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-Estás en tu casa –dije a Hikari. Ella asintió, mientras recorría la casa con la mirada. No estaba tan ordenada como su apartamento. De hecho, estaba lejos de estar tan ordenada, pero definitivamente no estaba todo tan tirado como en el caso de su habitación. Mi casa estaba en el centro ni demasiado organizada ni demasiado desorganizada. -Creí que vivirías más lejos. -No, son solo quince minutos a pie de la escuela. No es muy lejos. Vamos a mi cuarto a dejar las cosas. Regresamos a la cocina y comencé a preparar algo de comer para las tres. No podía concentrarme sin música. Así que mientras cocinaba puse mi música a todo volumen. Hikari observaba cada uno de mis movimientos, no tenía que mirar en su dirección para saber que era así.      Podía sentir sus ojos sobre mi cuerpo. Hikari hizo un comentario sobre mi habilidad como cocinera. Me encogí de hombros. Cocinar después de la escuela era normal para mí. Cuando mamá no estaba era yo la que se ocupaba de Nina. Nina que hasta entonces había estado en su cuarto haciendo yo no sé qué, vino y se sentó a la mesa, frente a Hikari. -No te preocupes, no nos va a envenenar –dijo a Hikari. -No me importaría 13 Cuando terminamos de comer, Hikari me ayudó a lavar los platos. Luego fuimos a mi cuarto para comenzar a trabajar en el proyecto. Decidimos realizar un proyectil de agua que habíamos visto en internet, no parecía complicado. Lo utilizaríamos para explicar la tercera ley de Newton.            Dejé que fuera Hikari quien guiara la operación. Yo me limitaba a hacer lo que ella me decía. Terminamos poco tiempo después de que el sol hubiera caído. Cuando mamá llegó Nina le dijo que estaba con una amiga. Más que correr voló hasta mi cuarto. -¡Sasha, escuche que habías invitado a dormir a una amiga! Abrió la puerta de mi cuarto sin quiera golpear. -¿Qué tiene de sorprendente? Mi mamá me ignoró y se dirigió a Hikari, con una mirada de sorpresa tal que Hikari no pudo menos que echarse a reír. -Mucho gusto, soy Hikari. -Encantada, Hikari, estás en tu casa. ¿Qué estaban haciendo? -Estábamos terminando el proyecto de física. ¿Lo recuerdas? Lo mencioné la semana pasada. -Bueno, Hikari eres bienvenida. Es muy raro que Sasha traiga amigas a la casa. Tú dime si necesitas algo… Ahora que lo pienso, no lo había hecho desde que tenía nueve o diez años –su rostro adoptó un gesto ensoñador-. Cómo pasa el tiempo. En fin, voy a preparar la cena. ¿Por qué no le muestras tus fotografías? Eras tan linda cuando eras pequeña. -Hikari no quiere ver fotografías. -Me encantaría ver tus fotografías. -Dos contra uno –dijo mi mamá-. Yo se las traigo, no se molesten, chicas.

Hikari Donde viven las historias. Descúbrelo ahora