El secreto de Bella | Erick Brian Colon

Capitulo 15: Dieciocho años

Y asi fue como dia a dia me acercaba mas a mi final. Solo faltaba una semana para mi boda, mis dos años de "libertad" se habian pasado asi de rápido. No encontraba ninguna explicación al porque yo seguia con este plan, todo para proteger a mi padre, que realmente no es mi padre.

¿Por que yo hacia todo esto después de que el siempre fue en contra de mi y mis sueños? Y la respuesta estaba en frente mio, dándome un abrazo. Mi mama.

—No se que haré después de la boda, tal vez Alex decida venir a vivir aquí— mi voz suena cansada. Y es porque así me sentía todo el tiempo; tenia ojeras, dormía y comía muy poco, me sentía en una batalla todo el tiempo y la razón era que Alex siempre que estaba disconforme con algo o alguien siempre era yo la culpable, recibiendo gritos y maltratos físicos por su parte.

—Quisiera impedir esta boda, realmente lamento haberte mentido por tanto tiempo. Mi niña, ya tienes dieciocho años recién cumplidos y ya debes dar este gran paso— se suelta del abrazo para decir eso y vuelve a abrazarme. Ya no la culpaba de todo el mal, entiendo sus razones como madre y eso me hizo perdonarle todo.

—No te preocupes madre, no estoy tan disconforme tampoco. Yo sabía que debía casarme con él desde que era pequeña— solo digo esto para tranquilizarla, pero yo muy bien sabia que esta boda sería otro final para mi vida.

—Debo ir a ducharme, baile demasiado y estoy algo cansada— recordé que tan bien la pase por una hora en el festejo de mi cumpleaños, pero Alex llegó a mitad de la fiesta y un poco mas no sacaba a los invitados por la ventana. Me había avergonzado frente a los pocos amigos que tenia, y mi madre aun no entendía el porque de su conducta.

—Claro mi niña, nos vemos mañana princesa— me da un suave beso en la coronilla de la cabeza y un reconfortante abrazo. Cuando veo que sale comienzo a quitarme mi vestido, pero escucho que la puerta se abre una vez mas.

—Hija lo olvid... ¿Que tienes ahí?— al escuchar y ver su expresión de horror, se que vio alguna que otra marca en mi piel con signos de que me habían golpeado.

—Yo... Mama me c-caí torpemente, sabes que lo s-soy— ni siquiera puedo formular una oración, estoy tan nerviosa que se me había ido el sueño.

—Hija es imposible que por una caída tengas esos moretones, déjame ver más de cerca, debo controlar que esto no pase a mayores— dice con su voz demasiado preocupada. Intento reír para disimular mis ganas de abrazarla y contarle todo.

—Así que además de una reina, estás calificada como enfermera— digo intentando desviar el tema. Bromeó sobre el tema, pero me lanza una mirada fría, indicando que no le gustó mi pequeña palabrería en broma.

—Debes decirme la verdad hija— se agacha un poco y comienza a ver más de cerca mi estómago, el cual cada vez quedaba más plano.

—¿Fue el cierto?— al escuchar decir eso, me quedo quieta en mi lugar, creo que no hay ningún músculo que quiera moverse ni órganos que necesiten oxígeno en este momento.

—No se de que hablas, sabes que soy torpe y bueno... Me caí por mi estupidez. Solo es eso— trato de sonar convincente, lo más natural posible, como la antigua Isabella reaccionaria frente a su madre que trata de sacarle verdad-mentira.

—Christina... ella no pudo con la culpa y me contó, pero creía que solo lo hacía para llamar la atención y separarlos— ¿Christina hablo? ¿Ella realmente me traicionó de esta forma? ¿Es que acaso cada persona en la que creía confiar me daba un puñal por la espalda?

Mis lágrimas, que no me había dado cuenta cuando comenzaron a fluir, me delatan ante mi madre, mis lágrimas reflejan mi angustia y terror al mismo tiempo. ¿Que hará él si se entera que mi mamá sabe todo?

—Mama por favor, no debemos hacer nada, debemos quedarnos calladas por un tiempo— comienzo a duplicar. No quiero que la lastimen por mi culpa.

—No puedes vivir así, ¿tan mala persona fui que me sucede todo esto? ¿por qué mi hija debe sufrir por mis pecados?— parece estar hablando con alguien más en este momento. Yo aún estoy parada a su lado, llorando y deseando que Christina jamás hubiera hablado.

—Mama no debes culparte, cuando al fin se concluya la boda, yo me alejare de él, buscaré la forma para deshacerme de Álex y vendré por ti, viviremos juntas y lucharemos por nuestra felicidad, te lo prometo— ella se levanta y me abraza, siento que de esta forma me trasmite toda la paz y tranquilidad que mi mente y cuerpo necesitan.

—Te amo, y soportaría todo por ti- dice aún sin soltarme. Asiento levemente y dejo mis lágrimas fluir una vez más por mis mejillas.