Capitulo 37

8.3K 533 32
                                    


Pov Emma

Definitivamente, en la vida hay momentos que vale la pena volver a repetir.

Estar con Jhon en el aserradero, frente a la chimenea, acomodada en sus brazos, es uno de los momentos mas pleno que he vivido. Sus brazos han sido mi refugio y mi cobija. Mas bien, siempre lo serán.

Mi mente se remonta a la primera vez que estuvimos aquí, de como la chimenea fue testigo de nuestra apasionada entrega. Desde ese momento supe que no podria huir de lo que él me hacía sentir. Pasamos por momentos difíciles, pero no nos dejamos vencer. Nuestro amor a dado frutos y dentro de unos meses lo tendremos con nosotros, haciendonos mas felices todavía.

Miro a Jhon y el sonrie de lado. Un cómplice y cómodo silencio nos acompaña en nuestra improvisada velada. Una de sus manos se mueve lenta sobre mi vientre y la otra recorre el lado izquierdo de mi cara, desde la sien hasta el cuello, haciendo que se creen intensas sensaciones, que sé, terminaran en algo sumamente placentero.

Extiende su mano y lleva una de las fresas que descansa en un plato sobre la alfombra a mi boca, lo miro a los ojos mientras muerdo y el hace lo mismo pero con sus labios. Luego, lleva a su boca el pedacito que deje en sus manos. Estos días descubrí una intensa fascinación por las fresa y él no dudo en complacerme.

—¿Mas? —pregunta con voz ronca. Niego y lamo mis labios, me acerco a él y muerdo sus labios, ganandome un fuerte jadeo. —Em... —susurra. Pero no le doy tiempo a continuar, lo beso y él no pierde tiempo en seguirme. Acaricio su pelo, lo tomo por la nuca y lo pego mas a mi. —Casate conmigo, Em. —susurra pegado a mis labios cuando detenemos el beso en busca de aire. —Se mi esposa, Emma Owen. —me separo para mirarlo y en sus ojos hay un un brillo especial. Abro los ojos conmocionada por sus palabras y el asiente con determinación. Extiende su mano y toma una cajita roja de la bandeja, que por cierto no sabia que estaba ahí, llevo mi mano a mi boca y siento mis ojos arder, mientras se llenan de lágrimas.

—Jhon... —susurro emocionada.

—¿Aceptas compartir el resto de tu vida conmigo?. —muerdo mis labios temblorosos y él limpia mis lágrimas. Nunca espere esta sorpresa, hablar de casarnos nunca fue prioridad y ahora me sorprende de esta hermosa manera. Este hombre es increíble y lo mejor de todo es mio. No lo pienso dos veces y le respondo.

—Si, acepto ser tu esposa. Jhon West... —sollozo y lo vuelvo a besar. Segundo después un hermoso anillo de compromiso descansa en mi dedo. —Te amo, Jhon. Te amo tanto.

—Yo mas Emma, yo mas...

De un sólo movimiento, estoy sobre el, mis piernas a cada lado de su cuerpo y besándonos de una manera desenfrenada. Sus manos frias se pierden dentro de mi abrigo y el contacto con mi piel, me hace gemir.

—Estas helado. —gimo en su boca y rozo nuestras narices. El rastro de frío se pierde y le da paso a una increíble corriente a su paso.

—No... Estoy ardiendo Emma, ardiendo por ti. —su voz sale ronca, me toma por las caderas y me mueve contra él, allí confirmo que es cierto lo que dice. Vuelve a mis labios y nos fundimos en otro, largo y delicioso beso. De a poco nuestras ropas van desapareciendo y el calor que emanan nuestros cuerpos es mas que suficiente para sudar aunque la temperatura este bajo cero. —¿Estas cómoda? ¿O quieres que... —no lo dejo terminar y lo tomo. —¡Por Dios! Vas a matarme... —gruñe y me contraigo contra él, me muevo despacio y sus manos en mis caderas son la guía perfecta, la tensión crece y cuando intento aclarar el me detiene. —Disfrutalo Em, ve despacio, te aseguro que sera mejor.

Hago lo que me dice pero no por mucho tiempo, me muevo mas rápido y esa sensación tan conocida se instala en mi interior.

—Jhon... —gimo y hecho mi cabeza hacia atrás, toma uno de mis pechos en su boca, lo muerde despacio y estallo en un maravilloso orgasmo. Continuo moviéndome y lo siento correrse dentro mi. —Te amo, futuro esposo. —digo cuando logro normalizar mi respiración.

No Huyas al amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora