Capítulo 15

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      Habían pasado tres días desde que Yaoyorozu se le había declarado a Todoroki, y el agobio que sentí aquel martes había disminuído. De todas formas, continuaba preocupándome su relación. En el atardecer del martes, mientras regresaba a mi casa, pensé en profundidad lo ocurrido. Recordando lo que Tsuyu había dicho, noté que ella estaba en lo cierto: estaba preocupada por la relación de Yaoyorozu y Todoroki.
      Decidí que debía concentrarme en las clases en U.A. y en mejorar el manejo de mi Particularidad. Me obligué a ignorar mis sentimientos y todos los rumores que corrían por los pasillos de la academia. De esa forma logré sumergirme en mis clases y en los entrenamientos con Todoroki.
      El viernes de aquella semana caótica comenzó de manera ordinaria. Llegué a U.A. a tiempo y realicé las actividades sin ninguna complicación, excepto por una raspadura en la mano izquierda que me hice en una clase, antes de la hora de comer. Fui a la enfermería, ya que necesitaba que Recovery Girl desinfectara mi herida.
      Recovery Girl desinfectó la raspadura en unos segundos y, mientras me colocaba una venda adhesiva, la observé con atención. Su cabello gris, su bata blanca de enfermera, sus guantes amarillos, su casco violeta y rosa... Todos esos colores me parecían familiares.
      A los segundos, lo recordé: aquellos eran los colores que había visto al despertar luego de que un villano me atacara. Kirishima de la clase 1-A me había traído a la enfermería, ya que me había desmayado producto de una hemorragia, y Recovery Girl estaba atendiéndome cuando desperté.
       Una idea pasó fugazmente por mi mente, mientras Recovery Girl terminaba de colocar la venda adhesiva en mi raspadura. Luego, miró cómo había quedado, verificando que estuviera exactamente sobre la herida.
—Recovery Girl...—comencé. —Cuando un villano me atacó antes del Festival de Deportes, ¿quién me trajo a la enfermería?
      Recovery Girl me observó ligeramente sorprendida ante mi pregunta, y lo pensó durante unos segundos antes de responder.
—Fue el joven Katsuki Bakugou.
      Su respuesta me dejó inmóvil. ¿Bakugou de la clase 1-A me había encontrado...? Pero Kirishima había dicho que había sido él...
      Salí de la enfermería sintiéndome confundida. Tenía muchas preguntas dando vueltas en mi cabeza y la curiosidad me estaba carcomiendo. ¿Qué había ocurrido mientras yo estaba inconsciente?
      La hora del almuerzo había comenzado cuando yo estaba con Recovery Girl, por lo que los pasillos ya estaban repletos de alumnos. Mientras caminaba hacia la clase 1-C, pasé frente a la 1-A. Observé la gran puerta, abierta, y sentí el impulso de entrar y buscar a Kirishima. Quería explicaciones.
      Me acerqué a la gran puerta cuidadosamente, y me asomé un poco. Lo único que pude ver fueron los primeros asientos y el lugar del profesor. Me asomé un poco más, fijándome quiénes estaban dentro. Mientras me inclinaba, apoyada en el marco de la puerta, sentí los pasos de alguien que se acercaba para salir. Pegué un respingo y me moví de allí, apoyándome en la pared del pasillo.
      De la clase 1-A salió un chico alto, rubio y con el cabello desordenado en puntas. Caminó unos pasos más allá de donde yo estaba parada, sin notar mi presencia. Creí que se iría sin voltearse, pero no fue así: se dio la vuelta al instante, notando que yo estaba al lado de la puerta.
      Lo observé alarmada: el chico que había salido de la clase era Bakugou.
      Él me echó una mirada rápida y yo estaba sin habla. Cuando parecía estar por irse, logré articular las siguientes palabras.
—¿Sabes dónde está... Kirishima?—dije, nerviosa. Bakugou comenzaba a intimidarme...
¿Haaa? ¿Kirishima?—soltó. Me observó fijamente durante unos segundos, con sus ojos rojos y llenos de energía, y se acercó a mí.
      Quise retroceder, pero detrás estaba la pared. Bakugou se acercaba amenazante e inminentemente. Yo quería huir.
      De un momento a otro, Bakugou tomó mi muñeca derecha con fuerza y tiró de mí. Comenzó a caminar hacia la clase 1-C, a donde yo originalmente me dirigía, llevándome con él.
      Pasamos frente a mi clase, mientras yo intentaba alcanzar el paso de Bakugou y no tropezarme con mis propios pies. Creí que Bakugou se detendría, pero no fue así: él continuó arrastrándome.
—¿Adónde... vamos?—logré articular. Desde donde estaba sólo podía ver la nuca de Bakugou.
      Rápidamente quité la mirada de él y observé a las personas a mi alrededor. El pasillo estaba lleno de alumnos y muchos de ellos nos miraban sorprendidos e intrigados, mientras que otros nos ignoraban por completo.
      Bakugou no respondió a mi pregunta, y me llevó hasta unas escaleras. Subimos éstas apresuradamente y llegamos a una puerta, la cual dirigía a la terraza de la academia. Él la abrió con una sola mano y, sin soltar mi muñeca, pasamos a la terraza.
—Bakugou...—dije, alarmada, cuando él finalmente soltó mi agarre. ¿Por qué estábamos en la terraza? ¿Por qué me había traído de repente?
      Bakugou cerró la puerta, y volteó a verme. Él me observó durante unos segundos, y mi cara debía ser de espanto.
