Capitulo 1

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Hace una semana que llegue a Minnesota y en realidad no fue tan difícil adaptarme como habia imaginado

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Hace una semana que llegue a Minnesota y en realidad no fue tan difícil adaptarme como habia imaginado. No puedo negar que extraño a mi familia, pero por ahora, es lo mejor aunque sea por un tiempo.

Al llegar conseguí un pequeño y acogedor apartamento cerca del hospital que cuando no haga tanto frío puedo irme a pie a trabajar.

Es mediado de septiembre y por ahora el frío es terrible por eso vine en auto, hoy mi turno es de amanecida y espero que sea como en los turnos del día, tranquilos. Aparcó mi auto en el estacionamiento del hospital, ajusto mi abrigo, pongo mi gorro de lana y salgo del auto. Entro a la sala emergencia y saludo a mis colegas. Las enfermeras me brindan un café pero yo opto por un chocolate caliente. En realidad me fascina.

—Parece que tu primera semana en el hospital va ser buena. —dice Ronald Smith un colega como de 30 años.

—Eso parece. —sonrió y entro al sistema para ver que hay nuevo. La enfermera Nora me trae una taza de chocolate acompañada de una magdalena y en serio se lo agradezco. La estufa de mi apartamento esta fugando gas y me da miedo usarla.

Media hora después llega un adolescente que cayo de una motocicleta, tiene un buen golpe en la cabeza y una pierna rota, pero a quien se le ocurre salir a correr moto con las calles casi congeladas. Después de eso la emergencia estuvo tranquila. A media noche Smith tomo su receso y fue a dormir un rato mientras yo reía con las ocurrencias de la enfermeras.

El teléfono de mi escritorio suena y cuando lo levanto es un paramédico avisando que el aserradero West hubo un incendio y que están trasladando a los heridos al hospital. Todos nos movilizamos para esperarlos y diez minutos después, llega la primera ambulancia, los paramedicos bajan con un hombre que tiene mas del 50 por ciento de su cuerpo quemado, lo hacemos pasar a una de la salas y rasgo su ropa, le pido compresas de agua fría a la enfermera, calmantes y antibióticos para evitar una infección, empiezo a remover la piel quemada de su abdomen, brazos y piernas. Mientas lo hago escucho como llegan los demás heridos y por lo que solicita el doctor están igual o peor que mi paciente. Al terminar mi trabajo voy a ver que mas puedo hacer y encuentro a Smith, tratando de de reanimar a un paciente, me acerco para ayudarlo y cuando pensamos que lo perdemos el electro shock hace su trabajo y su pulso se estabiliza, le ponemos un suministro de oxígeno y es llevado a la sala de cuidados intesivos.

La siguiente dos horas fueron lo mismo, hombres quemados, golpeados con brazos y pies rotos en total fueron 11 o mejor dicho 12 porque mientras comprobaba a un paciente escuche una voz ronca y enojada quejarse y hechar una maldición que me hizo estremecer. Me acerque al cubiculo y encontré a Lousina la enfermera mas joven en problemas.

—¿Te puedo ayudar? —pregunto corriendo la cortina.

—Creo que puedo manejarlo. — dice con desden y eso me confirma que no le caigo muy bien.

—Usted no puede manejarlo. — escucho gruñir al hombre que esconde el cuerpo detrás de Lousina. Su voz es fuerte e intimidante, me imagino que esta así por la situación que acaba de pasar.

No Huyas al amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora