-Ahhh Sasha me había dicho que tú mamá trabaja mucho, ¿no es así Hikari? –le preguntó mi mamá al tiempo que le servía más sopa de verduras. -Gracias… Así es. -¿Tiene que viajar por su trabajo? -Sí, es que mi mamá es azafata. “¿Azafata?”. Ella me había dicho que era secretaria, miré a Hikari, pero ella no miró en mi dirección ni una sola vez. -¿Azafata? Debe ser un trabajo muy interesante. A mí también me gustaría. Bueno, quiero decir, me hubiera gustado. El rostro de Hikari se ensombreció por menos de un segundo, nadie a excepción de mí que no le despegaba los ojos de encima lo notó. -Pero mamá siempre está cansada por su trabajo y la verdad apenas tiene tiempo de disfrutar los lugares que visita. Sobre todo cuando aterriza de noche y todo lo que quiere hacer es dormir. -Sí, debe ser complicado –concedió mi mamá-, no sé cómo puede hacerlo con una hija. Hikari sonrió educadamente, mi mamá pareció perderse en sus pensamientos. Después de un momento añadió. -Bueno, Hikari, puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras. Yo por mi parte te estoy muy agradecida de que seas amiga de Sasha. Si no fuera por ti, seguramente ella nunca saldría de su habitación. -No, soy yo quien debe darle las gracias a Sasha por ser mi amiga sin importar qué. Tuve la sensación de que hacía énfasis en el “importar qué”. -Y después a usted por haberla criado. Hizo un trabajo fabuloso, señora. Sasha es una persona muy linda y una gran amiga. Mi mamá se sonrojó con el cumplido. “¿Qué estaba pasando aquí?”. No entendía nada. 75 -Hikari. -¿Sí? -¿Qué fue todo eso? -¿Qué cosa? -No te hagas. Lo que pasó en el comedor, creí que me habías dicho que tu mamá era secretaria. -Ah eso. Lo que pasa es que si le hubiera dicho que era solo secretaria tu mamá se hubiera hecho toda clase de preguntas como, “¿por qué no viene a dormir a su casa?”, “¿Por qué pasa tanto tiempo sola Hikari?”, “¿Qué hace su mamá verdaderamente?” y esa clase de cosas. Si digo que es azafata es más fácil que la gente acepte el hecho de que se ausenta todo el tiempo, ¿no? -Pues sí. Supongo –había algo raro en Hikari, parecía ser la misma de siempre y eso me asustaba aún más. La gente no se recupera de la noche a la mañana, ¿o sí? Quise preguntárselo, pero entonces ella habló: -Sasha, mi mamá está en casa. -¿Eh? Creí que habías di… -No puedo regresar a mi casa mientras ella esté ahí –el tono de su voz era firme y decidido. Jamás en todo el tiempo que la conocía había visto que torciera la cara como lo hizo en aquel momento. Fue solo cuestión de un segundo y cuando parpadeé la mueca había desaparecido. -Sasha, ¿puedes abrazarme esta noche? Me volteé y la miré. -Por supuesto. 76 Hikari tomó la palabra de mi mamá de que podía quedarse todo el tiempo que quería. Pasó una semana. Incluso intentó pagarle por las molestias, como dijo ella. Claro que mamá la rechazó. Nuevamente insistió en que podía quedarse todo el tiempo que quisiera. Después de todo, la consideraba una hija también. Hikari era muy amable y seguido compraba la comida, hasta que mamá terminó diciéndole que no era necesario y que donde comían tres, podían comer cuatro.
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Hikari
RomanceHikari es una novela lésbica sexualmente explícita lo cual significa que tiene en parte contenido para adultos se recomienda discreción al leer esta novela además del carácter que tiene gracias por su atención.