Carlo viene de la calle con un par de cartas en la mano. Mamá y papá no están, se han ido a la casa de la nonna. Así que nos hemos quedado solos en casa. Cosa que aprovechamos para hacer el super batido de extra chocolate con crema y las galletas huntadas en mantequilla de maní.
Carlo y yo amamos la comida chatarra, en especial el chocolate. Así que cuando deja la bolsa de chocolates, helados y salsas en la mesa me entrega las cuentas que han dejado.
Mientras él prepara los batidos de festejo por haberme librado de la Marina, yo abro cada sobre leyendo las deudas.
Deudas.
Deudad.
Factura de luz.
Factura de teléfono.
Un sobre en color rosa sale de entre las deudas y facturas que hay.
"Para Vittorio"
—Vaya vaya, admiradoras de la Marina eh...— bromea Carlo mientras saca la licuadora y va echando bolas de helado.
Abro la carta un poco ansioso. Se que no es una admiradora. La carta con perfume seguro es de la Principessa.
Querido Vittorio, alias, mi plebeyo favorito:
La realeza se ha tomado el trabajo de enviarle este pergamino al plebeyo Vittorio Minnetti, con la finalidad de darle las gracias por su lealtad y confianza.
La Principessa Hannah, le agradece todas esas veces que estuvo para levantarla del suelo y ayudarla a seguir. Sin usted, no hubiera podido sobrevivir al calabozo.
Por esto y más lo nombran caballero de la corona.
Bueno, dejando a un lado todo el juego, de verdad te agradezco por estar para mi sin pedir nada a cambio. Eres el hermano mayor que nunca tuve, ni tendré, por eso la vida te puso en mi camino.
Como le he dicho a Morti, tal vez no vuelva, asi que aprovechó para decirte en esta carta lo mucho que te quiero y aprecio. Y tomalo como algo muy grande porque no escribo cartas a mano para nadie. Así que eres importante para mi.
La principessa se despide con un enorme abrazo y le dejo la responsabilidad de cuidar a la damisela Morticia.
Te quiero, grandulón.
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¡Señor, sí, Señor!
Teen Fiction"-¿Qué tú hiciste qué?- grito.-Estas demente, hombre." Hannah Crowell tenía la vida perfecta. Todo lo que pudieran imaginarse: Autos, motos, la mejor ropa, los mejores zapatos, un cabello esplendido y uñas largas y bien pintadas. Claro que no se pod...