MEGAN

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ASÍ, SIN MUCHO QUE DECIR, DEJO ESTO POR AQUÍ.

Se dió cuenta que era la primera vez que trabajaba con una sonrisa perfectamente dibujada, no se quejaba, agradecía esa sensación a pesar de haber metido un poquito la pata.

Desvió la mirada totalmente inconsciente al vaso desechable, esta vez de café Americano donde a su nombre le acompañaba una frase muy cursi y cliché pero joder, le encantaba las mariposas inestables que aleteaban en su estómago cada vez que leía ese ''Alycia'' a rotulador rojo y con una letra totalmente desconocida para su consciente seguida de ''Nuestro destino es Roma'' a rotulador negro cuya letra pertenecía a la culpable de sus ilusiones.

Se mordió el labio inferior atrapando una sonrisa, estaba en ese momento de auto reconocimiento llegando a la conclusión de que estaba bastante encoñada y se preguntó si de verdad todo el daño que se hizo a sí misma valió la pena, la respuesta era muy clara y es que todo eso se lo podría haber ahorrado, pero quizás, lo que vendría más adelante no habría pasado y el resultado habría sido muy nefasto.

Una ducha nunca le resultó tan caliente como la de esa mañana, ni mucho menos un desayuno tan sabroso donde sus cuerpos se vieron encontrados en una suave capa de sudor encima de aquella mesa donde el intento de desayuno se quedó solo en un intento.

Tuvo que admitir a sí misma que tenía un aguante envidiable o a lo mejor fue la ausencia de ese calor tan inexplicable dentro de su pecho que le permitió grabarlo a fuego lento en cada poro de su piel para hacerlo todo mucho más real de lo que ya era. Y la verdad le había costado horrores despedirse sabiendo que se verían en un rato pero tenía una nueva ducha pendiente y a solas saldría más fresca.

No era de vestidos para trabajar y a pesar del mal tiempo que acompañaba esta vez sus decisiones se aplicó la frase, para presumir hay que sufrir, ese día. Se decidió por un vestido blanco de tubo; que le llegaba por encima de las rodillas y le encantaba como se amoldaba la tela a la perfección a sus curvas, se veía sexy y le hacía un culo a decir verdad, jodidamente precioso. En otra ocasión, su consciente jamás le habría dejado vestirse así, iba contra su protocolo de vestimenta para trabajar, siempre optaba por lo más cómodo, más profesional y menos llamativo pero su cuerpo estaba lo suficiente animado como para querer llamar la atención de ciertos ojos océanos recorriéndole el cuerpo con determinación.

Puso un pie en la empresa y se sintió cohibida por las miradas que se llevaba con cada paso que daba, lo que hizo que acelerase su gran necesidad para encerrarse en el ascensor, eso de ser divaza llevándose las miradas y babas le ponía demasiado nerviosa aunque en el fondo... le encantaba ¿A qué mujer no le gusta que le digan preciosa con la mirada? Sonrió de lado una vez las puertas del ascensor le aisló de las miraditas, aquello de alguna manera le hacía sentirse adolescente de nuevo.

Fue tocar el picaporte de su puerta y ser llamada por Spencer informándole que Clarke quería verle nada más llegar, eso inevitablemente le hizo cosquillas en su cuerpo.

Tocó como siempre tres veces de forma suave y abrió la puerta viéndola concentrada en unos papeles.

-Llega usted tarde.-Sonrió irónica y esperó que conectaran miradas pero eso no sucedió.

-Ya es que...-Puso un tono de niña buena a medida que se acercaba a paso lento y marcado hacia el escritorio de la rubia.-Hoy me desayunaron, no tengo la culpa de tener mejor sabor que una taza de café.-En ese momento Clarke levantó la vista, recorriendo su cuerpo sin ningún tipo de escrutinio hasta toparse con una sexy y curvada sonrisa de Alycia.

-Imagino que lo habrá disfrutado.-Sus ojos azul frívolo ardía como el fuego alimentado por alcohol, arrasando cualquier tipo de existencia vival cosa que hizo que Alycia se estremeciera.-Joder, quiero follarte otra vez.-Un giro de palabras inesperadas que hizo que la boca de la ojiverde se secara en cuestión de milésimas de segundos mientras observaba como Clarke se acercaba a ella con rapidez y antes de poder decir algo, la rubia había conectado sus bocas atrayendo su cuerpo al suyo. Alycia por inercia gimió sobre su boca cuando la cálida lengua de Clarke buscó contacto con la suya haciendo el beso intenso y delicioso.-Estás preciosa.-Le susurró contorneando su cintura con sus manos en forma de caricias hasta llegar a su culo, el cual lo acarició antes de apretarlo suavemente recibiendo un suave jadeo que la hizo sonreír sobre la boca de la oijverde.-Tenemos que hablar.-Dijo rompiendo el beso pero sin soltar el agarre de su culo.

QUÉDATE CONMIGO 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora