capítulo : 9

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Capítulo: 9

LIZ

Siento que mi cuerpo es cargado como si de un saco de papas se tratará, los ojos me pesan, y sólo puedo escuchar la música lenta que proviene de algún lugar.  Minutos más tarde   veo que estoy en un auto, donde veo árboles que se mueven veloz mente. Mi mente procesa cada imagen rápidamente y ninguna se me hace familiar.
Tengo mucho frío.
Tengo ganas de vomitar.
Que mierda.

(…)   

—Liz...  Liz...—escucho en murmullos— está despertando--- esa voz se oye tan lejana. Pero puedo reconocerla, sé que esa vos es de Jazmín se oye preocupada. Abrí mis ojos lentamente, sé que ya no estoy en casa de Alex.
El color de la habitación es deprimente.
—¿cómo estás? — me miro de pies a cabeza para verificar que no esté lastimada.
—bien creo, ¿dónde estoy? — intente incorporarme en la cama.

—pues... en la casa de Izan— susurro, ay maravilloso.

—¿Que? ¿porqué? Ese imbécil me secuestro y golpeo—dije poniéndome de pie de un salto.
—antes que hagas cualquier cosa piénsalo—me dice— él tiene derecho de estar en todo este proceso del embarazo sabes—suspira en un tono melancólico— él, en serio estaba preocupado por ti y yo también, ya que creí que vendrías conmigo, a mi casa, pero no fue así y yo me desesperé y busqué su ayuda—dijo Jazmín quitando bruscamente las lágrimas de su rostro.
—lo siento— por no haberte llamado, pero sabes que mi madre sabría que fui a tu casa—me acercó a ella—quería que abortara y sabes que jamás lo haría— Dije tomándome de su mano.
—¿mi madre me busco? —pregunte con esperanza.
—lo siento, pero no lo hizo—
Lágrimas caen por mi mejilla sin previo aviso.
Jodida mierda

—no me preocupa—susurro— ella nunca me quiso y lo sabes bien, aunque me duele, pero no importa ¿dónde está el imbécil de Izan? —.
—abajo—suspiro— cámbiate te quiere presentar a sus hermanos son muy amigables créeme, pero...—
—¿hermanos dices? —Se que algo le pasa y estaba a punto de hablar cuando Izan interrumpe todo.
—lamento arruinar su plática, pero las están esperando—
—claro—Jazmín se levanta y se va dejándome sola con él
Jazmín no me deja sola con esta bestia

—¿cómo estás? — Pregunto

—que te importa—respondi

—Ay de mi—dijo irritado tocándose la frente— me importa mucho y no te comportes como una niña berrinchuda, cámbiate y baja por favor— sale de la habitación.
está bien haré lo que me dice, pero no sé qué ponerme ya que todo lo que tenía se quedó en la casa de Alex—Uff, muy bien, al demonio bajare en pijamas solo son personas comunes y corrientes—entro a la ducha, cuando ya estoy a medio bañarme y con el shampo en los ojos la puerta del baño se abre y es Izan con lo que creo que es mi ropa.
—¿¡Idiota que haces!?—intento tapar mi cuerpo con la cortina de baño, me arrepiento de haber dejado la puerta abierta.
Solo tenía que ponerle un jodido seguro.
—tranquila recuerda que ya te vi
desnuda, ese renacuajo no llego solo ahí —apunto mi vientre. Tenía el rostro serio.
—eres un idiota y no vuelvas a referirte como renacuajo a mi hijo—Proteste
—¿porque eres tan agresiva?, ¿Estás en tus días ?

—Estoy embarazada imbécil— hable irritada.

—¿,Y?— respondió sin más, no sabía si no había nunca a la escuela o solo se divierte conmigo —en fin, es tu ropa cámbiate y no me des problemas—tiro la ropa al suelo—ya tengo suficientes.

