La noche perfecta.

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Disimuladamente nos acercamos a donde están Nathan y el estúpido de Holt.

Dios, no puedo creer que a Morti le guste Holt.

Aunque hay que decir que Holt es atractivo, especialmente si no lo ves con esa cara de ogro que pone todos los días y su voz irritante. Y hay que destacar que sabe vestirse bien. Un punto para él.

Los dos hablan animadamente mientras sostienen un vaso de ponche. 

No podemos acercarnos como si estuviéramos en un antro común y corriente y ligar despreocupadamente. SON NUESTROS MALDITOS SUPERIORES. Pero Hannah Crowell siempre tiene un haz bajo la manga para que todo salga rendondito.

Mientras seguimos bailando, y puedo ver la cara de Morti retorcerse de los nervios, me acerco lo más disimulada que puedo a Nathan y le doy un codazo en el brazo. Él tira el ponche en su camisa y luego me mira frunciendo el ceño. Holt se toma la cabeza y lueo parece reírse por la situación. Morti sigue petrificada.

—¡Oh! Lo siento. — me hago la sorprendida y me llevo las manos a la boca.

—Cuando no, Crowell.— dice Holt en tono de burla.

Es lo más terrorífico que vi desde que estoy aquí. Holt en modo simpático.

—No importa, puedo ir a cambiarme.

Antes de que se Nathan se vaya, cruzamos miradas y le guiño un ojo para que sepa que todo esto es un plan fríamente calculado.

Holt nos mira levantando una ceja y luego mira a mi con un rostro como diciendo: Eres terrible.

—Fue sin querer.— me encojo de hombros.

Él se ríe y aprovechando de que ya pasaron unos cuantos minutos de que Nathan se fue digo:

—Iré a cambiar la música.

Tenía que dejar pasar unos minutos considerables para que no se viera tan evidente la jugada.

Morti me mira como diciendo: ¡No te te vayas perra!

—Holt ¿Me la puedes cuidar? — señalo a Morti con el pulgar.— no quiero que ningún tonto se le acerque.— ruedo los ojos.— pensándolo bien tú eres el tonto...

Niega con la cabeza.— Te salvas porque no estamos en servicio, sino te esperarían varios camiones para lavar.

—Como sea.—ruedo los ojos.— vuelvo en un segundo.

Me pierdo entre la gente y antes de salir veo como Holt le dice algo, Morti se encoje de hombros y asiente con la cabeza. Él le  alcanza un vaso con ponche y luego le pregunta algo y Morti responde y él se ríe y Morti se ríe también y ese es mi pie para retirarme y dejarla continuar.

Salgo de la sala común y comienzo a caminar para ir a la oficina de Jones, en una de esas me cruzo a Nathan y le explico porque lo empapé de ponche.

Sigo caminando pero el predio está desoladísimo. Comienza a darme un poco de inseguridad caminar sola en la oscuridad.

Llego a la oficina de Jones y tomo mi móvil para cambiar las canciones, toco un par de veces la pantalla y luego lo dejo donde estaba para irme.

Termino de cerrar la puerta y cuando me giro choco con algo o alguien, inmediatamente me hago hacía atrás asustada y con intenciones de clavarle las llaves de la oficina de Jones en los ojos sea quién sea.

Veo a Nathan reírse a carcajadas y de verdad me dan ganas de clavarle las llaves en esos avellana que tiene.

El maldito sigue riéndose de manera contagiosa y eso hace que me relaje un poco y me ría con él.

¡Señor, sí, Señor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora