BORRÓN Y CUENTA NUEVA

4.6K 309 66
                                    


Sus ojeras eran notorias bajo sus ojos, sus verdes estaban apagados, su piel comenzaba a tomar un color desgastado, su reflejo ya no era bonito y su alma, gritaba ser liberada.

El dolor era un combustible que avivaba su llama, donde partes de ella acabada reduciéndose a cenizas. Un último vistazo a su reflejo y fue oír demás, el grito desgarrador de su ser, cual la obligó a renacer de sus cenizas, como tal ave Fénix; esplendorosa e incandescente.

Fueron muchos años perdiéndose así misma, sin darse cuenta de ese gran error. Pero solo bastó mirar dos veces al espejo, para fijarse que las cadenas del pasado pesaba y mucho.

Cinco meses fueron más que suficientes para poder reconstruirse y deshacerse de sus fantasmas.

El primer mes, tuvo la libertad de tomarse un respiro y emprender un viaje a un retiro espiritual. Necesitaba paz interior, deshacerse de la deterioración emocional acumulada de años, de perdonarse a sí misma y de volver a encontrarse.

Se recuperó físicamente al segundo y tercer mes, subió de peso sin dejar de realizar ejercicios físicos, el brillo en sus ojos volvieron, cuando sonreía; lo hacía de verdad y he de añadir que la mayoría de esas sonrisas las causaba un recuerdo lleno de amor y felicidad cuyo rubia de ojos celestes, era la protagonista. Pensar en Clarke, era básicamente parte de su rutina diaria, no lo podía evitar, no después de haberla besado. No había sido un beso apasionado, pero sí lleno de amor, de sentimientos demasiados profundos cómo para sentirlos en otros labios, sí en otros labios.

Este último suceso, fue después del año nuevo; donde pasó una feliz noche con sus padres y familiares. Maia y Anya, le hicieron una visita sorpresa, se pusieron al día de las innumerables anécdotas que no fueron contadas entre copa y copa en un bar bastante animado, el alcohol por supuesto hizo su efecto y las animó a darse el lujo de unos bailes antes de finalizar la velada. Las copas siguieron presentes y el estado de ánimo de la ojiverde ya había sobrepasado a la cohibición de su persona. Bailó animadamente con personas desconocidas, hasta que se topó con una mirada felina masculina que le pidió galantemente un baile. Lo aceptó con gusto y se dejó llevar por el son del ritmo latino, el toque del chico sobre su cuerpo era delicado, nada brusco ni demandante, detalle que Alycia no pasó por alto y eso simplemente le gustó. Compartieron sonrisas animadas, algunas palabras que permitían que se conocieran lo mínimo y finalmente un beso después de tres bailes. Alycia notó por adelantado cuando se estaban despidiendo, que el moreno quería besarla pero se mantenía cortésmente alejado, sin dar el paso y respetando su persona y espacio. Ella sonrió por su obviedad y simplemente se acercó posando una de sus manos en su nuca, dándole a entender que tenía el permiso de besarla, no perdió el tiempo y la besó con paciencia y suavidad. Alycia, en el momento que el chico dió la iniciativa de profundizar el beso, se apartó, pues Clarke invadió su mente y no quería besar unos labios y sentirla a ella. Se despidió con una simple sonrisa de medio lado sin decir nada y se juntó con sus amigas en la barra quienes la observaban con interés por semejante atrevimiento.

A mitad del cuarto mes Alycia, cansada de estar metida en un hospital horas demás por su falta de actividad laboral, decidió que ya era momento de volver a trabajar. Se pensó seriamente el enviar un curriculum a una de las grandes empresas de arquitectura de Sydney, pero se echó para atrás y no porque dudaba que sería perder el tiempo el intentar entrar en ALPHA, a pesar de ser un pensamiento egocéntrico, sabía que sus posibilidades de que le admitieran eran altas al ser una arquitecta reconocida en ese ámbito laboral pero por primera vez en su vida, decidió que probaría otra cosa y esa decisión fue tomada de la siguiente manera.

-Llegas justo cuando te necesitaba.-Dice nada más abrirle la puerta a Raven.

-Hola a ti también, traigo algo de merienda.-Sonríe animada mientras se pasa al salón apoyando una bolsa en la mesilla con dos cafés grandes en vasos desechables.-Estás buscando trabajo por lo que veo.-Añade al ver una ventana abierta en la página de la empresa ALPHA el portátil de la ojiverde, quien se sienta a su lado y coge uno de los vasos de café.

QUÉDATE CONMIGO 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora