CAPITULO 27 - POSTPÉRDIDA DE VIRGINIDAD

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El gran momento se acercaba. Estaba a punto. El glande había logrado traspasar la entrada de mi sexo y se adentraba en terreno peligroso e inexplorado. Entonces, me sorprendieron unos labios justo en medio de mis dos pechos.

─ ¿Q-qué...?

Apenas podía articular palabra con las emociones a flor de piel y el corazón palpitando enloquecido; lo notaba hasta en mis sienes, profundo y alertador. Estaba incómoda pero a la vez no quería moverme de allí. Bueno sí, iba a perder la virginidad en menos de...¡Dios! Tremendamente raro era, que estaba sintiendo una protección inexplicable a su lado, esa misma que dejé olvidada en un hueco de mi cabeza cuando tuve mi última ocasión (fallida) con mi exnovio Wilson.

─ ¡Shhh! ¿Te duele? ─ ¿y tú qué crees señor desnudo?¡Soy virgen! Ah, no. Que aun no te has dado cuenta.

Jack se acercó a uno de mis oídos, callándome con una mano mientras la otra la apoyaba sobre la barra para no aplastarme con su cuerpo y penetrarme de golpe. Hubiera, no solo visto las estrellas, sino estamparme contra ellas. Aun no tenía ni el glande dentro y me estresaba.

─ Debes...debes intentar no gritar o nos pillarán. Tranquila, voy despacio ¿vale?

Sí, ya, como si fuera tan fácil. Su mano me había tapado la boca y gruñí. No sólo en protesta a su comentario sino porque aquello dolía horrores, como mil agujas pinchándome por todos los huecos de mi vagina, incluso en zonas que no había tocado nadie jamás. Empecé a temblar aunque no se apreciaba mucho por fuera ya que además estaba abierta de piernas y completamente tumbada bocarriba. Levanté las manos como pude y las coloqué firmemente sobre los hombros de Jack. Apreté un poco los dedos, volviendo a palpar esa seguridad mencionada en la que me creía estar concienzuda. Evidentemente, el moreno no se dio cuenta de ese ínfimo gesto. Estaba más ocupado en cogerme por detrás con los brazos y arrastrarme hacia él. Ni que hubiera intento huir.

Empujó un poco más y alcé mi parda mirada al techo. Ya no era placer aquello. Quería regresar a los besos, caricias y mordiscos. Demasiado bonito para ser verdad, eso sólo pasaba en las películas. Lo que mi cuerpo estaba experimentando era simplemente eso...sexo por primera vez. Evey, no esperes que sea el limbo. Era puro fuego abrasador lo que nos rodeaba y no tardaríamos en quemarnos. Empezó a desplazar su pene por mi interior sin llegar a tenerlo del todo dentro de mí (más que nada porque no cabía más). Grité pero él corrió a silenciarme con un beso arrollador. Intenté concentrarme en el juego de lenguas que en los vaivenes de nuestras entrepiernas.

─ Jaka...dojak─ balbuceé cuando separó un poco sus labios para coger aire.

Él frenó y me miró retirándome un mechón de la cara con los dedos.

─ Necesito más. ─ dijo en un instante tomándome la espalda para adentrar más su miembro en mí.

─ Jack...para para para para. ─ clamé desesperada mordiéndome el labio. ─ Me h-haces daño.

Levantó su cabeza y la colocó al nivel de la mía quedándose quieto encima mío. ¿Se habría dado cuenta ya?

─ ¿Me lo estás diciendo en serio...? ─ preguntó sobre mis labios. ─ ¿No puedes abrirte más? ─ condujo una mano a mi entrepierna y con dos dedos tanteó la parte superior de mi sexo.

Asentí con la cabeza y él alzó las cejas desconcertado aunque luego frunció el ceño y eso, me preocupó.

─ De verdad... n-no te estoy mintiendo. ─ había una pizca de su intruso arañando mi sexualidad. Todo era tan extraño, que no supe cómo describir el momento. ─ Ah. ¿Qué? ¿Qué pasa?

─ Pasa ─ apartó la mano de mi entrada ante mi quejido. ─ Esto pasa, Rises.

Me enseñó sus dedos brillantes y mojados. Al principio, dada la poca luz que entraba por los cristales de la terraza, pensé que era semen o algo así. Segundos más tarde cuando Jack chasqueó la lengua y sacudió la mano supe que no era esa clase de líquido si no otro. Sangre. ¡Sangre!

De porqué Jack odia a Evey © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora