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Magnus.

Ver a Alexander parado estático a lado de Jonathan le había afectado, parecía un sirviente, una mano derecha, alguien que él no conocía, pero no lo demostró, se quedó ahí mirando a todos los demonios mayores reunidos, como si esta vez no habría truco de por medio y no iba a negarlo, estaba un poco asustado, no por él, si no por los Nephilim que lo acompañaban.

—Estábamos esperándoles— dijo Asmodeus— justo como me dijiste Magnus Bane.

Todos los demonios comenzaron a reír haciendo que Magnus y los dos Nephilim fruncieran el ceño por tan incómodo ruido, sus ojos pudieron ver cómo Alexander se agachaba un poco para que Jonathan susurrara, y entonces el ojiazul sonrió para mirarle a ambos, y después correr en su dirección, cuando estaban por creer que los atacaría el muchacho dobló para esquivarlo y así correr hacia la puerta.

—Yo voy por él— dijo Jace.

— ¡No!— gritó Magnus.

Miró a Isabelle, y le señaló que fuera detrás de él, lo que menos quería era que Jace apareciera muerto, la chica no desobedeció, se fue en su búsqueda. Así que ahí estaba, solo, delante de tantos demonios que lo miraban divertido por la situación, tenía que usar su cabeza para que pudiera contra ellos o solo sería un brujo muerto prontamente.

—La vulnerabilidad se comienza a notar, cuando uno queda solo Magnus Bane.

El brujo tomó aire y sonrió, no demostraría su dolor en ningún lado, menos delante de aquellos, solo haría lo que sabía hacer, ser el excéntrico Magnus Bane, el gran brujo de Brooklyn, el mejor conocido en toda la historia.

— ¿Vulnerabilidad?— preguntó Magnus— solo lo están confundiendo con una intoxicación, es horrible el olor dentro de aquí.

Dentro de él sentía un poco de curiosidad que sucedía afuera, si estaban bien, si Alexander por lo menos no les haría daño a sus dos hermanos menores, esperaba que así fuera. Cayó de rodillas al suelo sintiendo como comenzaba a tener dificultad para respirar, frente a sus ojos la reina Lilith estaba con su mano derecha hecha puño y las risas de los demonios detrás de ella.

—Te dije, te lo dije Magnus Bane— se escuchó la voz de Asmodeus— si hubieras estado a mi lado, y no siendo una mascota de los mundanos y Nephilim, esto no estaría sucediendo.

El brujo dejó escapar una carcajada pero en el trayecto, ya no pudiendo respirar se escuchaba a penas como una tos ronca salía de sus labios.

— ¿Quieres matarme brujo?— preguntó Jonathan— ¿Te crees superior a mi?

El chico se arrodilló a su lado, pero ahora el brujo estaba comenzando a ver nublado ¿Cuánto duraría su oxígeno? ¿Cuándo sería el tiempo que caería inconsciente? Pero entonces el agarre de su cuello se fue de golpe y Magnus comenzó a toser buscando aire.

—Te dejaré hacerlo brujo, solo para divertirme con tu cuerpo— añadió— tu existencia morirá aquí, como sucedió con tus amigos brujo y el vampiro.

Magnus se molesto y se paró, aunque aún seguía algo mareado, no dejaría que un Nephilim, un hijo de Valentine Morgenstern, viniera a sobrepasar los límites, sintió las palmas de su mano picar por la necesidad de deshacer su magia, pero debía esperar, miró hacia la puertas abiertas, esperando que allá afuera tuvieran controlando la situación. Volvió la mirada a Jonathan, tenía entre sus manos una espada mientras los demonios comentaban por lo bajo de la irresponsabilidad de Jonathan que aún no le mataba, pero no sé movían de su lugar. Un Morgenstern nunca tenia piedad, no hacían lo que estaba haciendo Jonathan, si hubiese sido Valentine ya estaría muerto.

—Un brujo no necesita de armas para luchar.

Y el chico se lanzó a él, haciendo que el brujo a penas pudiera esquivar la espada, llevándose un corte cerca de su abdomen, las risas de los demonios parecían torturar su cabeza, no podía encontrar colocarse bien sin marearse, aún sentía la presión en su cuello haciendo palpitar su cabeza y su pecho, estaba agitado y la vista sabía cruzarse haciendo que fuera difícil enfocarse. Cuando vio que el chico caminaba alrededor de él, Magnus levantó su mano para dejar que su magia se acumulará entre sus dedos, pero su visión antes de mostrarle a Jonathan le mostró Alexander, la magia acumulada volvió dentro de él mientras tragaba con dificultad.

"Es una visión, no hagas caso, solo es una alucinación."

Pero aunque fuera una visión no podía hacerle daño a Alexander, no era capaz, volvió a esquivar un espada que se clavó un poco más profundo en forma vertical en su pecho donde comenzó a sangrar, Magnus le dio un golpe de su poder haciendo que el chico cayera hacia atrás.

— ¡Alexander!

Se acercó casi temblando, viendo el cuerpo de Alexander, se arrodilló, moviendo sus manos pensando si tocarlo o no, los ojos del chico se abrieron.

—Me heriste.

Sonaba igual que Alexander, sus ojos, era la alucinación más linda y la extorsión más horrible que le estaban dando.

"Es una alucinación, solo es eso."

Entonces el chico comenzó a reír, y Alexander desapareció, mostrando a Jonathan quien lo trajo hasta él y le clavó una daga en su abdomen comenzando a sangrar de inmediato, Magnus se tiró hacia atrás comenzando a sentir el ardor de la herida.

—El amor destruye a grandes guerreros, un desperdicio de persona, de poder.

Aún no moriría, de eso estaba seguro, era una daga sin esencia Nephilim, Jonathan estaba esperando algo para después terminar con su vida, los espectadores no hacían nada. No era un ser débil, era la persona más fuerte por haber tenido una relación con un Nephilim, haber superado cada obstáculos y haber luchado hasta el final, no todas, para revivirlo.

— ¡Jonathan, deja de jugar con mi novio!

Magnus sonrió a ver a Alexander en la puerta ¿Pero dónde estaba Jace e Izzy?

No Me Dejes. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora