11:58 A.M.

3.9K 310 71
                                    


Tras unos pocos minutos parada al lado del arcén tratando de controlar sus emociones, vuelve a arrancar su moto decidida a ir al colegio de su hija y llevársela para pasar el resto del día. Un escalofrío recorre su cuerpo, escucha a sus espaldas unas ruedas chirriar desgastándose contra el asfalto. No le da tiempo voltear para descubrir de dónde proviene ese ruido cuando siente un fuerte impacto de su cuerpo contra el suelo, dejándola inconsciente en acto.

Abre sus ojos sintiéndose desorientada, ve la borrosa imagen de un hombre hablarle pero no llega a escucharlo con claridad. Su paladar experimenta el desagradable sabor metálico de su propia sangre consiguiendo que se asuste al darse cuenta, de que respirar se le ha vuelto una dificultad, siendo cada respiración una tortura producida por la presión de sus costillas contra sus pulmones. Tiene el impulso de girar su rostro hacia un lado, pero algo en este se lo impide.

-Escúchame.-Mira al hombre que le habla.-¿Necesito que me indiques si sientes tus piernas.-Se asusta ante esa indicación y se inclina ligeramente para mirar a su torso, a simple vista aprecia que un hueso de su brazo está al descubierto, agoniza al sentir el dolor que su anatomía comienza a sentir a mayor escala. Dentro de todo el retorcedor dolor que siente, se alivia al notar el tacto del hombre en su pierna.

-Mi...Mi...-Le duelen los pulmones al intentar vocalizar.

-No hables, concéntrate solo en respirar.-Hace caso omiso de esas palabras y vuelve a tomar una asfixiante bocanada de aire.

-Mi...hija...Quiero...Ver...a mi hija.-Súplica sintiendo el escozor en sus ojos ante la imagen de su pequeña atravesándole la mente.

-A la de tres la levantamos...-Escucha la interacción de dos voces. En el momento que la alza, puede observar al coche que al parecer ha impactado contra ella, la luna delantera de este está rota y un rastro de sangre llega hasta el inerte cuerpo de un varón que está siendo cubierto por una manta térmica, llegando a una vaga conclusión de que ha fallecido en el impacto. Alcanza ver su moto destrozada antes de que la luz artificial blanca de la ambulancia la ciegue debido a su intensidad. De inmediato le colocan una máscara de oxígeno haciendo que su actividad respiratoria pase a una más agitada y dolorosa. Intenta mantener sus ojos abiertos pero sus párpados cada vez pesan más, comienza a tener frío y eso la asusta más de lo que ya está, escucha el eco de las voces pero no entiende ninguna palabra, las múltiples fracturas que sufre su cuerpo empiezan a pasarle factura haciendo que el dolor sea más insoportable, de manera inconsciente comienza a sollozar a medida que lucha por no cerrar sus ojos, en su pensamiento su hija, es su única fuente de energía, pero todo su cuerpo comienza a ser más pesado haciendo que su esfuerzo de mantenerse despierta sean nulos y caiga en inconsciente.


XXXXXX

-¿Segura que no quieres que te acompañe?

-No Raven, estoy bien.-Le lanza una sonrisa a su amiga tratando de convencerla. Desde que salieron del departamento, Alycia no dijo nada, se mantuvo en silencio reflexionando la explicación de Raven respecto a Lexa, hicieron una parada en una cafetería por unos cafés y la gasolinera antes de dirigirse al hospital y durante todo el proyecto Raven le miraba como si Alycia de un momento a otro le lanzaría una pregunta llena de dudas, pero nada, la ojiverde había zanjado sus palabras.

-Está bien, si necesitas algo llámame.-Cedió.

-No tardaré.-Le informa abriendo la puerta.

-Tómate tu tiempo, no te preocupes.-Alycia asiente y cierra la puerta del coche de la latina, pasa por la recepción saludando a la mujer de mayor edad que la reconoce por ser hija de la doctora Britney, gira hacia la derecha arrastrando con pesadez sus pasos, su mente está en blanco, ahora solo se centra en el odioso olor a hospital que invade sus fosas nasales, avanza por el pasillo buscando la habitación de su padre, se gira para descubrir de quienes son las molestas pisadas a una escasa altura a sus espalda y observar a cuatro enfermeras/ os correr pasando por su lado hasta el final del pasillo de manera apresurada entrando por una puerta donde un cartel al lado del marco indica en letras negras y mayúsculas QUIRÓFANO. No se da cuenta de que alguien atraviesa la puerta de una habitación y se choca al darse la vuelta contra el hombro de un hombre no más de treinta años con ropa de hospital y arrastrando consigo un tripie con una bolsa de suero conectado a su brazo.

QUÉDATE CONMIGO 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora