Capítulo 35: Dudas

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Erick comienza a dar vueltas por un parque que se encontraba no muy lejos del aeropuerto. Su vuelo salía en dos horas y quería aprovechar de ese tiempo para despedirse de la ciudad donde lo único que había hecho era pasar tiempo con su novia, aquella bella chica que le había entregado su corazón a regañadientes pero que no se arrepentia, porque ella si lo amaba realmente.

—Ojala puedas perdonarme algún día...— susurra una vez que ha encontrado una banca para sentarse y pensar. Procesar todo lo que había sucedido le parecía una tortura, porque un huracán había destruido su vida en milésimas de segundos. Ese huracán tenía nombre y apellido, para su desgracia.

Observa a lo lejos a algunos niños jugando en los columpios, y en ese momento el vago recuerdo de cuando era un niño viene a su mente, recordando como su madre lo empujaba de a ratos para ayudarlo a columpiarse.

***

Al llegar a su casa, Bella decide ir con su pequeña a su cuarto. No se sentía lista como para afrontar a Erick en ese momento, y sabía que nunca se sentiría de tal forma. Pero tampoco quería arruinar el futuro de su pequeña por sus errores.

—¿Precisa algo señora?— la voz de la nueva empleada la saca de sus pensamientos. En cuanto Christina había abierto la boca, le pidió que presentara la renuncia y luego contrataron a alguien más.

—Solo... tráeme algunas cosas para ir al parque, quiero pasear a mi princesa— pide con amabilidad, porque ella sería la futura reina y debía de ser educada.

—Claro señora, enseguida se las traigo— dice igual de amable y se retira de si vista. No pasan más de diez minutos que vuelve con un cochecito de bebé y una manta.

—Muchas gracias— dice colocando a la niña en su cochecito y dirigiéndose a la salida.

—¿Hacia donde te diriges?— pregunta Alex, quien recién salía de su habitación.

—Iré a pasear con la niña— dice indiferente, siguiendo su camino.

—Voy con ustedes— afirma. Bella lo mira exasperante, sin poder creer lo que dijo.

—Iremos solo nosotras, quiero pasar tiempo con ella por un momento. ¿Podrías, simplemente una vez, dejarme hacer lo que se me plazca?— dice en un tono frío, esperando que su esposo realmente la comprenda esta vez.

Alex suspira, conteniendo las ganas de negarse y asiente levemente, intentando no pelear por un momento. Pues lo que siempre hacían era discutir, y si el la quería realmente debía de comprenderla y darle su espacio.

—D-de acuerdo— parece estar arrepintiéndose de dejarla ir. — No lleguen muy tarde— su voz parece estar más tranquila, decide volver a su habitación y seguir con un par de cosas que tenía pendiente hace más de un mes. Ser el futuro rey no era lo mas divertido, sin duda.

Bella decide abandonar la sala y dirigirse con su hija al parque. Por esta vez, decide ir caminando, con una gorra y unas gafas para sentirse algo más "normal" y evitar la atención de la gente.

Una vez que llega, toma a su hija en brazos y se dirige a los columpios que son para nenes pequeños. Al colocarla en uno de eso, comienza a balancear a la niña con sumo cuidado. Pues ya se había recuperado de la fiebre, pero aún así quería tener ciertas precauciones.

—Eres tan hermosa— susurra observando la gran sonrisa de su pequeña, una muy similar a la que le había dedicado a Erick esa mañana en el hospital.

—¿Be-ella?— alguien a sus espaldas llama por su nombre, así que voltea algo sorprendida al reconocer esa voz.

—Oh... hmh hola— quería golpearse por simplemente decirle 'hola' a la única persona que puedo ofrecerle su alma y corazón.

—Yo... mm me alegra verte por aquí— suena algo triste a pesar de decir que se sentía feliz. —Sam se parece mucho a ti— dice observando a la niña en el columpio, intentando romper el silencio que los inundó por unos minutos.

—Si, así es.— dice afirmando sus palabras, y a la vez agradecía que así fuera, pues todo sería más complicado si ella tuviese los rasgos de su padre.

Excepto por sus ojos. Muchos decían que los ojos de Sammie eran gracias a su madre, quien los tenía de un verde más claro. Pero ella sabía que esa mirada verdosa era de su padre, pues tenían el mismo brillo y lograban hacer lo que ellos quisieran con sólo esa miradita.

—No se parece en nada a Alex— dice algo ¿aliviado?

—Mmm pues... mejor ¿no?— dice con una sonrisa algo nerviosa.

—¿Por que te casaste con él, de todas formas?— Erick suelta esas palabras con algo de enfado, pues esa pregunta yacía en su mente por mucho tiempo. ¿Ella jugó con él? ¿Todos sus 'te amo' fueron de mentira?

—No... no quiero hablar de eso ahora— dice realmente incómoda por la reciente pregunta. En este momento su corazón ha comenzado a latir más rápido de lo normal, sus manos comenzaron a tener un ligero temblor dándose cuenta cuan nerviosa se encontraba.

—¿Casi tres años no te han parecido un buen momento?— dice con cierta molestia por su evasión.

—De todos modos, ya todo pasó. ¿Que sentido tiene que te conteste después de casi tres años?— dice algo decepcionada de sí misma. Pues nunca le iba a parecer un buen momento.

—¿Cuantos años tiene?— dice desviando su atención a la niña. Bella se tensa por la pregunta inmediatamente.

—Do-os años— el tartamudeo de ella hacen que Erick comience con sus sospechas una vez más.

—¿Y cuántos meses?— dice ahora acariciando la mejilla de Sammie, quien nuevamente le estaba dedicando una linda sonrisa.

—Si-siete... ¿Pero porque esa pregunta?— dice intentando despejar sus dudas. Aunque se sintió mal por mentirle con aquello. La niña tenía ocho meses en realidad.

—Bueno... nosotros mhm tuvimos relaciones en ese tiempo, supongo que... Agh olvídalo— dice alejando la mano de la pequeña. —Sonó muy estúpido ¿No? Digo... por un momento creí que ella pudiese ser mi hija, pero es algo absurdo. Por que si así fuera, me lo hubieras dicho ¿Verdad? Además... no coinciden las fechas, fue algo torpe de mi parte. Lo siento— un nudo se instala en la garganta de Bella, sin poder soportar mucho las palabras que el amor de su vida le habían dicho.

"Por que si así fuera, me lo hubieras dicho" vuelve a repetir esas palabras en su mente, sintiendo como la culpa la carcomía por dentro peor que si de una enfermedad se tratase.

Las lágrimas se hacen presentes y en ese momento quiere haber deseado que realmente hubiese muerto al caer del balcón. Pues no estaría lidiando con todo esto en ese momento.

—Lo siento Bella, no quería que te pongas así, soy un idiota— se acerca a ella y la abraza. Hacía tanto no sentía su cuerpo tan cerca, su aroma choca en sus fosas nasales haciéndola desfallecer.

Se estaban abrazando, como si nada hubiese pasado.

Quería decirle la verdad allí mismo, pero su cobardía se lo impidió.


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Estoy llorando yo ahora💔 Ya dile la verdad Bella! Okno jaja espero les haya gustado la actualización :) gracias por leer!

El secreto de Bella | Erick Brian ColonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora