No Huyas al amor...

CAPITULO 11

Antes de bajar de la camioneta le doy un beso suave a Jhon, pero para él no es suficiente ya que me toma por la nuca y me pega mas a él, su lengua invade mi boca y conquista cada rincon de la misma, disfruto de su arrebatador beso, que con el paso de los segundos se va suavizando y haciendo tierno.

—¿Sabes que te voy a extrañar?—susurra todavía pegado a mi boca.

—Yo igual. —me despego y lo miro a los ojos los cuales tiene un brillo especial e hipnotizante. —Pero prometo recompensartelo desde mañana. —El sonríe complacido al saber que hago alucion a nuestro viaje al aserradero por todo el fin de semana.

—Cuento las horas para eso. —me vuelve a besar y despues de otro delicioso beso, bajo de la camioneta, llevando conmigo mi vaso de chocolate caliente que después de esos deliciosos besos ya no esta tan caliente.

Entro al hospital y me dirijo al locker para guardar mi bolso, luego voy a la sala de emergencia y saludo a mis compañeros. Me siento a revisar el sistema y mientras lo hago sonrio con las ocurrencias de mis compañeros. Que seria de este trabajo sin las historias de emergencia.

—¡Ayuda por favor! —Se oye un hombre desesperdo, todos nos ponemos de pie y vamos hacia la entrada, me encuentro con un hombre que trae una mujer en sus brazos, la misma esta aferrada a su cuello y llora desconsolada y adolorida.

—Traigala aqui Señor —Le indico un cubiculo vacio, el cual ya esta siendo acondicionado por Nora, el entra y la deposita en la cama.

—No te vayas mi amor por favor. —solloza y sostine su mano como si fuera su tabla de salvación.

—No me voy. —dice él con lagrimas en los ojos. —Yo estoy con ustedes.

¿Ustedes? Trago en seco y sin disimulo miro la entrepierna de la señora y la misma expide mucha sangre.

—¿Señora que le pasa? —mi voz es entrecortada y respiro profundo para mantener la compostura.

—Mi bebe. —sollozsa —Estaba limpiando el baño, me cai y de inmediato empece a sangrar —su sollozo se hace más fuerte. —Por favor doctora ayudeme, no quiero perder a mi bebe.

—Nora busca la encargada de ginecología. —ordeno, ella sale del cubículo mientras yo empiezo a desvestir a la señora con ayuda de su esposo.

—Me duele. —Se queja y suspiro, en ese preciso momento la cortina vuelve abrirse, la doctora Maxwel entra y hace un sonido que hace que mi cuerpo se Erice.

—Señor por favor salga. —Le ordena al esposo de la señora.

—Pero...

—Por favor, salga. —grita con desesperacion, se acomoda entre las piernas de la Señora. —Abra las piernas lo mas que pueda. —Ella hace lo que le dice, la doctora se pone unos guantes y la veo chequear, me mira y niega. Trago en seco y reprimo un suspiro.

—¿Doctora que paso? —pregunta la señora desesperada. —Por favor diganme. —me mira buscando respuesta. —¿Doctora?—solloza.

—Lo siento Señora. —dice Maxwel y el grito de la Señora se debió escuchar por todo el hospital.

Salgo del cubículo dejando a la doctora Maxwel explicándole a su paciente lo que procede, mientras mi mente vuelve a recrear esa escena, solo que una que paso hace siete meses, pude sentir su desesperación, su dolor y el desconsuelo de que ya nada se puede hacer, el cuerpo hizo su trabajo y una imprudencia le quito la vida a un ser inocente que tenia todo el derecho de vivir. Entro a la habitación que usamos para descansar, cierro la puerta y recargo mi espalda en ella y despacio me resbaló por ella hasta que frío del piso me recibe, respiro profundo varias veces y sin obtener ningún resultado me lanzo a llorar...