NO ERES TÚ, SOY YO.

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Clarke faltó cuatro días aplazando toda su agenda en Polis.

Le ignoró más de veinte veces escondiéndose en casa de su madre con Lexa con la excusa de que necesitaba despejarse pero sin decir los motivos.

Salió la tercera noche a beber algo, conoció a Nicolás y se arrepentió al día siguiente.

El cuarto día se presentó en su empresa bastante ausente de sí misma, puso el pestillo en su puerta y se martilizó mentalmente por el resto de la mañana hasta que un agudo dolor le azotase la cabeza.

A media tarde estaba dispuesta a irse a su casa, pero sus dos amigas fueron más oportunas.

-¿Por qué cojones está cerrada la puerta?-Escuchó a Raven justo cuando se disponía a recoger sus cosas.-Clarke abre, temos que hablar.

Pero se dedicó los próximos cinco minutos a mirar las vistas de su ciudad. Era totalmente consciente que no estaba afrontando la situación como debía, que se había equivocado en sus decisiones y que necesitaba su espacio. 

Ser adulta no implica no equivocarse en lo más básico, la comunicación. 

-Clarke, venga abre la puerta.-Esta vez fue Octavia.

Chasqueó la lengua molesta de que nadie la dejara en paz y abrió la puerta a sus amigas. Era la primera vez que su amiga Raven le daba una mirada inexpresiva.

-¿Cómo te fue siendo cobarde?-El primer cuchillo fue lanzado, Octavia la empujó reprochando sus formas.-¿Qué? Ya es mayorcita para aceptar lo que es.

-No le hagas caso.-Octavia se sentó en un sofá junto a Raven y Clarke levantó los hombros, lo que decía su amiga no le afectaba.-¿Cómo estás?

-¿A qué juegas Clarke?¿Te haces una idea de lo que estás haciendo?-La latina no se cortó un pelo en atacarle sin un mínimo de sutileza.

-Raven tú no lo entiendes.-Sus ojos le picaban, iba a derrumbarse.

-¿Qué no lo entiendo? Debes de estar de broma.

-Raven por favor, para.-Le pidió Octavia.

-¡Maldita sea rubia! ¡Qué te lo estás cargando!

-¿¡Crees qué no lo sé Raven!?¿¡Crees que para mi esto es fácil!? ¡Yo no pedí esto, no quería esto!.

-Bienvenida a la realidad, la vida no es fácil princesa. Estas siendo una egoísta e infantil sab...

-¡Raven, calla de una vez! no hemos venido aqui a reprocharla.-La aludida abrió la boca y luego la cerró, se cruzó los brazos y se apoyó en el respaldo del sofá.-Clarke, no soy la más adecuada para decirte que hagas las cosas bien.-Miró de reojo a su amante.-Pero deberías de hablar con ella y contarle...ya sabes...

-Lo sé O...pero no se cómo hacerlo.-Ese momento empezó a llorar, se hizo pequeña y mostró su vulnerabilidad.

-En eso te puedo ayudar, empieza por decirle que te has...-Raven calló de golpe cuando la ojigrices le fulminó, levantó las manos en señal de redención y volvió a su postura inicial.-Me callo, me callo.

-Solo habla con ella, te entenderá y además, aún no sabes...

-Hablaré con ella.-La interrumpió.-Pero mañana, ahora solo quiero irme a casa.

-Tomate tu tiempo.

-No, no te lo tomes, cinco días son suficientes.-Habló la latina.-Octavia deja de mirarme así, soy su amiga y ella lo que necesita es sinceridad, no que le hable como si fuera una cría.

-Tomate el tiempo que necesites, haz las cosas bien.-La rubia se retiró las lágrimas y se levantó. 

No quería hablar más, no quería pensar, solo necesitaba dormir y olvidarse de todas las mierdas que le estaban sucediendo, Octavia y Raven se levantaron y se fueron sin decirle una palabra. Recogió sus cosas y cuando dió un paso al frente, sus ojos se toparon con los verdes tristes e incomprensibles  en la puerta de su despacho.

QUÉDATE CONMIGO 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora