Sus párpados pesan y su cabeza duele como mil demonios. Apesar de que sus ojos quieren mantenerse cerrados los obliga a abrir, la poca luz que se filtra por las rendijas de su persiana le permite enfocar sus adormilados ojos, gira su cabeza hacia su derecha y ve a Raven plácidamente dormida con uno de sus pijamas y dado que la latina no estaba en condiciones para conducir, se quedó a dormir. Bosteza masajeando sus siens y se levanta para hacer sus necesidades fisiológicas, todo le da vueltas. Maldita resaca. Enciende la luz de su baño y lo primero que ve es el espejo, se acerca a él haciendo una mueca de desagrado al ver su rostro.
-Menuda cara.-Susurra encendiendo el grifo, moja sus manos para a continuación humedecer su rostro.
Se asusta al incorporarse, su reflejo ha cambiado. Su resacosa cara ha sido sustituida por una pintura oscura alrededor de sus ojos.
-¿Rimel? si ayer no me maquillé.-Susurra sacando una toallita desmaquillante y frotando sus ojos, mira al húmedo pañuelo y se encuentra con este igual como lo sacó de su envoltorio, es decir, blanco. Confusa vuelve su vista a su reflejo asustándose en el proceso; no solo tiene esa oscura mancha en sus ojos, sino que también tiene su cabello recogido con un trenzado nunca visto y una vestimenta que no es su habitual camisa blanca holgada, ni su pantalón de chándal gris que normalmente se pone antes de dormir.-Pero qué cojo...nes.-Mira sucesivamente de su cuerpo al espejo parando de pronto cuando se da cuenta de que su reflejo ya no repite sus mismos movimientos. Si antes estaba anonadada, ahora se siente acojonada ante lo que sus ojos ven; su misma imagen erguida con las manos hacia atrás apretando mandíbula y mirándola de manera seria. Se queda estática, sin mover un músculo, su lado racional le dice que se dé la vuelta y salga corriendo y su lado irracional la obliga a no moverse ante la curiosidad de saber que coño está ocurriendo ahí dentro, porque tiene ese aspecto, porque la mira de esa manera que tan bien conoce siendo puro signo de enfado y decepción, y por último y no menos importante, porque no se mueve cuando ella lo hace.
Su corazón comienza a latir desbocado dentro de su pecho, como si le dijese que algo va a ocurrir, decide dejar su curiosidad a un lado y comienza a andar de manera lenta hacia atrás sin despegar su vista de su propio reflejo, aumentando su miedo cuando este parece moverse. Se gira rápido sobre sus talones cuando justo va a salir por la puerta, siente como unos brazos la agarran con fuerza haciendo que retroceda con rapidez sin darle tiempo a reaccionar, a gritar siquiera. Cierra sus ojos indispuesta a abrirlos ante el pánico, en cuestión de segundos siente como sus rodillas chocan contra el suelo ocasionándole un chillido doloroso y el tacto de esos brazos que la agarraban desaparece. Entre una lucha interna del pánico que siente contra la curiosidad de saber que ocurre, acaba abriendo los ojos encontrándose en una habitación que no es la suya, se siente desorientada ante dicho escenario; la nítida luz que ilumina el cuarto proviene de velas encendidas en sitios estratégicos y de una pared con una especie de mandalas de flores por el cual la luz solar se filtra tras sus huecos al lado de una cama. Se levanta observando toda la habitación en su conjunto y su corazón se para de golpe al ver a Clarke, a Clarke besándose con su reflejo en aquella cama. El pánico que su cuerpo sentía acabó por desvanecerse y ser sustituido por una placentera calidez en su pecho hasta que se ve obligada a taparse los oídos por un inaguantable pitido, haciendo que su vista de pronto desenfoque todo lo que ve, que sus piernas flaqueen y que sus oídos solo sean capaz de escuchar ese irritable sonido.
PIIIIIIIIII...PIIIIIIIIII...PIIIIIIIII...
Abre sus ojos de golpe sin importarle cuán molesta sea la luz que ilumina todo su cuarto por no haber bajado las persianas la noche anterior. Mira a su derecha, Raven no se encuentra en su cama, ladea su cabeza para mirar la hora, 12:05 a.m. se incorpora sintiendo esa conocida punzada en su cabeza debido al alcohol ingerido, se levanta y dirige sus pasos hacia el lavabo, enciende la luz y se acerca al espejo; su deplorable cara sigue siendo la misma que la de su sueño, enciende el grifo y se moja la cara, alza la vista y suspira aliviada por no encontrarse con aquella oscura pintura que pintaban sus ojos.
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QUÉDATE CONMIGO 2.
FanfictionSegunda parte de QUÉDATE CONMIGO. Portada por: @GabaSantos.