No Huyas al amor...

Capítulo 24

Pov Emma

Esta discusión no nos va llevar a ningún lado, en estos momentos la capacidad de razonamiento de Jhon se fue de paseo y es necesrio poner tiempo y espacio entre nosotros, puede que con el calor del momento digamos cosas de las que despues podamos arrepentirnos.  Bajo de la camioneta y la esperanza de que Jhon rectificara y se disculpara se esfuma en el justo momento que el orgullo le gana a la razon, cuando formula una absurda pregunta. En realidad esperaba mas de él.

—¿Eso es lo que quieres?. —asiento y trago en seco. ¿En serio está haciendo esto? —Esta bien. —el semáforo se pone verde y arranca su camioneta y me deja botada en el medio de la calle. Camino hacia la cera y respiro profundo, no me permito llorar, no porque estoy en la calle, si no porque la actitud de Jhon, no se lo merece.

¿Qe culpa tengo yo, de que otros hombres me miren? ¿Acaso solo él se cree con el derecho de despertar bajas pasiones? Peor aún alimentarlas cuando les sigue la corriente y las mira.

Esto raya en lo absurdo y lo mejor es que me regrese a  mi casa. Por suerte sólo estoy a diez minutos de la misma y aunque cae una pequeña llovizna decido irme andando.

A Jhon, le falta mucho por aprender, no creó que este preparado para formar una familia todavía aunque sea eso lo que mas desee. Creo que todo le que le hizo Marjorie le dejo un mal concepto del amor y las relaciones de pareja, pero eso no justifica que actúe como un completo idiota. ¿De que le sirve decir que me ama? Si sus actos dicen lo contrario. No puedo negar que lo amo, pero no voy a permitir que ese amor me lastime. Esta vez no.

Ya Dawson me enseño esa lección y si para estar tranquila, tengo que dejarlo, lo haré. Mi salud emocional no esta en juego aquí. El aprende o simplemente se termina. Prefiero cortar ahora, que solo llevamos un mes y pocos días. Que esperar a que los años me demuestren que otra vez me equivoque.

Cuando voy llegando a casa, la lluvia arrecia y tengo que correr para no mojarme mas de la cuenta y evitar un resfriado de esos que me persiguen gracias a mis bajas defensas.

Me inquieta pensar, que lo que prometía ser una maravillosa noche, termino siendo nada. Peor que ha Jhon le haya importado tan poco irse. Mi lado masoquista me castiga y me obliga a ponerme una de las camisetas que Jhon tiene aquí, por suerte, esta todavía conserva su olor o sera que lo tengo tan dentro del alma, que su olor me persigue mientras su ausencia me duele.

Es cierto lo que dicen, la costumbre es el peor vicio que un ser humano puede adoptar. Hace mas de un mes que duermo con el a mi lado y hoy que no esta, he dado cientos de vuelta en la cama buscando la posición adecuada que me permita consiliar el sueño. Necesito dormir y olvidarme de todo. Cierro los ojos y ahora si lo logro, solo que con quien sueño, es con el...

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Una taza se desliza sobre mi escritorio y el delicioso olor a chocolate caliente me hace suspirar. Levanto la vista de la ficha médica que estoy revisando y cuando veo quien me trajo lo bebida preferida en todo el mundo, mi gesto de emoción cambia de inmediato a uno irónico.

—Un pajarito me dijo que es fanática del chocolate caliente. —Reynolds esta frente a mi, mas fresco que una lechuga, mientras una gran sonrisa cubre su rostro. Es como si no recordara lo incomoda que me hizo sentir anoche delante de Jhon. —Y para acompañarlo ... —saca una paquete del bolsillo de su bata y son unas magdalenas.

—Gracias, pero no debiste molestarte. —vuelvo la vista a la ficha.

—¿Ya desayuno? —pregunta y vuelvo a mirarlo.

—Si. —Mi voz es cortante y mi mensaje claro. Alejate. Su rostro luce decepcionado mientras asiente. Toma la taza del escritorio y se da la vuelta, yo vuelvo a lo mio. Con lo de anoche, me demostro de manera directa que tiene algún interés en mi y aunque sea solo para molestar necesito tenerlo lo mas lejos posible.