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56 No puedo contener más la emoción que me embarga. Me lanzó a la boca de Sasha. La beso con pasión como si mi vida dependiera de ello. Quién sabe. Quizá sea así. Los labios de Sasha se entreabren y su lengua me recibe. Yo también toco su lengua. Sus manos me acarician la espalda. Le quito la blusa. Ella parece sorprendida. Tal vez asustada. Pero no me dice nada. Permanece en sostén. Puedo ver que está temblando. Quizá yo también lo haga. Debe estar confundida. Acaricio sus senos por encima del sostén. Su respiración se acelera. Esconde la cabeza en mi cuello. Le desabrocho el sostén después de un rato. Sus senos son mucho más grandes que los míos. El doble de su tamaño. Acarició la aureola y doy un leve pinchazo a su pezón. Sasha deja escapar un suspiro.      Tiene los senos sensibles como yo. Le beso el cuello, los brazos, sus manos. Ella dice mi nombre y me excito aún más. Quiero hacerla sentir bien. Dejo un sendero de besos desde su cuello hasta la parte superior de su abdomen, mientras la acaricio con mis manos. Pongo una mano para desabrocharle el pantalón. Ella pone su mano sobre la mía. Me detiene. -¿Qué sucede? -le pregunto. -Nada –me dice después de un momento. Me toma entre sus brazos. Me siento como una niña, pero la sensación no me desagrada. Nos besamos de todas formas. Ella me acaricia la cabeza y me besa las mejillas. Después de un rato termino por adormentarme. Me despierto momentos después. Dormí menos de una hora. Sasha respira lentamente, los ojos cerrados. Está dormida. La miro mientras duerme. Tiene una expresión pasible y una sonrisa sobre los labios. Me pregunto lo que estará soñando. La habitación de Sasha está limpia y ligeramente desordenada, es un poco como ella. No puedo evitar sonreír. Recuerdo el momento cuando ella vino a ayudarme a limpiar mi habitación. Ella cree que puede ayudarme con buenas intenciones. Yo pienso que las buenas intenciones no son suficientes, pero me gusta que lo intente. En este momento es todo lo que podemos hacer. Intentar. 56 -Sí, sí, ¡estás enamorada! -me grita mamá. Me cubro el rostro para protegerme. Ella continúa gritando. Está como poseída. Su peso cae contra mí. Ambas caemos al piso. Lágrimas resbalan de la mejilla de mi madre. -¿Cómo pudiste? -me dice al borde la exasperación. -¿Cómo pude? -repito mecánicamente. Los ojos de mi madre me miran reprobadores. Me siento avergonzada y quiero ocultarme. No pude ocultar mis sentimientos por Sasha, mi madre ha visto a través de mí. Me golpea el rostro, me lo araña. No puedo hacer nada. Ella ha perdido el control. No es la persona tranquila y cruel. Se ha convertido en un demonio poseído por la locura.      -¿Cómo pudiste? -lo sigue diciendo. No tengo respuesta a su pregunta. El dolor es intenso al principio, después insignificante y finalmente desaparece. Me siento fuera de mi cuerpo. Estoy viendo la escena a través de los ojos de alguien más. Mi cuerpo yace tendido, mi madre sobre mí. Aprieta mi cuello. Me despierto. No era un sueño. Era un recuerdo. El corazón me golpea con fuerza. La habitación está a obscuras. -¿Qué pasa? –me pregunta Sasha adormilada. Estiro la mano y abrazó su cuerpo desnudo. Ella sujeta mi mano. Después sigue durmiendo. Estoy temblando. Tengo que apretar los labios para detener el castañear de mis dientes. 57 La mamá de Sasha está de acuerdo. He hablado con ella. Me dice que no me preocupe por el dinero y que puedo quedarme todo el tiempo que quiera. Por supuesto, me preocupo por el dinero. Sin decirle nada a Sasha empiezo a buscar trabajos que pueda realizar después de la escuela. Lo más sencillo sería ser mesera. Tengo buena memoria y no soy torpe. Hay tanta gente que trabaja en restaurantes que no creo que sea complicado.

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