capítulo :36

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Capítulo 36

•La gitana•

Liz

El lugar era oscuro la paredes tenían rajaduras a causa de la humedad camine por ese pasillo con un apestosos olor, la sangre putrefactas en el piso, prendas de mujeres por todas partes habitaciones con números rojos y una foto. La última habitacion llamó mi atención, la puerta estaba entre abierta, la empuje lentamente adentrándome a ella, ví a la mujer tirada en la cama en muy mal estado, me acerque más hasta qué le di vuelta.
—¡oh por dios!—Grité al ver la cara desfigurada de aquella chica, toque su pulso pero estaba muerta, gire mi cuerpo para salir del lugar y la vi.  Quede en shock, tenía la misma ropa del secuestro de  la última vez.

Encuentrame Liz—. Corrí hacia ella pero cada vez se alejaba más me fue difícil acercarme hasta que sentí que alguien me agarró y me clavo un chuquillo en mi vientre, no vi la cara de la persona pero si su figura y claramente era un hombre.

¡Noooo!—. Grité desesperada despertando del susto con la respiración agitada, me di cuenta que estaba en mi habitación sentanda en la cama con las manos temblorosas y la frente sudada.

—Fue solo una pesadilla—escuché su voz, y volví a gritar pero esta vez cai de culo al suelo.  Olvidé que se Izan quedó conmigo, se movió en la cama y estiró su cabeza para observarme burlón.

—¿estás bien?—preguntod con una sonrisa de oreja a oreja.

—Si, es solo que olvide tu presencia—.

—¿desayunamos?—

Diría que no , pero realmente tenía hambre y no tenía nada en la despensa, tampoco me quedaba mucho dinero así que acepte.
La mañana paso algo rápida, preparamos algo fácil y comestible mientras charlamos de algunas tonterías que nos ocurrió a ambos. Incluso hicimos una pequeña seción de fotos los tres juntos y a decir verdad.
Yo lo extrañaba. Aunque me negará a admitirlo en voz alta si extrañaba a Izan y a la vez podía observar la imagen de Alex en mi mente y mi confusión crecía a diario y luego recordaba a Sophia, talvez la que estaba estorbando entre Izan y ella realmente era yo. Ya me sentía poca cosas a su lado.

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—Te lo dije—hablo molesta—mira su manita, tendrá ampollitas en poco tiempo—me quejó a Izan.

—¿como iba a saber que meteria la mano justamente ahí?—reclama esté

—es una bebé, es inquieta y ya quiere gatear se lleva todo al boca y cualquier cosa le llama la atención—debati molesta

—está bien lo siento de pasada le compramos una crema para la quemadura—dice porfin.

Y bien, nuestro almuerzo fue algo espantoso debido a que Aída se quemó la mano con un poco de sopa caliente, y lloró como media hora, no se callaba con nada, tuvimos que salir del lugar ya que nos dijeron que éramos malos padres, y además el llanto era algo incómodo para los demás clientes. Ahora terminamos comiendo unos perritos calientes en medio de una plaza a plena luz del día y con un sol del demonio. Y yo tenía a un burlesco Izan pegado a mi todo el tiempo.

—No te rías idiota, todo fue tu culpa—

—también tuya por andar tan distraída, es más tu culpa eres la madre—

—¿ahora es mi culpa? Estaba bajo tu cuidado tan solo cinco minutos la dejé contigo—dijo algo molesta aún.
Estaba apunto de gritar más pero me di cuenta de que la personita a mi lado no dejaba de reir mostrando sus cuatro dientes. Los dos nos miramos  y reímos con ella.

1°  Embarazada de un Narco. ©  [Completa✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora