POV JACK
Una cena. Algo tan normal convertido en más que eso. Aun me seguía preguntando como personas tan peculiares, de distinta nacionalidad y personalidades bastante chocantes entre sí, habían podido acostumbrarse a aquél estilo de convivencia. Cualquier de fuera bastaba con que pasara unos minutos con ellos para asegurar con rotundidad de que alguno no tardaría en marcharse esa misma semana del piso. Pero ninguno lo terminaba haciendo. Ni siquiera yo, que ya no tenía nada que buscar en él, ni nada que me retuviese, salvo el cariño que le había cogido a ese hogar de locos.
A pesar de quejarse, de discutir casi a diario, del estrés de los estudios u las tareas domésticas, también había momentos que hacían que el día a día fuese de todo menos monótono y aburrido. Y por supuesto, gran parte de ese ambiente alborotador se debía a mi incorporación de hacia ya dos meses.
En realidad, la mayoría de cosas cotidianas que ocurrían en el apartamento eran épicas. Mentiría si pensase lo contrario. Que si bromas por allí, piques por el otro, que si Cass tira un trozo de pizza en la mano de Shui, que si Roy deja escapar un eructo y Evey y Odd le sermonean... Aquella velada estaba resultando divertida pero a la vez tensa. La presencia de mi gemelo y el asunto de la pared estaban presentes en los rostros de cada uno aunque nadie se atrevía a sacar el tema pues conllevaba una disputa asegurada.
Por la manera en que el desvergonzado de mi hermano lanzaba indirectas a la americana mientras nos comíamos las pizzas, supe que su cabeza casi rapada ya había planeaba algo. Y no se rendirá para llevarlo a cabo. ¿Sería capaz siendo "el acoplado inesperado"? No tenía más que escabullirse a su habitación y meterse entre sus sábanas. Con Cass, el sexo estaba asegurado siempre que fueses medianamente atractivo y Roy, encajaba, supongo.
Sin embargo, esa noche no me convenía que lo hiciesen. Roy y Cass podrían ser un obstáculo entre Evey y yo. Intervine astutamente cuando se empezó a hablar de los planes para el domingo.
— Recuerdo que Odd me dijo acerca de unas entradas para el circuito de los cars — tercié dando un trago a mi cerveza.
— ¡Ah, sí! — saltó dando una palmada la rubia —. Victor tiene unas cuantas— empezó a contarnos posando sus azules ojos en cada uno de nosotros —. Somos siete. Le preguntaré si tiene para todos.
— Conmigo no contéis— se excusó la francesa con una tímida sonrisa—. Tengo...tengo que terminar un trabajo. La entrega es este lunes...
Cass se volteó bruscamente hacia su compañera.
— Osea, que eso se traduce en no me apetece ir. ¿No puedes tomarte un día sin que leas o estés pendiente de tus asignaturas? Cuando acabes la carrera te pasarás largos meses de intensa búsqueda de trabajo. Cada vez veo más barrenderos con hasta dos carreras.... Tómate la carrera con más calma, cielo.
— ¡Pues no! No puedo. Para ti es muy fácil decirlo. Yo necesito tener una buena media si quiero seguir teniendo la beca ¿sabes? No como tú que como te lo pagan todo...— exclamó Odd ofendida pero alzando la barbilla después y cruzándose de brazos—. He quedado para ir a casa de un amigo y nos llevará todo el día.
Seguí comiendo mi trozo de pizza de cuatro quesos. Shui sacó otra botella de agua de la nevera y la puso en el centro de la mesa.
— Uuuuh. Esto me huele a: chico más chica, solos en un piso, igual a de-todo-menos-trabajos-con-bolígrafo-y-libretas — recitó Roy con una sesgada sonrisa levantando las cejas un par de veces.
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De porqué Jack odia a Evey © ✔️
HumorEn un apartamento de estudiantes donde ya convive una fauna humana compuesta por: Cassandra Pevensi, una zorra americana con una propensa adicción a traerse tíos a casa para saciar sus apetitos sexuales; Shui Mayamoto, un japonés casi gay que finge...