POV JACK
A esta chica era tan fácil provocarla como un animal a un cebo. Ya podíamos haber tenido un pacto de silencio en el pasado que parecía haberlo olvidado. Como se fuese de la lengua, aquí ardería Troya. Tenerla callada me había costado un ojo de la cara ya que lo que pedía a cambio era algo que no me apetecía ofrecer por más sencillo y fácil que resultase así que tiré de mi bolsillo. Hacías días que no iba a su cama pues nuestros juegos preliminares me habían aborrecido y no iba tener sexo con ella. Tal vez en el pasado me habría lanzado como un tiburón con ella para disfrutar de lo lindo pero con la señorita Evey a pocos metros, no sé que me pasaba que no quería hacerlo con ninguna.
La exanimadora acababa de darme en el trasero con una bayeta después de preguntarle si tenía los pechos operados. ¿Qué tenía de malo ser curioso? Qué bien pegaba la tía por cierto. Y qué susceptible. Aunque puestos a elegir, prefería a Evey y sus reacciones. Cass era demasiado evidente, fácil de llevar. En cambio con la otra, a veces no sabía por dónde tiraría. Aquella mujer sabía esconderse tras un escudo pero yo se lo rompería un día de estos; nadie podía durar tanto con la misma máscara. Al fin y al cabo ya me había demostrado que era tan frágil como una gatita a su más fiel dueño cuando le acarician el lomo. Poco a poco iba conociendo sus puntos débiles y de ahí tiraría no sin antes dar con el pendrive.
─ Jack ¿Me estás escuchando? ─ habló Cass desde la estantería donde estaba sacando el polvo.
─ Perdona ¿qué decías? ─ contesté con una sonrisa ladeada.
La rubia bufó limpiándose la frente con el dorso de la mano y eso me encantó y puso cachondo a la vez. Ciertamente había tías que incluso enfadadas estaban guapas si a eso le sumaba que la americana llevaba un conjunto estrechito de tirantes y escote abierto....Además había tenido la suerte de tener bajo el mismo techo a dos de ellas. Pero no, Cass no despertaba mi todoterreno de la misma forma (por raro que pareciese pues ella era uno de mis prototipos de fémina) que...Joder, ya estaba de nuevo en mi cabeza.
─ Te estaba diciendo que podíamos poner estas copas en la mesa. Darían un toque más...uhm glamuroso ¿no crees? ─ señaló la vitrina intocable del salón después de lo que pasó en el cumple de Odd según me contaron.
Observé el cristal y luego continué barriendo.
─ Creo que las mujeres sabéis más de estas cosas─ comenté deseando terminar con la limpieza─ Pregúntale a Rises o a Bruni.
La verdad era que me traía sin cuidado aquello. Si las quería usar bien y si no también.
─ Vale. ─ respondió ella con una sonrisa saliendo del comedor. ─ Eveyyyy ─ la llamó metiendose en el pasillo.
Tras su ida, vino Shui. La zona de la barra americana estaba muy concurrida hoy por lo que podía ver.
─ No veo el mantel para las comidas especiales ─ murmuraba preocupado. ─ ¿No lo sabrás tu pol casualidad, veldad?
─ Ni idea. ─ Me encogí de hombros.
En el reloj de pared marcaban las doce del medio día. Cómo pasaba el tiempo de deprisa .Cogí el recogedor para tirar la mierda en la basura y lo dejé contra una de las esquinas de la cocina al lado de la escoba. Había terminado mi parte pero mucho me temía que quedaba bastante por hacer. Shui empezó a hacer bastante ruido removiendo un montón de cajones como si le fuera la vida en ello. Lo más extraño era que no había aparecido Evey por ningún lado. ¿Se la habrá tragado el váter?
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De porqué Jack odia a Evey © ✔️
HumorEn un apartamento de estudiantes donde ya convive una fauna humana compuesta por: Cassandra Pevensi, una zorra americana con una propensa adicción a traerse tíos a casa para saciar sus apetitos sexuales; Shui Mayamoto, un japonés casi gay que finge...