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Podía escuchar como el chico rubio  susurraba algo irreconocible mientras entraban al lugar, Malcolm había decorado de una manera cálida aquella solitaria mansión para que se sintiera hogareña para él y su esposa, Magnus había venido tantas veces a visitarlo que no sé sorprendía de ellos, pero siempre había un cambio nuevo, pero Jace no había ido nunca así que era diferente para él.

— Déjenme buscar mi diario, ahí tengo anotado los recuerdos de mis sueños— dijo Malcolm.

Mientras entraba hacía una habitación cercana, Magnus volvió su vista a Jace que tenía la misma mirada y al parecer compartía el mismo pensamiento.

— Vigila aquí, si viene Annabel dile que hay una reunión de brujos— dijo Magnus con seriedad— Si pregunta algo, solo evita y dile que es una reunión, aunque no me demoraré.

El chico rubio asintió y Magnus entró a la habitación por donde había entrado el otro brujo, entonces se llevo la sorpresa cuando lo vio escribiendo una carta con rapidez sobre un escritorio más cercano. Enfadado uso su magia para que la hoja y el bolígrafo se desvanecieran.

— Sin trucos, Malcolm— dijo Magnus molesto.

Cerrando las puertas detrás de él para que nadie más entrara, el brujo de ojos púrpuras con un semblante de preocupación movió su mano tirando una descarga de su magia hacia el brujo de ojos verdes dorados, pero Magnus pudo evitarlo devolviendo el golpe de la misma manera haciendo que Malcolm cayera hacia atrás, derribando la estantería de libros, escuchándolo quejar, a pasos largos se acercó a él y lo levantó con ayuda de su magia para poder verlo cerca de su cara.

— No puedes contra mi— murmuró Magnus— y tú lo sabes, así que dime todo ahora.

Malcolm asintió mientras le resumía los pasos que debía seguir y a donde debía ir, le dio su diario para que no se equivocara también en todo el trayecto, el brujo más joven se sentía tan preocupado por los sentimientos distorsionados del gran brujo de Brooklyn. 

— Eso es todo, te he dicho todo— dijo Malcolm— pero debo reiterar que es peligroso esto Magnus, revivir a una persona está contra las leyes, no solo de los Nephilim sino que de la vida de tu novio, mis sueños no mostraron más que catástrofes.

— Pero si ella muriera tu haría lo posible para revivirla ¿O no?

Magnus vio cómo el otro brujo asentía lentamente a la pregunta que le había hecho porque lo había tomado de sorpresa.

— Yo necesito revivir a Alexander— dijo Magnus en un tono suave— tú más que nadie debes entender mi dolor.

Con aquellas palabras soltó del agarre a Malcolm que cayó al piso susurrando algo en voz baja.

— ¿Pero vas a perder tu libertad, tu cordura, tu vida por esto?

Magnus se arrodilló mientras sostenía el diario entre sus dedos, quería ver a la cara del brujo más joven cuando le hablara de su decisión ya tomada. 

— A veces hay que sacrificar algo por obtener lo que uno quiere. Yo quiero a mi Alexander y hasta que no lo tenga no me cansaré, derribaré todo lo que se coloque a mi paso por él.

Se levantó después de eso para dirigirse a la puerta, pero antes de abrirla se dio vuelta y miró al brujo en modo de advertencia por ultima vez.

— Si le cuentas a alguien que he estado aquí, vendré y cumpliré la visión que has tratado de evitar por tantos años. No juegues conmigo.

Viendo como el brujo lo miraba aterradopor aquel comentario, ya no podía reconocer a su amigo, al parecer había perdido su cordura por una muerte más que debía superar. Magnus sonrió de medio lado para después salir de ahí, cerrando la puerta detrás de él, vio a Jace cerca de la puerta que hizo dos pasos hacia atrás cuando vio, hizo una mueca cuando cruzaron miradas.

— Vamos.

Hizo un portal cuando otro apareció cerca de la puerta principal y de ella salieron Clarissa con Izzy igual de armadas como estaba Jace, solo que las dos Nephilim frente a ellos no parecían nada contentas con la situación.

— Acá están— dijo Izzy molesta—no sé que quieran hacer con el cuerpo de Alexander, pero lo quiero de vuelta ahora mismo.

No Me Dejes. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora