El secreto de Bella | Erick Brian Colon

Capítulo 14: Solo fue un sueño

Cierro los ojos y al abrirlos una oscuridad me ciega completamente, solo entra un poco de claridad por la ventana. Ya no estoy frente a Erick, estoy de espalda, así que volteo lentamente y me encuentro a un Alex plácidamente dormido.

*Solo fue un sueño* me digo a mi misma. Ahora mis ojos vuelven a cristalizarse... lo extraño demasiado. Tan así que ahora me persigue hasta en mis sueños.

Al despertar, observo detenidamente a Alex. ¿Como es posible que la persona en la que mas confiaba me haya traicionado y ahora solo me utilice para tener una posición importante para Holanda? Solo paso... El me había engañado y ahora me utilizaba, prefería hacer esto con amenazas en vez de simplemente intentar enamorarme.

¿A quien engañaba? Ni aunque le diera una oportunidad podria enamorarme, estaba loca y perdidamente enamorada de un integrante de la banda latina mas famosa del momento.

Mi celular no volvio a apreciar sus llamadas, simplemente se rindió en cuanto Alex colgó. ¿Y si lo mejor seria olvidarlo? Todavía estaba a tiempo de poder enamorarme de alguien mas, y ese alguien solo podría ser Alex. Su padre amenaza al mio, no tengo otra opción que esperar el tiempo necesario y casarme.

***

Al bajar por las escaleras, siento que alguien me toma fuerte del brazo y me empuja contra el suelo.

—¿En que estabas pensando? ¡Maldita seas _____!— la voz de Alex hace que tiemble en mi lugar, siento que el miedo recorre mis venas más rápido que la sangre.

Habia pasado una año conviviendo en mi "hogar" con él, o mas bien habia sido su esclava por todo ese tiempo. Mis lágrimas no tardan en salir en cuanto siento un dolor fuerte en el estómago. Alex siente que es mi dueño, me cela todo el tiempo y me ha golpeado. ¿Pero que podía hacer mas que callarme? Debia tapar cada hematoma con kilos y kilos de maquillaje para no preocupar a mi madre, pero esta vez el maldito decidió hacerme una escena en plena sala.

Un año mas y debia ser su esposa, un año mas y mi vida de volvería aun mas miserable.

—¿De que me hablas Alex?— digo sin poder evitar seguir llorando. Pongo mis manos sobre mi estómago, acabo de golpearme muy fuerte.

—¡Hablaste con él! Dime la verdad, dímelo en la cara, dime qué tuviste contacto con ese cantante de quinta— al escucharlo lo miro atenta, siento que todo mi cuerpo se paraliza en cuanto menciona de una forma no muy sutil a Erick.

—¿De dónde sacaste eso? Claro que no hablé con él, hace mas de un año que perdí el contacto— me sincero.

¿Alguien que me despierte de esa pesadilla de Alex?

—No intentes negarlo, vamos dame tu celular ahora— extiende su mano hacia mi de forma agresiva. Hace mucho tiempo que estaba acostumbrada a este tipo de tratos, pero esta vez era el límite. Estaba acusándome de algo que no tuve que ver en nada.

Le doy mi celular y comienza a ver el aparto tecnológico con detenimiento, frunce su ceño ante este y lo estampa contra la pared.

Veo como una empleada se acerca con temor y se acerca hasta mi, se agacha y me toma de las manos.

—Seguro eliminaste todo la evidencia, pero te juro que esto no quedará asi— sale de la sala y comienza a subir las escaleras. Solo esperaba que se vaya a su habitación y me deje en paz de una vez.

—Ayúdame Christina, debo ir a tomar algo, me duele mucho el estómago— digo intentando levantarme. Me ayuda en el intento y me logro poner de pie, en cuanto lo hago vuelvo a posar fuertemente mis manos en mi panza, mi estómago parecía estar en una revolución.

—¿Por que no le dice nada al señor y la señora Leenards? Esto debe terminar antes de que debamos lamentarnos si llega a mayores—la miro con horror en mis ojos, sin duda lo que había dicho solo me hizo temer más por Alex, él parecía ser capaz de todo.

—Acompáñame a la cocina, necesito tomar un poco de agua para tranquilizarme— digo intentando caminar, Christina me sostiene por la cintura y juntas llegamos a destino. Me siento en la silla más cercana y Christina se dirige a la alacena para tomar un vaso de agua, veo también cuando abre la heladera y saca una jarra con agua, llena el vaso y vuelve a guardar la jarra, al cerrar a la heladera camina hacia mi con pasos apurados. Al tener el vaso en la mano, vacío todo el líquido posible en mi boca y lo bebo rápidamente.

Por lo menos ese poco de agua habia ayudado a que me tranquilice. Christina comienza a darme leves caricias en el cabello y mis ganas de llorar vuelven. Una vez más me muestro como la debil que soy, cada dia que pasaba lo contaba como un día menos de mi convivencia con Alex.

—Supongo que callaras una vez mas, ¿cierto?—  dice apenada. Ella parecía tener lástima por mi y eso empeoraba la situación. Asiento, con ánimos de negar. Pero nada podría alejarme de ese maldito, ni siquiera el hecho de que me golpeara haría que eviten mi boda. El me tenia en sus manos, era su juguete personal el cual podría llevar de aquí para allá y tratarlo a su antojo.

Otro dia más, solo otro dia más lamentable de mi vida.