MAGNUS.
Sentía a Jace a su lado, con una espada serafín a un lado y la mirada en distintos lugares mientras caminaba, del otro lado Isabelle estaba en la misma acción, protegiéndolo, mientras tanto él estaba alerta por si algo les atacaba de frente o de arriba. El lugar donde debía llegar no quedaba tan lejos, era un cerro donde el mismísimo Jonathan cazador de sombras se había alojado cuando había querido detener a Lilith, la historia de eso jamás fue contada, ni en los libros de los Nephilim.
—Jace demonios a la derecha— dijo Isabelle.
Magnus se quedó de espalda a ellos, mirándole de reojo como Isabelle dejaba que su pulsera bajará por su mano desocupada y quedará como el látigo que tantas veces había visto, Jace en cambio dejó que sus marcas brillarán de color oro, y la espada se moviera con agilidad entre su mano. Los vio alejarse un poco, pero él se quedó ahí, por si algún demonio se dedicaba a atacarle por las espaldas estando distraídos. Además era difícil controlar su magia en un lugar así, siempre tratando de explotar.
—Ten cuidado, sus garras pueden atravesar tu cuerpo y sobrepasar hasta sacarte el corazón.
Magnus miraba el cielo y a la vez hacia sus lados, sentía a Alexander cerca ¿Pero dónde? ¿Dónde estaba que podía sentirlo?
—Esos no Jace, estos son los que en sus tentáculos tienen veneno. — respondió Izzy.
Se dedicaron a avanzar, comenzando a agarrar a algunos demonios que se habían salido del grupo para hacerlos desaparecer, hasta el momento estaban teniendo suerte de no sufrir daños.
—Magnus al cielo, ahora. — dijo Jace.
Levantando la mirada, llevó su mano al cielo dejando escapar una llamarada de magia anaranjada amarillenta y el cielo se llenó de luz, las cenizas de los demonios fueron cayendo, y los demonios que estaban en tierra desaparecieron como si se trataran de humo.
—Debemos irnos— apuró Magnus— ya saben que estoy aquí.
Comenzaron a correr, aún los Nephilim seguían atento al área, pero Magnus sabía que no aparecerían, sin pensarlo, sin poder aguantarlo había dejado escapar la señal que tendría alerta a Asmodeus y Lilith, porque indicaba que ya estaba en el lugar para ir en busca de la venganza contra Jonathan Morgenstern. A lo lejos pudo ver el cerro donde estaba la cueva, se podrían quedar ahí por unas horas y seguirían su camino.
—Magnus.
Se detuvo en seco, sintiendo como su cuerpo temblaba, Alexander lo llamaba, miró hacia toda dirección, buscándolo, tratando de poder apreciarlo y salvarlo, pero no había nada.
—Magnus debemos irnos— dijo Izzy.
Jace e Izzy pararon a unos metros, pero Magnus no se podía mover, sentía a Alexander, le había escuchado ¿Pero dónde estaba?
—Una vida está atada a la sangre. Sangre que debes derramar si quieres recuperarme.
Estaba desorientado, mirando a todos lados, quería preguntar, quería saber que sucedía, porque Alexander estaba diciendo aquello tan desagradable de su boca cuando nunca había sido capaz de decir ni un insulto frente a su vista, excepto cuando estaban en la cama. Sintió ser agarrado de los brazos y ser arrastrado.
—Magnus ¿A donde debemos ir?
Reaccionando, apuntó el cerro y trató de decir alguna palabra, pero solo balbuceo que era ahí, en ese lugar. Parecía un tipo de deja vú, sentía que sabía algo de lo que Alexander le había dicho, pero ¿Qué pasaba? ¿Qué le habían hecho a su Alexander?
—Magnus, no es hora de esto, colabora con nosotros.
Tragó con dureza, y colaboró con los Nephilim, mirando en vez en cuando para ver una sombra seguirle. Alexander estaba ahí, pero como siervo de Jonathan, pero hasta que no le separará de aquel vínculo que tenían, antes de que matará a Jonathan, no podría recuperarle, no podía hacer nada, y eso lo estaba haciendo enfurecer.
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No Me Dejes. •Malec•
Fanfic||Malec|| "Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde." Magnus quiere revivir a Alexander, tener una segunda oportunidad para compartir su vida con él. Publicado en el: 2017