Había pasado ya una semana aquí en el hospital, sin duda fue una experiencia más que horrible para mí. Apenas si me dejaban levantarme, la comida era pésima y mi madre no paraba de darme el mismo discurso una y otra vez. *No debes hacer esto por mi, no valgo la pena*
Aunque le decía que hacía esto porque la amaba y quería que el pueblo de Holanda la sido respetando, no me comprendía. Yo solo niego con la cabeza y sigo durmiendo.
—¿Cómo te sientes mi niña?— escucho hablar a mi madre, mientras veo como se sienta en la silla de al lado de la camilla.
—Supongo que un poco mejor, ¿Tu madre cómo estás?—
—Aun siento que esto es un error, pero no voy a llevarle la contraria nunca más. Supongo que debo aceptar todo lo que digas y hagas, mientras siempre aceptes que te de mi opinión sobre ello, ya sea bueno o malo— nunca dejó de ser la madre protectora.
Ruedo los ojos, suspirando me cruzo de brazos.
—¡Bien! No hablaré más del tema... ¿Tienes hambre?— suena dulce así que sonrío para despreocuparla.
—¡Claro! Pero que no sea algo del hospital— digo juntando mis manos en forma de oración, junto al infaltable puchero.
—Mmm debes de cuidarte hija, tienes que seguir con la dieta de solo líquidos por ahora— bufé enfadada y desvío la mirada, ignorandola.
—¿Qué tal algo de gelatina? Sé que te gusta, iré a comprar de fresa ¿Si?— al escuchar eso, sonrío como si fuera una niña pequeña. Asiento rápidamente y ella se retira de la habitación.
No pasa más de un minuto que Álex se encuentra aquí. ¿Y ahora que quería?
—Se que mañana saldrás, así que espero que estés bastante presentable para las cámaras— al escucharlo decir eso fruncí el ceño ¿Cámaras?
—¿Disculpa?— digo sin comprender.
—¿Que esperabas? Los reporteros están detrás de la princesa mimada y quieren saber si fui un accidente o...—
—Okey comprendi— digo interrumpiendolo, obviando el hecho de que menciono mi intento de suicidio.
—Bueno, tendré que quedarme aquí por un momento, quiero saber cómo se encuentra mi 'princesita'— la ironía y desprecio son palpables en su voz, no puedo evitar bufar ante eso.
—No debes hacerlo, mi amor— digo jugando su mismo juego.
—No me llames asi Isabella, me das náuseas— que irritante es.
—Tu a mi igual, Álex. ¿Si tantas náuseas te provoco, por que quieres casarte conmigo?— digo cruzada de brazos.
—Me caso contigo por tu rango social, no por ser la bailarina falsa de esa bandita— ¿Alguien podría golpearlo?
—Es lo único que logré hacer bien, pero ahora estoy aquí ¡Que tonta! ¿Verdad?— ¿Sarcasmo?
—¡Ya cállate que me irritas!— grita enfadado. Sonrío complaciente, idiota.
—¿Qué haces aquí? Vete— siento que un poco de alivio me invade en cuanto mi madre entra por la puerta.
—Ya se iba madre, no te preocupes— digo pausadamente, lo último que quiero es que Álex comience a atacar a mi madre.
—Adiós señora Leenards, ¿O tal vez solo deba llamarla por su verdadero apellido?— Álex estaba jugando con fuego realmente. Le lance una mirada de disgusto y él frunce los hombros.
—¡Adiós Álex!— digo a regañadientes.
Veo como se retira con una sonrisa triunfante. ¿Por qué siempre se salía con la suya?
—¿Entiendes lo que digo ahora hija? Ese chico es despreciable, no es alguien digno de ti— su tono enfadado logra asustarme un poco.
—¡Ya basta madre! No podemos volver el tiempo atrás y lo sabes. Lo único que debo es casarme, y creo que ya llegó la hora de irme de aquí— mi madre escucha atentamente, pero niega en desaprobación.
Intento levantarme de la bendita cama de hospital, pero ella me lo impide.
—¡Dejame! ¡Quiero irme de este asqueroso lugar ahora mismo!— grito enojada. Ella me abraza a la fuerza e intento safarme de su agarre pero me es imposible. Es imposible, nunca podré hacer ni por un momento lo que realmente deseo. La abrazo, sin contener más las lágrimas que retienen mis ojos. ¡Quisiera que esto solo sea una pesadilla!
—No te casarás con ese chico, ¿me escuchas? Hablaré con la prensa si es necesario y contaré toda la verdad. Tú no eres la hija del rey entonces no tienes porqué cumplir un rol como princesa para este país— me separo de ella sorprendida, la miro y no puedo creer todo lo que escuche.
—¡Estas loca si crees que te dejare hacer eso!— digo sosteniendola por los hombros. Ella se separa de mi lado y comienza a alejarse.
—¡Mama, no! ¡No lo hagas!— grito para que me escuche, pero nunca vuelve a la habitación. Simplemente se irá y se humillara ante los periodistas.
¡Todo es mi culpa! Nunca debí viajar a escondidas, ¿por qué no simplemente me quedé cumpliendo mis responsabilidades como princesa? Tal vez nunca hubiera sabido la verdad, pero ahora que pasó todo esto desearía nunca haberla sabido.
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El secreto de Bella | Erick Brian Colon
FanfictionIntenté escapar de mi realidad como princesa, pero para conseguir que no me reconozcan tuve que usar un disfraz, tuve que fingir ser una chica normal... Ahora escondía un secreto: Mi identidad. 2° lugar en Fan-Fic en los Premios Emmys 2017 Portada h...