QUÉDATE CONMIGO 2.

Pídemelo otra vez.

HEY🔥🔥🔥 HE VUELTO, PERDONARME LA DEMORA, MUUUCHAS COSAS QUE HACER
Y EL TIEMPO NO JUEGA A MI FAVOR NO ME ALARGO MÁS, DISFRUTARLO❤❤❤.

Ella no creía al cien por cien en el destino, pero le encantaba los pretextos que justificara el volver a equivocarse con una misma persona una vez más.

Podría llamarlo magia, magia a esa sensación tan insignificante que le hacía sonreír sin motivos pero que sin pretenderlo, su corazón parecía extasiado, emocionado, ilusionado cada vez que acababa sus noches pensando en ella.

Querer es poder, eso piensa. A veces, desear algo con tanta pero con tanta fuerza parecía ser suficiente para que la vida se aburriese de oír siempre lo mismo y acabara cediendo, eso no siempre funciona y los deseos acaban transformándose en sueños, pero en su caso había funcionado, a final, terminar durmiendo hablándose de ella, aburrió a la vida.

Después de sus jornadas laborales terminaba en su sofá con una manta y una copa de vino tinto mientras disfrutaba de la televisión, normalmente llegaba muy cansada, con el tiempo justo para una ducha y acomodarse en su cama mientras un libro ocupaba el sitio de la soledad, una buena amiga por cierto, o simplemente el plan de ver la televisión no le llamaba mucho la atención y prefería un paseo nocturno que acompañara sus pensamientos.

Sonreía constantemente porque era lo único que llevaba haciendo desde que escuchó aquel ''Ya no estamos juntos'' sin duda se alegró y mucho, por no mencionar el momento intenso en su despacho, el jueguecito del microondas no le hizo tanta gracia siendo interpretado por Clarke, porque no había comparación, ella había jugado con las palabras y con tontear el terreno de manera inocente, Clarke con el erotismo de su cuerpo, no había igualdad ninguna, pero fue alucinante verla así de explosiva, madre mía que sí lo fue.

Recordaba su cuerpo, el que tenía en la universidad y el tiempo no hizo más que jugar a su favor, todo su cuerpo estaba cambiado como era de esperar y mentiría si dijera que no se había fijado en el tamaño de sus pechos, prominentes y bien puestos para ser mamá y vaya mamá.

Se sentía ilusionada con Clarke, sin barreras y sin peros. Porque el hecho de que estuviera soltera implicaba muchas cosas y una de ellas era que podrían intentar volver a consolidar algo serio, se habían pasado prácticamente todos los días tonteando, con sonrisas y miradas cómplices y no es que no le gustara, porque le encantaba tener esa química y flirteo que aumentaban sus ganas de tocarse de forma mutua, pero eso no significaba que irían directo al grano, quería que las cosas fluyeran con tiempo, sin prisas.

Poco a poco las cosas se iban acomodando en su sitio, sin caos emocionales porque las tormentas ya habían pasado y parecía irreal el cómo la situación había dado un giro de 360º a su favor, el giro comenzó con Clarke matándole de forma lenta y dolorosa, porque el rechazo duele como el infierno y terminó con Clarke, mirándola con otros ojos, sonriéndole de manera que le atontaba y dejándole claro que no había otro lugar como a su lado para encontrar la paz, toda una montaña rusa de emociones, sin duda.

Tener el tonteo con Clarke inquiría tiempo y andaban con el tiempo pegado al culo para terminar el proyecto que ambas llevaban, por lo que se había llevado el trabajo a casa la noche anterior, pero se había enganchado a un programa de asesinatos en la televisión y justo esa noche había un nuevo episodio y se dijo a si misma que un poco de TV no pasaría nada, solo sería una hora nada más. Podría decir que Alycia últimamente estaba muy despistada con todo en general, menos en prestar atención en una rubia que le robaba suspiros, pero no era de extrañar, estaba emocionada y eso no se podía juzgar así por la ligera. Cuando escuchó el familiar pitido de su portátil anunciando que la batería estaba baja, por primera vez en mucho tiempo dijo cinco tacos en una sola oración al ver la hora que era, prácticamente habían pasado dos horas e iba a dar las dos menos cuarto de la madrugada, por lo que con mucho esfuerzo puso a grabar el programa antes de apagar la tele. Trabajó un poco más de hora y media porque los ojos no le dieron para más, se tumbó en el sofá solo para descansar sus ojos un rato antes de irse a la cama.