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Cuando las primeras nubes de humos descendieron y el aroma a putrefacción llegó a sus sentidos de olfato, Magnus y los dos Nephilim ya estaban preparados para seguir su camino, haciéndole caso a Jonathan de ir hacia ellos. El brujo sabía su táctica, sus juegos donde los acertijos estarían presente, llegarían hasta el punto de querer volverlos vulnerables, y poder matarlos. Juegos, ellos eran parte del juegos. Sentía sus manos temblar, su boca sabía a sangre por haber mordido tanto la parte interna de su mejilla, su ojo izquierdo comenzó a parpadear y algo dentro de su pecho incomodaba y dolía.

—Debemos estar preparados, saben que estamos aquí, saben a dónde quieren llevarnos — susurró Jace.

Siguieron caminando hasta ver a Alacante en ruinas, Magnus conocía la cuidad de los Nephilim solía ser solicitado siglos atrás por la clave, agradecía el momento que no tuvo que hacerlo más, pero mirando a sus compañeros podía ver el dolor en sus ojos cuando observaban el paralelismo de su ciudad con la de Edom. El río que divide las murallas para entrar a la cuidad ya no era de un azul claro, si no de un rojizo, sangre. Las casas en pedazos, hay silencio, no hay ruido, no hay nada, las torres de demonios que se ven a lo lejos solo marca el tintineo de un color rojizo, todo está quemado, destruido, roto. Una imagen que ningún Nephilim quiere ver. Se adentraron a la cuidad, en silencio, con sus armas y las manos de Magnus con una chispa de magia por si se le ocurría a Jonathan atacar. Las torres de los demonios comenzaron a iluminar de un color dorado rojizo.

—Nos quieren llevar al Gard —susurró Jace —quieren que vayamos al Gard.

Los tres asintieron, si los quería allá entonces irían aunque estuvieran en camino a un lugar lleno de demonios, aunque estuvieran yendo a su muerte.

—En el arsenal hay armas — dijo Izzy.

—No creo que en Edom hayan armas ahí— respondió Magnus.

Caminaron por las calles viendo como dentro de las casas destruidas pasaban sombras y se escuchaban las maderas crujir de manera aterradora.

—La plaza —susurró Jace.

Y no estaba equivocado en la terminación de la calla había una estatua con la cabeza cortada, el ángel Raziel ahora de un color negro. Cuando llegaron al centro de esta y los dos Nephilim tocaron al ángel, Magnus mirando hacia la esquina norte vio el salón donde cada Nephilim usaba para sus fiestas, el salón los acuerdos, había escuchado hablar al inquisidor, con quién tuvo una amistad siglos atrás, sobre lo maravilloso que era, en Edom debía ser un lugar en ruinas.

—Que desagradable que es este lugar —dijo Izzy— nunca me había imaginado Alacante tan destruido como los que mis ojos ven ahora.

Magnus miró en un cerro, un poco más alto y lejos de donde estaban el lugar donde debían ir, no había nada para esconderse, todo el camino que estuvieran dando serían observados, analizando sus movimientos, preparándose para cuando ya estuvieran cerca, debían hacer un cambio para no quedar tan vulnerables a los ojos de esos demonios.

— No es hora de lamentaciones, estamos en un problema que debemos arreglar ahora —dijo Magnus.

Señalando lo que él quería decir.

—Nos van a ver, sabrán cuando llegaremos.

—Debemos subir por otro lugar o hacer algo para que no nos vean —señaló Jace.

No había manera, el Gard parecía estar ubicado en ese lugar para el que subiera pudiera ser visto, una trampa muy directa.

—No, no lo hay — respondieron Izzy y Magnus.

Se quedaron pensando aún sin perder la mirada alerta del lugar. Después de un momento Jace pareció haber pensado en algo pero cuando estaba por hablar y Magnus esperaba ansioso un plan, el chico cerró la boca y pasó su mano por toda su cara con frustración.

—Entonces nos dejaremos guiar por la institución y que sea lo que Raziel quiera —opinó Jace.

Y Magnus pudo sentir en su cabeza la risa que había escuchado de Alexander anteriormente. Ninguno dijo nada, siguieron a Jace hacia el camino del Gard, un paso y cada vez aumentaban el desafortunado destino de Jace o de Alexander, cuando fuera el momento verían que hacer.

No Me Dejes. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora