POV EVEY
Me sorprendió que Jack no saltase ante mi comentario. Vamos, le acababa de llamar animal. ¿Habría asumido su condición de mono? No si, al final tendría razón. La única diferencia era que se trataba de uno cuyos secretos me mantenían en exasperante incomodidad. Ya de por si haber invadido mi intimidad desde el día cero, había supuesto uno de mis mayores sacrificios. A estas alturas, ya no pensaba tanto en ello.
Pero de lo que si no dejaba de darle vueltas era a la idea de que podría haber estado merodeando por mi cuarto y eso, no me gustaba ni un pelo.
Él se sentó con su porte habitual de despreocupación y arrogancia. Si quería comerse el mundo eso es que estaba listo para transformarse en el señor obeso. Dichoso Jack. Encima iba a pecho descubierto con simplemente un pantalón de chándal.
— Vamos, doctora "Risas"— pronunció mi apellido levantando los dedos para enfatizar el entrecomillado. — Como no me haga usted reír un poco aquí hay uno que se morirá de sueño pronto.
Caí literalmente en el sofá a su lado. Elevé una ceja ante su socarronería.
— Qué manera más fácil de terminar contigo ¿no? — dije abriendo una sonrisa de oreja a oreja. Aunque a mí ya me está bien.— Creí que tratándose del mismísimo Jack Donovan, por lo menos, me lo pondría un pelín complicado.
Le miré fijamente con mis marrones ojos, esperando alguna reacción por su parte. Levantó sus cejas cogiendo una figurita de un caballo de madera que había justo en la mesita a su lado.
— Para tu información, en estos instantes — fue hablando tranquilamente dando vueltas a la figura. Me miró a la cara. — he dejado de ser el Jack Donovan que te pone a mil.
A mí, en todas sus versiones Donovans, no me intimidaría lo más mínimo. Ni un poquito.
— ¿Ah sí? ¿Y qué Jack eres ahora si se puede saber? — me crucé de brazos esperando una respuesta.
— Pues...mejor que no lo sepas. — respondió señalándome con la cabeza del caballo y enseñándome una perfecta curvita en sus labios.
Quedaba claro que así no llegaría a ninguna parte. Oh, espera. ¿Estaba encandilándome con sus tonterías? ¿Para evitar no entrar en el tema que seguro sabría que le preguntaría? Hasta ahora debía reconocer que lo había hecho muy bien, sin que me diese cuenta.
— ¿Porqué? — preguntó más bien mi subconsciente.
— Tengo miedo de que te me lances encima.
Agarré un cojín y se lo lancé a la cara. Fuese cual fuese la clase de Jack que tenía delante de mí, seguía siendo idéntico al que conocí. De pronto, los dos nos quedamos callados pues el usurpador de viviendas no me devolvió el golpe.
— ¿Y de qué querías hablar conmigo?
Abracé un cojín como si no tuviera a nada más a lo que aferrarme. Cogí una bocanada de aire. Debía ser más astuta que él si quería información.
— Tú bien debes saberlo. — dije con voz seria. — Lo que dejamos a medias en el Mc'Donalds.
— Ah, ya. — murmuró dejando la figura en su lugar.
— Dijiste que te marcharías del piso si te daba algo que te pertenece. — repetí lo mismo que me dijo él hacía días.
Asintió con la cabeza sin abrir la boca. Proseguí.
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De porqué Jack odia a Evey © ✔️
HumorEn un apartamento de estudiantes donde ya convive una fauna humana compuesta por: Cassandra Pevensi, una zorra americana con una propensa adicción a traerse tíos a casa para saciar sus apetitos sexuales; Shui Mayamoto, un japonés casi gay que finge...