—imbécil—murmure, termino de ducharme, me pongo el vestido floreado junto con unas zapatillas blancas y solo trajo unas bragas” genial" estoy sin sostén ni modo.
Me quedé observando la ventana y el inmenso patio trasero que ella me permitía ver, no muy lejos se ve una puerta que desde mi punto de vista no sabía si estaba abierta o no.
Con cuidado trepe la ventana y con mucho más cuidado baje del segundo piso, no me importa si jazmín es feliz aquí yo quiero volver con Alex.

Y por fin toque suelo, la adrenalina corría por mi cuerpo a cada paso que daba corría como una maniática desesperada.
Debía volver con Alex. Pero de un segundo a otros tenía a una persona siguiendo mis pasos.

el seguía mis pasos.

—¡Liz detente ahora! — grito Izan siguiéndome.

—¡que te den! —grité más fuerte.

Iba lograrlo, cruzaría la jodida puerta, y de pronto un pelirrojo se lanzó sobre mí, tirando mi cuerpo al piso bruscamente.

Ese dolor agudo punzante que siento.
Mi vientre, fue lo primero que pensé al sentir ese dolor punzante bajo mi pierna.

un gemido acompañado de un grito de dolor.

El pelirrojo, asustado me tomo en brazos en dirección contraria donde quedaría la casa.
—¡imbécil está embarazada! —Izan llegó con una ráfaga de viento fría mientras los dos caminaban a un lugar misterioso para mí.
—¿Cómo iba a saberlo? —Se defiende
—Izan... —lo llamo aterrada—estoy sangrando...— mi voz fue débil y temblorosa.
El observó aterrado el líquido rojo que sale de entre mis piernas y manchan gran parte de los brazos del pelirrojo.
—cómo lo siento—el pelirrojo había repetido esa frase como diez veces en un minuto y yo ni podía moverme.
No tardo mucho tiempo en llegar una mujer de buen parecer, puso un suero en mi brazo y reviso mi abdomen.
Mantenía su rostro tan serio que me aferraba a creer que algo le pasó a mi bebé.  El miedo se apodero de mi.

—está muy bien— suspiró aliviada—sólo debes tener más cuidado la próxima vez. —movio aquel aparato en mi vientre.

Y así se pasó la tarde entre indicaciones e indicaciones. Y por el bien de mi bebé debía guardar reposo.

Aquel pelirrojo horas más tarde volvió a aparecer con un ramo de flores en sus manos, pero no venía sólo, venía acompañado de cuatro personas más, por supuesto ya conocía a Ethan.
Pero a los demás no.
Con forme pasaron los minutos aquellos pelirrojo resultó llamarse Iker.  Se veía gracioso e infantil, aunque tenía el cuerpo de un atleta profesional.
Más tarde conocí al rubio llamado Rafael, por lo que se es el mayor de todos aquí, el más serio y el más responsable.
Pero el que más llamó mi atención fue Patricio, cabe destacar  que es el menor de todos, llevaba unas botas militares a juego con toda su ropa negra de cuero , el pequeño aro insertado en su nariz, sus espesa cejas y pestañas, el color carbón de sus ojos lo hacían ver un chico intimidante, pero la verdad es que no es así, se portó bastante bien, y podría decir que  era el más guapo de los cinco incluyendo a Izan. Que por cierto acaba de entrar a la habitación con el rostro demasiado serio.
—si vuelves a intentar escapar— camino de forma amenazante—te irá peor que esto—apuntó donde me quedé recostada con el suero y una bata blanca.
—Izan... vete al diablo...—mostré mi dedo corazón.
—Eres muy irritante ¿lo sabías?.
—¡Y tú un maldito símio!

Fue en ese momento cuando las demás personas en el lugar empezaron con un: ¡ohhh!
—esta chica tiene más huevos que Rafael—dijo Patricio— es de las mías, dame las cinco pequeñas.

1°  Embarazada de un Narco. ©  [Completa✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora