Nathan.
Me levanto más temprano de Normal, pronto tengo a Josh histérico en mi habitación pidiéndome ayuda con su uniforme. Es abanderado y los nervios lo consumen tanto que no puede ni acomodar su chaqueta.
Me encargo de ayudarlo para que no pierda la cabeza y luego me doy una ducha para ponerme mi traje.
Los preparativos ya habían comenzado desde anoche. Mi padre también andaba enloquecido así que no me atrevo ni a decirle un "Buenos días" porque lleva los nervios de punta.
Al salir de mi cuarto me cruzo con Holt Anderson y el Cabo Philip Lewis. También van con sus uniforme bien prolijos y sus gorras en mano.
—Miller, supimos que tu hermanito será el abanderado.— dice Holt mientras comenzamos a caminar para salir del edificio.
—Oh, sí. — ruedo los ojos internamente. El perfecto de Josh. —Sí, es un orgullo, para él y para todos.
—Me imagino, es el abanderado más joven que tuvimos desde ya hace varios años.
Comenzamos a armar filas en el campo centra al rededor del mástil. Los reclutas ingresantes, los más adelantados, oficiales al mando y superiores e incluso el grupo de rehabilitación. Veo al viejo Jones pegar gritos y reprender a todo el grupo. Seguramente él es el encargado de que todos se porten como el protocolo lo indica. La verdad que quién mejor que él para mantenerlos en orden porque todo debe salir bien ante los ojos del Capitán Morgan.
La ceremonia comienza con el ruido de las trompetas y la banda. Por el medio veo venir a Josh junto con otros dos cadetes más trayendo la bandera en un perfecto rollo. Al llegar la desenvuelven con mucho cuidado y comienza a izarla mientras los demás cantamos el himno patrio.
Al terminar el Capitán Morgan hace su presentación y comienza con el discurso. Como es de costumbre sus palabras son poéticas y llenas de sentimientos en profundo agradecimiento a aquellos que ayudaron a conseguir nuestra independencia.
Casi al final diviso a Hannah. No es que resalte de manera particular por entre sus compañeros, ha sido al azar posar la mirada sobre ella. AL parecer también me está mirando.
Le guiño un ojo, sin siquiera pensarlo. Ella parece volver en sí y cambia su mirada a otro punto. Algo en su actitud me hace reír, pero me limito a guardarme todo tipo de gesto o mueca para después de la ceremonia.
Hannah es una chica muy divertida, no me parece tan odiosa como antes, es más creí que no podría tener sentido del humor. En los últimos entrenamientos suelta cosas que me hacen reír, pero se desconcentra rápido así que vuelvo a ponerme gruñón con ella para que se concentre. Es muy despistada. Siempre llega a los entrenamientos primero que yo y siempre está mirando a la nada o sumergida en su mundo, tanto que cuando llego y la saludo siempre termina por asustarse.
Supongo que se ha vuelto un poco más tratable por estos días lejos de su entorno. Aquí ha empezado a aprender cosas nuevas y puede que tal vez a salir de lo que debe ser su rutina en Las Vegas.
Se rompen filas, cada quién se va por su lugar. Como es dia libre, me vuelvo a mi habitación a cambiarme de ropa.
El almuerzo debe estar listo, a juzgar por el olor de las parrillas, hoy nos daremos un permitido. Josh me encuentra al llegar a la cafetería, se ha cambiado con unas bermudas y una camiseta roja.
Encontramos a Papá charlando con algunos suboficiales. Nos servimos la comida. La verdad me muero de hambre. ni tiempo a desayunar hubo, menos con Josh que estaba insoportablemente alterado.
ESTÁS LEYENDO
¡Señor, sí, Señor!
Teen Fiction"-¿Qué tú hiciste qué?- grito.-Estas demente, hombre." Hannah Crowell tenía la vida perfecta. Todo lo que pudieran imaginarse: Autos, motos, la mejor ropa, los mejores zapatos, un cabello esplendido y uñas largas y bien pintadas. Claro que no se pod...