascada sobre sus hombros.
—Es muy hermosa—dije, observando a Yaoyorozu.
        Todoroki asintió.
—¿Te ha sorprendido que se te declarara?—pregunté.
—Sí—respondió. —¿A ti no te ha sorprendido que Bakugou se te declarara?
—Sí, demasiado. No entiendo qué ha visto en mí—murmuré, sin medir mucho mis palabras.
      Todoroki se quedó callado. Pensé que no me había oído, pero a los segundos dijo:
—Es difícil comprender cómo nos ven los demás. La imagen que tenemos de nosotros mismos nos ciega.
      Volteé a ver a Todoroki sorprendida. Él estaba concentrado observando la fiesta.
—¿Qué quieres decir con eso?
      Todoroki me ignoró durante unos segundos. Luego, negó con la cabeza antes de susurrar:
—Olvídalo.
      No respondí. Todoroki se acomodó en la silla, antes de levantarse. Luego, se dirigió hacia Yaoyorozu sin decir una palabra más, y yo lo observé mezclarse con los invitados atónita.
      Todoroki le susurró algo al oído a Yaoyorozu, y ella saludó con una sonrisa a Tsuyu antes de que ambos se dirigieran a la pista de baile.
      Esperé a que Bakugou saliera del baño unos minutos más. Él comenzó a caminar hacia donde antes estábamos, y yo me levanté de aquella silla para ir hacia allí.
      No volví a ver a Todoroki en el resto de la noche. Estuve con Bakugou hasta el final de la fiesta, y regresamos juntos a casa. No fue hasta que me quedé dormida en mi cama, luego de haberme cambiado de ropa y preparado para descansar, que dejé de pensar en las palabras de Todoroki. Lo que había dicho daba vueltas en mi cabeza una y otra vez. ¿Cómo podría olvidar algo que ni siquiera había comprendido? Quería entender los pensamientos de Todoroki. Quería comprenderlo a él.

      Me desperté con el sonido de la alarma, y no pude evitar soltar un gruñido cuando aquel ruido interrumpió mis sueños.
      Desde temprano dediqué mi domingo a estudiar. Aquella semana estaba llena de exámenes escritos. No todas las clases tenían sus exámenes físicos al mismo tiempo, ya que era complicado para los profesores evaluar a tantos alumnos a la vez. Mi examen físico iba a ser unas semanas después de las vacaciones de verano. Y, aunque había mejorado en el manejo de mi Particularidad y en el combate, tenía que seguir dando lo mejor de mí.
      Estuve ocupada toda la semana siguiente a la fiesta de Mina. Dejé de entrenar con Todoroki, ya que ambos necesitábamos tiempo para estudiar. Sólo veía a Bakugou en algunos descansos y en la hora de comer, y, en una de esas ocasiones, intercambiamos nuestros números de celular. De esa forma, cuando terminaron los exámenes escritos y comenzaron las vacaciones de verano, arreglamos con Bakugou para encontrarnos. Tuvimos algunas citas en el trascurso de las vacaciones, aunque no fueron la gran cosa.
      Pasando tiempo juntos y a solas, comencé a conocer a Bakugou. Él era un buen chico, como había dicho Kirishima, pero nosotros no encajábamos por completo. Su personalidad ruda y violenta, a veces hasta arrogante, no me agradaba. Yo le quería, pero no como a una pareja.
      Sabía que tenía que decirle lo que yo sentía. Después de todo, habíamos comenzado a salir porque yo había aceptado conocerlo mejor. El problema era que no podía saber cómo Bakugou reaccionaría.
      Cuando las vacaciones estaban terminando y había llegado la última semana de éstas, reuní la valentía suficiente para mandarle un mensaje a Bakugou. Le pedí que nos viéramos lo antes posible, y le  comenté que debía decirle algo importante. Luego de unos días, arreglamos para encontrarnos.
      Estaba esperando a Bakugou, a unas manzanas de su casa y de la mía. El día estaba soleado y se podía oír el sonido de los grillos escondidos en las plantas.
      Yo había llegado diez minutos antes, los cuales dediqué a pensar en cómo le diría aquello. Cuando llegó la hora que habíamos acordado, pude ver a Bakugou acercarse caminando. Iba con las manos en sus bolsillos y una mirada tranquila. Al verme, se acercó y me dio un rápido beso en los labios.
—Vayamos a algún lado—dijo cuando nos separamos. Yo le había pedido que nos viéramos, aunque no habíamos acordado ir a ningún lugar en específico.
      Negué con la cabeza.
—No hace falta. Sólo necesito... decirte una cosa.
—¿Qué?
      Me forcé a ver a Bakugou a los ojos, aunque lo que más quería en ese momento era huir sin decir una palabra.
—Quiero que terminemos.

Tipo O [Todoroki x tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora