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-No te odio. Quizá en el fondo esperaba una respuesta diferente. Me siento aliviada. No me odia. Entonces tengo que preguntarle algo más. Le pregunto por el beso. -¿Te gustó? Parece avergonzada. Pero me dice que sí. -¿No te dio asco? -No. Entonces es muy tarde. Sin haberme dado cuenta, terminé arrastrando a Sasha a la misma obscuridad que tanto temo. Solo que ella aún no se ha dado cuenta. ¿Qué pasara cuando por fin abra los ojos y se dé cuenta de que no ve nada? No quiero lastimar a Sasha. Es mi verdad. Pero si sigue conmigo, tarde o temprano saldrá lastimada, y entonces me odiará. Sasha interrumpe mis pensamientos. Se abalanza sobre mí. Me habla al oído. Tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no escucharla. No quiero escuchar sus palabras. Si lo hago, creeré que salir de la obscuridad es posible. Que tener otra vida es posible. Pero yo sé más. No es más que falsa esperanza. Me aferro a su brazo contra mi propia voluntad. No quiero dejarlo ir. No quiero que ella me deje ir. Quiero que me salve de la obscuridad. Quiero estar con ella así para siempre. Mi mente es un caos. Apenas puedo pensar. “Sasha, Sasha”, me muero por decir. 41 Bajamos a desayunar. Antes creí que entendía a la radiante Hikari y a la pequeña Hikari, pero ahora no estoy segura de nada. Vamos a un museo de paleontología. Tengo que separarme de Sasha. Es por su propio bien. No quiero herirla. “Rompo todo lo que toco”. “Rompo todo lo que toco”. No puedo, no quiero que Sasha se rompa. Debo protegerla de mí misma. Me alejo de ella. Pero no puedo mantenerme alejada de ella mucho tiempo. Termino regresando a su lado. Ella me sonríe. Yo también le sonrío. Todo está mal. Estoy temblando por dentro. No sé lo que me está pasando. 42 Cuando la ignoro parece de mal humor. Me parte el corazón ignorarla, pero no sé qué más hacer. Hago todo lo que puedo. Parece que mi mejor esfuerzo no es lo suficientemente bueno. No puedo ignorarla todo el tiempo. Mi fuerza de voluntad es insuficiente. Cuando el autobús sale de la ciudad, paso a un lado del asiento de Sasha. Ella duerme. Me siento a su lado. Se despierta. Me sonríe y yo también. 43 ¿Cuándo fue que empecé a necesitarla? Quizá fue en el momento mismo en que dejé de tener pesadillas para soñar con ella. Solo sé que de un momento a otro, comencé a soñar con Sasha. Sentía sus manos sobre mi cuerpo y el sabor de sus besos en mi boca. Mis sueños eran tan reales, que por un momento, cuando me despertaba me costaba trabajo diferenciar mi sueño de la realidad. No podía mostrarle esto a Sasha. Decidí que lo mejor era no hablar de nuestro beso. No podía perder a Sasha ahora. Aun así, Sasha era testaruda. Y también era torpe. Me seguía todo el tiempo con su mirada. Entre más me esforzaba por evitarla, más vehemente se volvía ella. Al final, siempre terminaba cediendo y aunque no hablábamos del beso entre nosotras. Sasha lo pensaba muy fuerte. Tanto que era como si hablara. 44 Quería contarle a Sasha la verdadera razón por la que me expulsaron. No puedo hacerlo. Deformo la verdad y el resultado es una mentira. Sasha me cree y parece indignada. ¿Cómo decirle que la culpa fue mía? No puedo decirle la verdad. “Sasha, Sasha, Sasha”. ¿Podrías comprenderlo? Quiero ocultar todo lo malo en mí. No quiero ser más que la Hikari radiante. Siento que puedo hacerlo. La pequeña Hikari está inusualmente callada. Ha dejado de llamar por su madre. Incluso ella lo comprende ahora. No se mete en mi camino. Mi mente se siente en paz cuando estoy con Sasha. Aunque no pueda decirle la verdad. Aunque le mienta todo el tiempo. Cuando estoy con Sasha siento que hay una posibilidad. Una pequeña posibilidad de encontrar más razones para vivir que para morir. 45 Me siento culpable después de mentir a Sasha. Entiendo que es el precio que debo pagar por esconder mis pecados. Ella se sienta frente a mí y comienza a dar sorbos a su jugo de naranja. -Hikari me siento muy atraída por ti. El corazón me sube hasta la garganta. “Hikari me siento muy atraída por ti”. Repito sus palabras una y otra vez en mi cabeza. Quiero tomarla de la mano y olvidarlo todo. Pero me retengo a tiempo. -¿Qué tenía el jugo de naranja? ¿Le pusiste alcohol? –bromeo. Sasha ignora mi broma. Me mira fijamente. Sus ojos buscan una especie de señal. -Es enserio. Yo también la miro. Voy a decirle que no siento nada por ella. Es el momento de salvarla. Voy a romperme el corazón y rompérselo a ella. -Yo también me siento muy atraída por ti, pero no sé si esté bien. Deberías tener cuidado.

Hikari Donde viven las historias. Descúbrelo ahora