A pesar de querer sujetarla y besarla, temía la reacción de la gente, temía que nos insultaran, que nos dijeran depravadas y se rieran de nosotras, pero lo que más miedo me daba aún era que Hikari no me dejara tomarla de la mano. ¿Qué haría si ella me rechazara? Mientras caminábamos la una al lado de la otra, no podía evitar que todos esos pensamientos me asaltaran. Hice un esfuerzo para hacerlos a un lado. Hikari estaba conmigo y eso era todo lo que me importaba. 49 Jamás olvidaré la primera vez que nos desnudamos juntas. Después de haber cenado fuera regresamos a mi casa. Era tarde por la noche y estaba más nerviosa que nunca. Estaba segura de que algo pasaría. Había orado una y otra vez, pidiendo a quien fuera que escuchara, una oportunidad, un segundo, una mirada de Hikari, una caricia, cualquier especie de señal. Mi señal llegó, aunque no en la forma en que yo esperaba. Hikari salió del cuarto para buscar agua. Yo me quedé sentada sobre el borde de la cama, demasiado nerviosa para hacer nada. El corazón me latía a mil por hora y su sonido retumbaba en mis oídos, las manos me temblaban y apenas podía respirar. Incluso temí que me diera otro ataque de pánico, como el que me había ocurrido en Año Nuevo. Intenté serenarme. Cerré los ojos y comencé una cuenta regresiva de diez a cero. Cuando estaba a punto de pasar del cuatro a tres, sentí los labios de Hikari sobre los míos. Abrí los ojos, Hikari estaba parada frente a mí. Me miraba expectante, el rostro enrojecido. No entendía lo que ella quería transmitirme. No conocía sus sentimientos, pero a pesar de eso, quería comprenderla, quería saber más de ella, quería sentir la calidez de sus cuerpo junto al mío. La tomé por el rostro y la besé a mi vez, por la manera en que abrió los ojos, pude ver que la había sorprendido. Luego ambas cerramos los ojos y nos dejamos llevar por el momento. Yo no era nada más que una adolescente enamorada. Enamorada de mi mejor amiga. La besé apasionadamente, sin contenerme. La necesitaba y no quería dejarla ir. Hikari respondía a mis besos y a mis caricias con igual pasión. Sus manos sobre mi cuerpo. Mi cabeza daba vueltas. No podía respirar. Su boca sobre la mía. Iba a romperme en pedazos. Me eché a temblar. No sé si de miedo o de pura pasión y me di cuenta de que ella también temblaba. Parecía tan nerviosa como yo. Le quité la blusa y desabroché su sostén con dedos torpes. Acaricié sus senos, al tiempo que le besaba el cuello. Después recorrí con mi lengua la base de su cuello hasta llegar al abdomen. Hikari se estremeció. Había buscado toda clase de información en internet, pero nunca había sido muy buena siguiendo instrucciones. Esperaba que mi tonta cabeza hubiera retenido aunque sea un poco de información. Hikari me ayudó a quitarme la blusa y el sostén. Me lamió los senos con su lengua puntiaguda. No pude evitar que un suspiro se me escapara. Recorrí su espalda con mis manos y después me aferré a ella con fuerza. Ella me besaba y se apretaba contra mí. Sus senos me rozaban el cuerpo. No eran muy grandes, pero eran firmes y tenían una forma muy bonita. Le quité el pantalón y después la ropa interior, ella dejó escapar un “oh” y después rio por lo bajo. Planté un camino de besos desde su pie derecho hasta llegar a la parte interna de su muslo derecho y después hice lo mismo con la parte izquierda. Puse una mano sobre su monte de venus y la otra debajo de su trasero, como había leído en internet. Comencé a lamerla. Hikari contuvo la respiración.
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Hikari
RomanceHikari es una novela lésbica sexualmente explícita lo cual significa que tiene en parte contenido para adultos se recomienda discreción al leer esta novela además del carácter que tiene gracias por su atención.