Capítulo 21: Déjame sola

372 36 4
                                    

Narra Bella:

Siento como si hubiera despertado de un sueño profundo, aún así fue algo eterno estar en esta cama de hospital.

Erick se encuentra a mi lado en cuanto despierto, eso me había dado más fuerzas. Yo solo creí que había sido un sueño el que él este conmigo, pero realmente estaba aquí. Él me trajo a la vida.

—Disculpe, pero debe retirarse de la habitación. La señorita Leenards debe descansar— la enfermera irrumpe en nuestra burbuja de dulzuras. Bufé algo molesta, aunque "fuera por mí bien" pero Erick también me hacía bien, su presencia y su fragancia me inundaban para darme fuerzas.

Erick me da un beso en la mejilla y la acaricia levemente.

—Vendre a verte mañana princesa, te amo ¿si?— su voz es tan dulce cuando habla conmigo, que eso me derrite.

—Claro, adiós amor— intento hablar dulcemente, pero aún siento irritada la garganta, eso influye en mi habla.

Veo como la enfermera inyecta algo  el suero, así que la miro extrañada. Ella nota mi mirada fija, así que me mira y sonrie amable.

—Solo es un calmante por si sientes algún dolor en tu cuerpo.— suena amable, así que sonrío en respuesta y desvío la mirada. La ventana se encuentra abierta, así que me pierdo en el maravilloso paisaje que me brinda. La noche está perfecta hoy, las estrellas parecen brillar más de lo normal y la luna está en su completo ángulo.

Mis ojos se cierran de a poco, creo que el calmante comenzó a hacer efecto.

Abro los ojos lentamente, siento que dormi por un tiempo pero a la vez siento como si nunca lo hubiera hecho. Mi cuerpo se siente aún más cansado, algo me pesa en mente y cuerpo. Incluso mi respiración es inestable.

—Despertaste— una voz masculina hace un eco por toda la habitación, aunque si reconocía a esa voz. ¿Que hacía el aquí?

—Sal de aqui— digo con la voz temblorosa. Él lograba que me sienta insegura en un abrir y cerrar de ojos.

—No me iré de aquí sin ti, hay una boda que concretar— cierro los ojos y los abro, deseando que él solo sea un producto de mi imaginación... pero no lo es, puedo ver su silueta en la oscuridad de la habitación con la poca luz que entra por la ventana.

—Creo que es más que obvio que no me casaré contigo— digo fingiendo una voz firme.

—¿Acaso oí mal? ¿No te casarás? Y como piensas detenerme ¿eh?— mis manos tiemblan, mis ojos comienzan a irritarse por las lágrimas que estoy acumulando.

—Ya viste de lo que soy capaz, ¿te das cuenta que prefiero la muerte antes de pasar toda mi vida contigo?— siento que en cualquier momento dejaré que mis lágrimas se deslicen libremente por mis mejillas, pero no le daré el gusto de que noté mi miedo hacia el. Limpio las lágrimas que intentan caer, pero mi cuerpo continua paralizado.

*Veo como la enfermera inyecta algo  el suero, así que la miro extrañada. Ella nota mi mirada fija, así que me mira y sonrie amable.

—Solo es un calmante por si sientes algún dolor en tu cuerpo.— suena amable, así que sonrío en respuesta y desvío la mirada. *

¡Claro! La enfermera es su cómplice. ¿Como no me di cuenta antes?

—Eso no me importa, no volverás a cometer este error por segunda vez— sus pasos se escuchan más cerca, mis manos son la única parte de mi cuerpo que puedo mover, me siento débil ahora mismo.

—En cuanto salgas de esta porquería de lugar, volverás al castillo y nos casaremos. Al menos que quieras que revele el secreto de tus padres, y que tu madre quede como una cualquiera delante del pueblo— intento darle su merecido, pero detiene mi mano.

¿Este era su ultimátum? ¿amenazarme con la reputación de mi madre? Pues lo había logrado, logró una vez más que le tema.

—Es-esta bien— tartamudeo.

—Eso quería escuchar— suena arrogante, que repugnante.

—Vete Álex, ya déjame sola— digo sin poder evitar llorar.

Por esta vez, logra hacer caso a mis palabras. Veo como la puerta se abre y cierra al unisono.

¿Cómo puedo decirle todo esto a Erick? Sé que si invento una excusa él lo notará y pedirá la verdad. Entonces, ¿Como debería actuar?

Creo un discurso válido para mi mente, pero no tenía salida esta vez, no quiero volver a lastimarlo por cosas del pasado ni tampoco quiero que me odie por mentirle.

Debo decirle la verdad, contarle lo de mi madre y su pasado, y cómo es que Álex apareció aquí con sus amenazas.

¿Por qué debí quedar viva? ¿Por qué no morí en cuanto mi cabeza estrelló contra el piso haciéndome sangrar?
No encontraba otra respuesta que no tenga el nombre 'Erick' en ella.

Suspiré intentando calmar mis nervios, estaba en un callejón sin salida, incluso volver a intentar tirarme de otro balcón me parecía absurdo.

Tengo que hablar con Erick, lo antes posible.

El secreto de Bella | Erick Brian ColonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora