POV JACK
La voz entonada e iracunda de Evey no ayudaba a aplacar el ambiente formado en esos lavabos femeninos. Una de las presentes llevaba a sus espaldas un máster en "repelente para tíos" y la otra, una licenciatura en "inocentadas sexuales". Vamos, dos tías comunes y corrientes con las que había venido a ver una película que me estaba perdiendo. Si al principio me importaba menos entrar en el baño que la talla actual del sujetador de Norma, ahora había pasado a formar parte de mis principales preocupaciones. Chicas y más chicas entraron y se quedaron escandalizadas ante mi presencia indebida. ¿Acaso les miraba el culo? ¿Intentaba algo impúdico? No molestaba a nadie. Encima que les alegraba la vista así me lo pagaban.
Yo, evidentemente, como tantas otras veces (no sería ni la primera ni la última vez que entraría en lugares prohibidos) me recliné ante uno de los bordillos de los lavábamos y sonreí encantador a la cual más sorprendida al pasar frente de mí. Unos dedos se colocaron en la zona lateral superior derecha de mi espalda y me giré para encarar a la morena que irrumpió en mi momento de diversión.
─ Jack, sal de aquí.
¿Desde cuándo le importaba yo a Evey? Me enderecé y caminé despreocupado hacia la salida esquivando a una madre que agarraba a su hija de la mano con una bolsa de palomitas medio llena.
─ Mira mami. Un niño. ─ Me señaló la pequeña.
Con toda la soltura del mundo le removí el pelo a la hija y ella rió. No había apartado aún la mano cuando su madre tiró de la cría fuertemente como si tuviera la peste o algo. Crucé la puerta el primero. No me largaba porque me lo hubiese pedido/ordenado Rises sino por mi propio pie. Así de paso mataba dos pájaros de un tiro: no tenía que responder a su última pregunta y evitaba armar algún escándalo en ese lavabo femenino, ya que me convenía. No tenía ganas de ser el centro de atención, que no quería decir que lo desease en otras circunstancias y lugares.
Norma se adelantó y se colocó la primera de los tres, caminando a grandes zancadas hacia la sala en proyección al final del pasillo. No había vuelto a hablar, de hecho, ninguno de los tres ni nos miramos ni nos dijimos nada. Decidí no ladear mi rostro para contemplar el estado actual de mi compañera de piso. No vaya a ser que saltase con algo porque estaba al acecho con una expresión más que ceñuda. Un comentario o gesto bien podía provocar una "guerra". Los pasillos del cine habían dejado de ser sepulcrales con gente yendo de un lado para otro al terminarse algunos films.
Por culpa de su jodida relación de amistad con la morena, Norma me lo estaba echando todo a perder. Si no lo había hecho ya. ¿Qué estaría pasando en esos momentos Evey? Moría por saberlo pero más aún, donde coño guardaba ese pendrive con información detonante.
Volvimos a la sala habiendo perdido ya el hilo del argumento de la película de James Bond. Shui como bien compañero fiel, me había guardado un buen puñado de palomitas de colores. Agarré con una mano unas cuantas y me la llevé a la boca. Mientras veía disparos y derrumbes en la pantalla, ya estábamos todos sentados de nuevo. Iba a apoyarme como antes con la espalda en el asiento cuando Norma me pellizcó en el brazo.
─ ¿Estás loca? ─ solté.
─ Te lo mereces. Y shhh que cabrearemos al resto─ dijo con una mano en los labios.
Esta me iba a oír bien al salir de allí. Mastiqué fuerte las palomitas en mi boca y aguanté hasta el final de la película. ¿Cómo pudo mi hermano fijarse en esa chica? Tenía la respuesta: debía de dársele estupendamente en la cama ¿sino de qué iba a durar tanto con mi gemelo? No sabía cuánto quedaba de película per calculaba que poco menos de media hora. Al tiempo que el japonés se llenaba la boca de palomitas, mi móvil vibró en mis pantalones. Alguien o algo habían planeado que no disfrutara del cine. Para una dichosa película que venía a ver en meses... Al desbloquear la pantalla me di cuenta de que el mensaje venía de whatsapp. La primera foto en mi lista era una de aquí la morena sentada dos asientos a mi derecha, sonriendo con unas gafas encima de la cabeza. Debía reconocer que no estaba nada mal ahí.
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De porqué Jack odia a Evey © ✔️
HumorEn un apartamento de estudiantes donde ya convive una fauna humana compuesta por: Cassandra Pevensi, una zorra americana con una propensa adicción a traerse tíos a casa para saciar sus apetitos sexuales; Shui Mayamoto, un japonés casi gay que finge...