CAPITULO 17 - DON'T STOP THE PARTY

733 45 10
                                    

─ Es que...parece ser que te conoce. Que os conocéis.─ solté sin pensar en lo que hice después: pedir un cubata.

Encima el barman no sé que me vio pero me lo puso cargadito. No me paré a pensar ahora en eso. Bebí y apreté los ojos ante el escozor del alcohol con fanta por mi garganta. Jack no se inmutó por mi manifestación de algo que parecía haber estado oculto entre dos personas aparentemente desconocidas que por cosas de la vida, tenían un pasado en común. ¿Pero cuál? ¿Cómo? ¿Dónde?

─ ¿Y eso te importa?

Punto número uno: acaba de admitir que la conoce. Enarqué una ceja dejando el vaso sobre la barra. ¿A qué venía tanto descaro? Sólo estaba preguntándole.

─ Se trata de mi mejor amiga y compañera de facultad, Jack. ─ me crucé de brazos. ─ Digamos que sí me importa.

Quizás no era tanto el hecho de que se conocieran ¿o sí?. A la morena la conocí en mi primer año de facultad y también estaba en un piso de estudiantes aquí, en Barcelona y casualmente era del norte de Inglaterra. A mí me traía más de cabeza que Norma hubiese soltado ese "¡le odio!" hacia él. Había muchas incógnitas sin resolver en todo ese tema clandestino. Las desvelaría, por supuesto que sí. Costase lo que me costase.

─ Digamos que... ─ sorbió de su pajita tan tranquilo, impasible. ─ Es un tema que no te concierne. Es entre ella, mi gemelo y yo. ¿Conoces tú a mi hermano? No, claro que no, entonces yo que tu dejaría a un lado ser detective. No te pega la lupa. ─ sonrió ladeadamente. ─ Te va más el papel de chica-repelente-de hombres.

Se había puesto a la defensiva. Jack Donovan por primera vez había levantado un muro acerca de algo sobre su vida pasada. Tenía un hermano aunque eso no fue nada revelador, algo intuí cuando Norma dijo su apellido ese día. Entonces, no me molesté en indagar. Ahora me estaba pasando todo lo contrario, poco a poco, me causaba una empecinada intriga esta aura de misterio que envolvía a dos personas en mi actual vida estudiantil. Formé un puño con una mano y le di en el hombro con toda la fuerza de la que fui capaz. El golpe contenía impregnado, además, todo lo que llevaba arrastrando hacia ese espécimen de ojos azules.

─ Imbécil engreído. ─ le espeté antes de alejarme de allí como si alguien se hubiese tirado un pedo cerca.

En mitad de mi camino hacia la pista, me giré levemente. Allí seguía él. Recostado contra la barra colocando una mano en la sien haciendo un gesto al estilo militar para luego separarla en mi dirección. Le enseñé el dedo corazón y me mezclé entre los jóvenes alocados que bailaban animosamente. ¿Pero qué se había creído? Lo volvería a intentar, investigaría todo el asunto hasta obtener toda la información acerca de esos dos. Yo podía llegar a ser muy tozuda cuando quería.

Cass estaba bailando muy pegada con uno de los amigos de Victor. Éste estaba de espectador junto con otro amigo acompañado por Odd y Norma. Contemplaban con su cubata en mano a los gogos que se movían encima de una tarima casi sobrepasando la altura de nuestras cabezas. Ellas iban muy ligeras de ropa y había que reconocer que tenían un cuerpo impresionante y unas tetas dos veces las mías. Ellos sólo tapaban su abultado paquete con un tanga finísimo. Todos con un tremendo cuerpo musculado y enorme. Las strippers, lanzaban besos al aire mientras vocalizaban con sus labios la letra de la canción actual. Y los que las miraban embelesados correspondían con una sonrisa.

Me quedé empanada, detrás de mis dos amigas, observando que me había terminado mi bebida en menos de diez minutos. Por mis venas ya corría un chupito y un cubata. ¿Qué vendría lo siguiente? De pronto, Victor me encontró con sus ojos ambarinos y dejó de lado el espectáculo sensual de esos cuerpos de barbie bailando para acercarse a mí.

De porqué Jack odia a Evey © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora