Capítulo 30

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Pov Jhon

Es cierto lo que dicen, después que conoces a la persona indicada, nuestras prioridades cambian. Ya no es tu decisión, es la de ambos y a veces, solo obedeces. Yo con tal de ver a Emma feliz, hago lo que sea. Estos dias he conocido ese lado caprichoso e independiente de ella que a veces amenaza con hacerme enloquecer, parece niña pequeña haciendo rabietas y pucheros con tal de conseguir lo que quiere y como no puedo negarle nada, hago todo lo que esta en mis manos por complacerla. Ademas, no me quejo porque al final de la jordana soy compensado de la mejor manera.

Estar con ella y ser parte de todo lo suyo, se ha vuelto prioridad, para muestra un botón. Quien me iba a decir que yo estaria arrastrando carrito de compras, un sabado por la noche, mientras el vaivén de las caderas de mi mujer me tiene hipnotizado tras ella. Mis planes de fin de semana cambiaron drásticamente cuando ella decidió ir de compras y aquí estoy. Complaciéndola.

La navidad siempre me ha gustado, los colores, las luces, el ambiente. Para esta época siempre hay un motivo para juntarse con la familia y celebrar. Este año estoy seguro que sera muy especial.

Disfruto viendo a Emma caminar y sonreir por cualquier cosa, parece niña pequeña en una juguetería, esta emocionada con todo esto y no sabe porque color o motivo decidirse. Al final se decide por ángeles, ahora es ver el color que los quiere, el tamaño, la cantidad... Esta sera una larga noche.

—¿Azul o plateado? —pregunta. Miro los angeles escarchados que tiene en su mano y elijo el azul. Analiza mi respuesta y luego habla. —Creo que el plateado iría mejor con los muebles. —asiento y ella los mira. —¿Te gusta el plateado?

—Si. —ella sonrie haciendo que sus mejillas, las cuales veo mas rellenas creen un hermoso hoyuelo, sus ojitos brillan de una manera diferente y especial. Se ve hermosa sin una gota de maquillaje, el rubor que cubre sus mejillas es natural. Viste unos pantalones negros de algodón, un abrigo del mismo color y su pelo recogido a la mitad, haciendo que se le escapen algunos flecos.

Simplemente, Hermosa.

—Creo que el azul y el plateado hacen buen contraste, puedo combinarlos. —se encoge de hombros y vuelvo asentir. —Pues me los llevos los dos. —Los hecha en el carrito, se acerca y me besa. —Seguimos...

Casi dos horas después tenemos un carrito repleto de cosas para poner en nuestro árbol y adornar toda la casa, creo que hasta el baño dirá, ho ho ho.

—Ay no. —Se queja Emma. —Se me quedo el protector de la base. —La miro y suspiro profundo, esto no es raro. Se encoge de hombros, sonrie y sin darme tiempo a responder se pierde por uno de los pasillo. Niego y tomo un chocolate del escaparate, mientras espero que la señora que esta delante de mi pague y Emma aparezca. Tomo una revista de instrumentos industriales y mientras la ojeo como mi chocolate.

—Jhon. —Una voz me distrae y levanto la vista de la revista para encontrarme con Marjorie. Me mira sorprendida. —En serio. ¿Eres tu? —asiento y ella niega, entre sorprendida e indignada, me siento incomodo por la mirada de apreciacion que me da. —Waoo, quien diría. —su voz denota dolor.

—Soy yo, Marjorie. —digo exasperado y al final  asiente llevando su mirada a mi rostro.

—¿Como has estado? Tiempo sin verte, sin saber de ti. Te ves diferente. No se... Es como si. Pareces cómodo, tranquilo, feliz. —Esto ultimo lo dice con algo de resentimiento.

—Lo soy. —mira a los lados, como si buscara a alguien, pero con cierto miedo, luego habla.

—Edward, te espero para su cumpleaños. No fuiste. —me reclama. —No debiste faltar.

No Huyas al amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora