-¿Sasha? ¿Vienes o qué? –me gritó Hikari, haciéndome gestos con las manos. Dejé lo que estaba haciendo y las seguí. Sonreí a Hikari y ella me devolvió la sonrisa. “Así está bien, aunque salga herida y termine llorando, no quiero que esto acabe”, pensé. 39 Por la noche, Stephanie y Linda salieron a comprar alcohol. Vacilaron un poco antes de rebelarnos la verdadera razón por la que querían salir. Hikari tuvo que prometerles una y otra vez que no diríamos nada. Se fueron y regresaron unos quince minutos después. Había cuatro maestros que habían venido con nosotros, por lo que teníamos que ser especialmente cuidadosos de que no se dieran cuenta. Si algún maestro se daba cuenta de que estábamos tomando alcohol. Nos hubieran suspendido o peor aún, nos hubieran expulsado. El alcohol comenzó a pasar de una mano a otra. Al final Hikari se levantó y salió de la habitación, dijo que iba al baño. Todas inclinamos la cabeza y seguimos bebiendo. Unos segundos después nos miramos entre todas. En la habitación había un baño, no tenía por qué haberse ido. Me levanté para irla a buscar. La cabeza me dio vueltas. Había bebido un poco y me sentía atontada. Salí por el pasillo, no sin antes tomar la llave de la habitación. En el pasillo no había ni rastro de Hikari. Comencé a preocuparme. Si un maestro me veía, me regañaría por estar fuera de mi habitación a esa hora y si notaba que había bebido, las consecuencias serían mucho peores. Di vueltas por todos los pasillos de nuestra planta. Hikari no estaba en ningún lugar. Pensé en ir hasta la recepción y preguntar si alguien la había visto, pero eso era estúpido. No lo hice y en lugar de eso fui hasta las escaleras. Hikari estaba sentada sobre los escalones. Su bello rostro sobre las manos. Parecía desanimada 40 -Odio todo de mí –me dijo sin más -¿Eh? Su comentario me había tomado por sorpresa. Hikari parecía tan perfecta, con su cabello perfectamente liso y sus dientes blancos y alineados -¿Cómo puedes odiar todo de ti? –le pregunté. Quise agregar: “Cuando eres perfecta”, pero al final me mordí la lengua y me callé. Esperé a que ella continuara, pero no lo hizo. -¿Qué es lo que no te gusta de ti, por ejemplo? Ella lo pensó un momento. -Odio mi cara y verme al espejo y ver a mi madre y no a mí. Tampoco me gusta mi cuerpo, demasiado flaco y sobre todo tan enclenque. Parece que voy a romperme, ¿no? Tampoco me gusta mi carácter, soy demasiado sensible. Eso no es lo peor… –se calló repentinamente. Sus ojos brillaban y habían adquirido una tonalidad rojiza. Evitó mi mirada, y la centró en algún punto en el vacío. No supe qué decirle. Levanté la mano para apoyarla sobre su cabeza, pero me acobardé y no me atreví a tocarla. -No creo que sea una debilidad –dije al cabo de un rato. En realidad, no podía pensar, así que no tenía la menor idea de lo que decía o si tenía sentido o no. -Yo creo que tu misma sensibilidad es un punto a tu favor. No tiene nada de malo ser sensible. Yo creo que es lindo. No me gustaría que tuvieras el corazón de piedra. Inhaló ruidosamente y sus narinas se abrieron para dejar pasar todo ese aire extra. Suspiré por dentro. Había dicho todas las cosas que no debía. Sin embargo, Hikari rompió el silencio rápidamente. -¿Tú crees? Yo pienso que soy muy débil y dejo que los demás hagan lo que quieran. Siempre ha sido así. -¡Eso no es cierto! –me apresuré a decir.
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Hikari
RomanceHikari es una novela lésbica sexualmente explícita lo cual significa que tiene en parte contenido para adultos se recomienda discreción al leer esta novela además del carácter que tiene gracias por su atención.