—¿Por qué buscas a Kirishima?—preguntó.
—Eh...—solté, sin saber si decirle la verdad o no.
      Observé a mi alrededor. Estábamos en la terraza al sol, ya que el día estaba soleado, y yo comenzaba a sentir calor. Pensé en acercarme más a la puerta por la que habíamos entrado, ya que ahí había un poco de sombra, pero Bakugou estaba en medio.
—¿Por qué?—repitió Bakugou, acercándose a mí. Yo retrocedí unos pasos torpemente.
      "Mierda. ¿Qué hago?"
—Yo...—comencé, mientras Bakugou me observaba impaciente. —He ido a ver a Recovery Girl, y le pregunté por quién me había encontrado cuando me desmayé... Kirishima había dicho que...
      Bakugou se acercó más a mí con furia. Posó una mano sobre mi hombro y pegué un pequeño respingo. Él me observó serio.
—¿Fuiste tú quien... me encontró?—articulé, levantando la vista para observar a Bakugou completamente. Tenía el ceño fruncido y sus ojos parecían arder.
—Sí—respondió, y abrí los ojos con sorpresa.
—Pero Kirishima dijo que él me había salvado...
—Ese punk quería tener el reconocimiento por una buena acción. A mí me importaba una mierda. Yo te llevé a la enfermería, aunque él tomó el reconocimiento como si lo hubiera hecho.
—¿Kirishima quería... presumir?—murmuré, confusa.
—No lo sé, y me importa una mierda.
      No respondí. Había estado convencida de que Kirishima me había encontrado y nunca se me había ocurrido que podía haber sido otra persona. Volví a mirar a Bakugou.
—Gracias por ayudarme—dije, incliné la cabeza en señal de agradecimiento y cerré los ojos. Sentí cómo Bakugou retiraba su mano de mi hombro.
Tsk...—soltó Bakugou y, cuando levanté la cabeza y lo observé, había desviado la mirada a un lado.
      Sin saber qué hacer o decir, decidí irme de allí. La hora del almuerzo había comenzado hacía rato y yo me la estaba perdiendo...
      Caminé hacia la puerta, pasando por al lado de Bakugou. Cuando estaba por agarrar el pomo de ésta, Bakugou se dio la vuelta y tomó mi muñeca otra vez. Volteé a observarlo, sorprendida. Él me miró fijamente y me empujó hacia la pared. Iba a soltar un gruñido de dolor cuando Bakugou acercó su rostro a mí. Podía sentirlo muy cerca.
—Bakugou, ¿qué... haces?—dije, alarmada.
—T/A.
—¿S-Sí?
—Estoy arrepentido de haberle permitido a ese punk tener el reconocimiento por salvarte.
—¿Qué... dices?—murmuré atontada.
—Ahora quiero que estés agradecida de que te haya salvado.
—Estoy agradecida. Acabo de decírtelo... No importa quién me haya salvado, yo estaré agradecida.
—No—dijo Bakugou, acercándose más a mi rostro. —Quiero que estés agradecida de que yo te haya salvado.
—No entiendo...
—T/A—soltó, tomando un mechón de mi cabello entre sus dedos y observándolo con atención. —¿Alguna vez te han dicho que eres hermosa?
—¿Q-Qué? Bakugou...
      Él levantó la vista del mechón de cabello y me observó fijamente. Luego, se mordió el labio inferior.
—T/A, me gustas.
      Sentí cómo mi rostro y orejas enrojecían y mi corazón se aceleraba. Abrí los ojos con sorpresa e intenté articular alguna palabra, pero no podía pensar en nada con claridad.
—Quiero una respuesta—continuó Bakugou. —¿Qué sientes por mí?
—Bakugou. Yo... no te conozco, en realidad.
—Podemos conocernos. Sál conmigo.
      "¿Salir con Bakugou...?", pensé, y una imagen de Todoroki y Yaoyorozu cruzó por mi mente. "¿Por qué no?", me dije. "Puedo intentarlo."
—Está bien—dije.
      Los ojos de Bakugou se iluminaron. De todas formas, aunque lo observara con atención, no podía interpretar sus expresiones. ¿Qué estaba sintiendo?
      Bakugou soltó mi muñeca y apoyó su mano en la pared, junto a mí. Se acercó a mi rostro y observó mi boca. Mi corazón se aceleró y sentí como si hubiera pasado una eternidad hasta que sus labios se posaron en los míos.
      Nunca había besado a nadie antes pero, sin duda, Bakugou besaba de una forma algo ruda. Aunque sus labios eran realmente suaves.
      A los pocos segundos, Bakugou terminó el beso. Se sintió el sonido de nuestras bocas al separarse, y lo observé sonrojada. Bakugou miró hacia otro lado, inquieto, antes de quitar su mano de la pared y permitirme moverme.
      No hablamos por unos segundos. Yo bajé la vista al suelo, avergonzada y confundida. Habían pasado muchas cosas juntas y sentía una gran mezcla de sentimientos. Sorpresa, decepción, extrañeza, vergüenza, confusión...
—Regresaré a mi clase—murmuré.
      Bakugou volteó a verme inmediatamente, mientras yo me acercaba a la puerta. Él se adelantó y se apoyó sobre la salida.
—¿Irás luego a hablar con ese punk?—soltó, serio.
      Lo miré extrañada.
—No... Ya he acalarado las dudas que tenía.
       Bakugou se movió a un lado de la puerta, permitiéndome tomar el pomo y girarlo.
—Mañana por la noche es la fiesta de Ashido—dijo, antes de que pudiera siquiera dar un paso a las escaleras. —¿Irás conmigo?
      Volteé a verlo, para encontrarme a Bakugou observando el suelo.
      "Ahora estamos saliendo", pensé. "¿Por qué no?"
—Claro—respondí, y le sonreí. —En el próximo descanso lo hablamos.
















     

Tipo O [Todoroki x tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora