Capítulo 20: El precio...

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Al llegar, solo sigo a Sam hasta la recepción del hospital. Ella pregunta acerca de Isabella y la miro con confusión, hasta que recordé la verdadera identidad de mi querida princesa.

-Tenemos que ir hasta el tercer piso, vamos en ascensor así será más rápido- su voz suena temblorosa pero segura a la vez. Asiento en su dirección y ambos nos dirigimos hacia el ascensor. Ella marca el piso tres, y al llegar al piso indicado salimos como un rayo del ascensor.

-Aqui es- dice parada frente a la puerta 149. Suspiro en cuanto estoy a punto de abrir la puerta, pero una voz me interrumpe.

-¿Quién eres tú?- una señora no más de treinta y pico de años se dirige hacia mi.

-Yo ahora te lo explico, no te preocupes- le dice Sam a la señora. Sam asiente para que yo pueda entrar y eso hago. Abro lentamente la puerta, esperando encontrar a mi princesa dispuesta a levantarse para darme un abrazo... pero lo único que está a mi vista es una camilla, de sabanas blancas y acompañada de una linda chica la cual tiene un montón de cables hacia su alrededor.

Me acerco lentamente, esperando que ella pueda abrir los ojos y me vea aquí, dispuesto a hacer todo para que volvamos a estar juntos como siempre debió ser. Nada de reinos, o un rey que nos pueda separar.

Al estar a su lado, tome su mano con delicadeza. Ella lucía tan frágil con tantos aparatos, con esa vendita aguja en su vena de brazo derecho, la incluso tiene unas cánulas que le permiten respirar. Esta tan débil que incluso la acción más sencilla de un ser humano le es imposible.

— Eres fuerte, mas de lo que crees. He viajado por horas para estar aquí, he esperado mas de seiscientos días para poder verte, no puedes solo irte cuando estoy aquí— le hablo, pero mi voz solo se quiebra en cada palabra, es como si algo se hubiera instalado en mi garganta que no me deja hablar con claridad, incluso respirar en este momento se siente incorrecto, es doloroso hacerlo.

  — Resiste un poco mas, resiste por mi. Te amo Bella, te amo tanto. El tiempo me lo demostró aun mas, no importa mi orgullo ni mis heridas en este momento, nada se compara al dolor que siento ahora que estas así — aún no he soltado su mano, la siento algo fría y eso me asusta. Comienzo a mirar detalladamente su rostro, me sorprendo al notar una lágrima deslizarse lentamente por su mejilla hasta caer hacia un costado llegando a su oreja.

Sus ojos parecen abrir y cerrarse en un solo segundo. Comienzo a gritar que necesito a una enfermera, necesito que alguien vea lo que yo ví. Mi princesa está a punto de despertar, yo lo sé.

Una enfermera oye mis gritos, comienza a revisar a Bella y sus signos vitales parecen haberse alterado, me piden que me retire de la habitación, cosa que se me hizo muy difícil, pero acepto para no armar un escándalo en el hospital.

Sam está afuera cuando salgo, y ella me pide que me acerque.

-Ella es la madre de Bella, Sophia Leenards- ella me presenta a mi ¿suegra?

Extiendo mi mano hacia la madre de Bella y ella la toma con algo de desconfianza.

-Yo soy Erick Colón, yo he venido a ver a su hija pues me tenía muy preocupado- intento seguir explicando mi presencia, pero ella interrumpe.

-Ya lo sé, Samantha me contó todo. Sé que amas a mi hija, ella te ama a ti también. Una vez de casualidad ví su laptop prendida, estaba mirando sus correos en cuanto note algo que parecía especial. Ella te ama de verdad, ¿por qué no solo la dejaste explicar las cosas?- suena indignada y no la culpo, yo también me siento mal por toda esta situación.

-Realmente lo siento, solo me deje llevar por el odio y no pude ver con claridad. Tenía tanto rencor, ella me mintió por mucho tiempo incluso creía que el amor que ella decía sentir por mí era parte de su mentira, pero al leer ese correo lo pensé por mucho tiempo y no lograba encontrar una explicación a sus palabras. Entonces un día la llamé, pero ella colgó en cuanto escucho mi voz, entonces una vez más me sentí un idiota por todo- me sincero con Sophia, ella solo había escuchado una campana de la historia y no la culpo tampoco por eso, Isabella era su hija y no quería verla sufrir.

-Ha pasado mucho tiempo, creo que es hora de dejar el pasado atrás- puedo ver como en sus ojos comienzan a acumularse las lágrimas. -Quiero que mi hija sea feliz, quiero que esté con el hombre que ama, a pesar de que deba enfrentar al mismísimo rey, haré lo posible para que mi hija este feliz- suena muy convencida de sus palabras, entonces ella me abraza por sorpresa y le devuelvo el abrazo cortésmente.

-Gracias señora Leenards, para mí es más que importante que me esté diciendo estás cosas, yo a su hija la amo de verdad- ella al escuchar esto, asiente convencida por mis palabras.

-Tengo noticias- dice Sam saliendo de la nada, sorprendiendome.

-¿Que sucede linda?- dice Sophia con tono de preocupación.

-Ella... Bella despertó, ella quiere verte- al oír eso, levanto la vista y noto que me está mirando fijo.

-¿Te refieres a mi?- digo con sorpresa.

-Si Erick, ella pidió verte, ¡vamos entra!- exclama con emoción. Yo sonrío más que feliz, no esperaba que esto sucediera realmente pero si que esto me estaba gustando. Volveré a hablar con mi princesa, está vez nada podrá alejarme de ella.

Entro a su habitación, al verla le sonrío y me acerco hasta ella.

-E-erick- dice con la voz rasposa.

-Si Bella, soy yo...- me encuentro a su lado, una vez más tomando su mano sin ánimos de querer soltarla, nunca más.

-Te amo- sus ojos se llenan de lágrimas, al igual que los míos. Al fin la tenía así de cerca de mi.

-Yo también te amo princesa, te prometo que nunca más te dejare sola- le aseguro mientras le doy un suave beso en su mano.

Entonces me di cuenta que... el precio de la felicidad es llorar en silencio, porque aunque ahora sienta que mi cuerpo está compuesto solo de alegría, había pasado por muchos días tristes para llegar hasta aquí. Pero todo eso valió la pena, sé que es así.

El secreto de Bella | Erick Brian ColonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora