Cuando terminamos de organizar sus cajones, quitamos el polvo de todos los muebles, después pasamos la aspiradora y trapeamos el piso. Nos tomó todo el día limpiar su habitación. 25 La Nochebuena era por lo general una de mis fechas favoritas. Me gustaba por varias razones, la primera es que todos parecían estar de buen humor, la segunda es que estaba de vacaciones, por lo que no tenía que preocuparme por hacer tareas o por los estúpidos exámenes y la tercera es que estaba con mi familia, las personas a las que más amaba. Bueno, quiero decir, ahora había alguien más, por lo que mi felicidad no podía estar completa sin ver a esa persona. Mamá no trabajaba durante una semana en diciembre. Me gustaba cuando estaba en la casa, porque entonces no tenía yo que ser el adulto a cargo ni ocuparme de Nina todo el tiempo. No es que me disgustara hacerlo, pero a veces lo único que quería ser era una adolescente sin responsabilidades. En Nochebuena usualmente estábamos juntas las tres, mi mamá, mi hermana menor y yo. Solo que esta vez había sido diferente, mamá invitó a uno de sus “colegas” de trabajo como ella dijo. Me bastó echarle una mirada y ver el brillo en sus ojos para saber que el tipo era más que eso. Nina aceptó el hecho con gracia. Yo me enfurruñé, pero no hice ningún comentario. No teníamos más familia más que nosotras y ahora mamá quería que la pasáramos con un desconocido al que ni siquiera había mencionado antes. 26 Mamá solía comprar comida en un restaurante italiano. También compraba una botella de champaña o de vino. Desde los diez años me dejaba acompañarla con una copa, antes de eso me daba jugo de manzana, como se lo daba a Nina ahora. El día 24 ayudé a mi mamá a limpiar la casa. Estaba acostumbrada a hacerlo sola, así que la ayuda extra de mamá fue bienvenida. Acompañamos a mi mamá al restaurante italiano a recoger la comida que había pedido por teléfono no hacía mucho. Nina traía puesto un vestido que la hacía parecer una muñeca de porcelana gigante, le gustaba verse elegante en ocasiones especiales. Yo me había conformado con unos jeans deslavados y una camiseta amarilla. De todas formas, lo que traía puesto no se apreciaba debido a mi abrigo y no me interesaba en lo más mínimo causar una buena impresión al colega de mamá. 27 El amigo de mamá llegó a las ocho en punto. Mamá se acomodó el cabello y se alisó el vestido. Antes de abrir la puerta, la vi dirigir una última mirada a la habitación, para asegurarse de que todo estuviera en orden. La puerta se abrió, pero no alcanzaba a ver a la persona en el umbral. Mamá se apartó y dejó pasar a un tipo alto, bien vestido y bien peinado. Cabe decir que me desagradó desde el primer momento en que lo vi. Había un no sé qué de artificial en él. La antipatía fue mutua, lo supe por la manera en que me miró. Aunque solo haya sido por un par de segundos, pude leer el desprecio que yo le inspiraba. Se repuso rápidamente sin que nadie más haya parecido notarlo. Se sentó a la mesa a un lado de mamá. Justo frente a mí. 28 -Tienes una casa preciosa, Dolores –le dijo- y dos hijas bellísimas también, aunque eres tú la que se roba la noche. Estás hermosa. Mi mamá se sonrojó como una adolescente. Me pareció ridículo y completamente patético que se sintiera halagada por esos cumplidos tan vacíos. Eché un rápido vistazo a Nina. Comía en silencio, lo cual era poco usual en ella.. Mamá y el tipo comenzaron a hablar del trabajo. Sonaba bastante aburrido, así que dejé volar mi imaginación. 29 -¿Sasha? –me llamó el tipo, como si yo lo hubiera autorizado a dirigirme la palabra. Salí de mis ensoñaciones, pero él tuvo que repetir su frase. -Espero que te portes bien y que no le causes muchos problemas a tu mamá. “Imbécil”, pensé -Por supuesto –respondí. -Tu mamá me decía que no tienes muy buenas calificaciones y que pasas mucho tiempo en la computadora.

ESTÁS LEYENDO
Hikari
RomanceHikari es una novela lésbica sexualmente explícita lo cual significa que tiene en parte contenido para adultos se recomienda discreción al leer esta novela además del carácter que tiene gracias por su atención.