Capítulo 25

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Pov Jhon

Anoche cometi un error garrafal, cuando mi posición hacia ese ensayo de doctor no fuera la adecuada, debí mantener mi control, demostrarle que sin importar lo que él quiera ella es mía. Reclamarle a Emma por él, abrió heridas pasadas que a mi parecer estaban curadas, las comparaciones no se hicieron esperar y la confusión de mis palabras, la lastimaron.

Jamas en la vida compararía a Emma con ninguna de esas mujeres, a las que mi lado egoísta y machista ha puesto en algún momento por encima de mi mujer. Ella no necesita nada, toda ella es perfecta. Me enamore de su sencillez, de su belleza. Me prometí amarla y estoy actuando como un completo idiota. Solo por no aceptar que mis manos sostienen una mujer excepcional y que más de uno quisiera estar en mi lugar. Ella no tiene la culpa que ningún idiota la desee, aún siendo mía.

Me pidió tiempo y mi lado irracional se lo concedió, la abandone en la calle y cuando quise volver por ella ya era tarde. Luego de tres cervezas y con la cabeza fría, sus palabras tomaron sentido y el miedo calo hasta mis huesos. ¿Tiempo para que? ¿Para reconsiderar lo nuestro? ¿Para dejarme? ¿Para huir?

Hoy intente arreglar las cosas y fui a buscarla, necesitaba hablar con ella, disculparme, pero ver al ensayo  de doctor, querer tocarla no fue algo que me agrado, la forma en que me desafío con la mirada mientras caminaba hacia ella, como sin importarle mi presencia y mi advertencia, él, siguió con su plan de conquista. Necesitaba partirle la cara y borrarle esa estúpida sonrisa de come mierda, pero Emma me lo impidió. Mis excusas hacia ella no fueron escuchadas, mas bien, me advirtió de una manera clara y precisa, segura, pero con dolor.

Una vez te lo dije y esta es la ultima vez que te lo  repito. Mi estabilidad emocional no esta en juego.

Te comportas como un hombre y me das mi lugar, o esto se termina, Jhon. De ti depende que esto funcione.

La crudeza de sus palabras helaron cada poro de mi piel. Ahora estando en mi apartamento y con media botella de wisky en mi sistema, la cruel soledad me reclama su ausencia y me hace cuestionarme.

¿En serio, esta pasando esto? Peor aun, ¿Porque estoy permitiendo que esto pase? Yo no puedo perderla, necesito tenerla de vuelta, en mi casa, en mi vida. Tengo que demostrarle que vale la pena luchar por lo nuestro, que la amo, que la necesito y que no importa lo que tenga que hacer, lo haré, siempre y cuando ella vuelva a mi. Necesito deshacer esa de su mente esa absurda idea de terminar con lo nuestro. No tengo mucho que pensar, mas bien, debo actuar. Tomo la llave de mi camioneta y salgo de mi apartamento, con un único propósito. Estar con mi mujer...

Es la tercera vez que toco la puerta, a pesar que es casi media noche, sé que Emma esta despierta ya que vi las luces de la sala encendidas cuando llegue. Vuelvo a tocar, no responde y eso no me gusta. Le marco a su celular y suena varias veces para luego mandarme al buzón.

—Em. Abre la puerta, necesitamos hablar. Por favor. —digo pegado de la puerta y cuando voy a tocar otra vez, la misma se abre. Ella, esta frente a mi, abre mucho los ojos y los mismos están rojos e hinchados.

¿Estaba llorando?

Esta vestida con una de mis camisetas, sus mejillas sonrojadas y sus labios cenizos. Pestañea varias veces y lleva la mano a su cabeza.

—Jhon. —susurra y traga en seco, su rostro refleja dolor y luego un estornudo la hace estremecer. Sin que me de el paso, me adentro a la casa y la tomo en mis brazos.

¡Esta ardiendo!

—Amor. ¿Estas bien?. —pregunto asustado y ella asiente, mientras su mirada se achica, me escudriña y suspira. Cierra los ojos, se aferra a mi pecho y yo la abrazo fuerte. —¿Vamos a la habitación?. — susurro, a pesar de no recibir respuesta de su parte, la tomo en mis brazos, ella hunde su rostro en mi cuello. La llevo a la habitación, la meto en la cama y la cubro con el edredón. Se acomoda en posición fetal y yo solo suspiro.

No Huyas al amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora