Capítulo 16

10.1K 618 16
                                    

Pov Emma

"Uno nunca pierde lo que realmente es suyo"

—Y yo soy tuya, Jhon. —sollozo y me aferro mas a la almohada.

¿Como es posible que dudara de mi de esa manera? ¿me dejaras ir de tu casa,  sin poner ninguna objeción? Me aparto de su vida y tres días después, se aparece aquí, pidiendo perdón y pregonando que me ama.

Tal vez lo haga, sus palabras se oyeron tan sinceras, pero, ¿de que sirve el amor sin confianza? De nada. Es mejor confiar e ir amando de a poco. Él prefirió creerle a ella, sabrá Dios todas las cosas que dijo de mi, para que él tuviera esa reacción así conmigo, me juzgara y condenara sin dejar que me defendiera siquiera. Ya estoy grande para esto y no puedo estar jugando con mi paz mental, cuando ya tengo suficiente con mis propios demonios, para seguir agregándole a la lista.

Marjorie es una manipuladora, que ha sabido como manejar a Jhon, basándose en un dolor que ella no siente, pero que a él, lo lastima a sobremanera, solo que conmigo no va ser así. Yo también lo amo y lo necesitó, pero prefiero mil veces estar sola y tranquila, que acompañada y en una guerra constante.

Escuchó la puerta de la cochera abrirse, me pongo de pie y camino hacia la ventana. Veo a Jhon parado en la acera esperando que mi padre saque el auto. Todavía me pregunto como llego aquí. Él tiene  una pequeña maleta en su mano derecha, la otra en su bolsillo, mientras su cara luce triste. Solo que ya no hay nada que yo pueda hacer. Esto es lo mejor para los dos. Lo veo levantar la vista y aunque quiera esconderme de él, no puedo, lo miro por ultima vez y grabo cada una de sus facciones en mi memoria. Me sonríe de lado y una solitaria lágrima rueda por mi mejilla, la limpio con pesar mientras niego. Me niego a perderlo, alejarme del hombre que dijo que me amaba delante de mis padres sin ningún tipo de reversas, él mismo que viajo kilómetros para estar aquí y que admitió ser un idiota, pero así idiota, yo también lo amo.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras a toda prisa, corro por el pasillo, desechando los llamados de mi madre, salgo de la casa y atravieso el patio. Pero cuando salgo a la calle, ya se han ido, veo el auto alejarse a toda velocidad, mi corazón se estruja, mientras un escalofrío recorre todo mi cuerpo haciéndome sentir el mismo dolor que sentí el lunes por la tarde cuando salí de su casa.

—Jhon... —sollozo mientras miles de lágrimas ruedan por mis mejillas, observo el auto hasta que dobla en la esquina y desaparece de mi vista. Unos brazos me sostienen fuerte por los hombros y me alejan de la calle, al mismo tiempo que una camioneta negra cruza a toda velocidad muy cerca de mi.

—Emma, vamos a casa. —dice mi madre, la miro y ella me abraza fuerte. Segundos después vuelve a mirarme. —¿Lo amas, verdad?. —pregunta.

—Si, pero él se fue. Lo saque de mi vida, mamá —sollozo. Limpia mis lágrimas y acomoda mi pelo detrás de mi oreja. Sonríe y luego habla

—El que ama de verdad, no renuncia, no se aleja, no olvida, pero sobre todo, perdona. —suspiro y ella sonríe. —En la vida todo tiene solución y esto se va a solucionar. ¿De acuerdo? —asiento y ella sonríe, besa mi frente y entramos a la casa. —¿Quieres desayunar?

—No. —Ahora solo tengo deseos de una cosa. "Jhon West".

—¿Chocolate caliente? —mueve las cejas de manera graciosa y termino aceptando, vamos a la cocina y me siento en la isla de la cocina, mientras mi madre calienta el chocolate. —Cuando dijiste que Jhon era un hombre guapo, te quedaste corta.

—Mamá. —finjo horror y sonrio.

—Es cierto Emma. Solo decías es guapo y especial, pero nunca dijiste cuanto. Lo mejor de todo fue ver un hombre tan fuerte y varonil, con esa espesa barba y esa mirada penetrante, echo un manojo de nervios, pedir perdón y decir que te ama sin detenerse a pensarlo, eso es amor.

No Huyas al amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora