1° Embarazada de un Narco. © [Completa✔️]

capítulo: 20

Capítulo: 20  

LIZ
—Dana.
—No—responde Izan
—Mariana—dije nuevamente
—No—dice está vez
—Mística—dice Iker.
—ese nombre es horrible ni siquiera existe—dice Izan
—Si existe yo tenía una amiga en el colegio que se llamaba así —
Responde entre risas dándole con la almohada en la cara a Izan.
Sin darme cuenta sus labios tocan los míos haciendo que el beso sea apasionado y salvaje, pero todo fue interrumpido. Con la risa de Liam y el llanto de mi hija.
—lo siento saben cómo es mi hijo de intenso— responde Ximena con mi nena en sus brazos.
—Aída—Habla el pequeño Liam entre cortado haciendo que ese nombre me llame la atención.
—¿qué dijiste corazón? —pregunto tomándolo en mis brazos su pelo rubio y sus ojos azules hacían juego con la hermosa sonrisa en su rostro, hablaba bien algunas palabras en un mes más cumpliría sus dos años.
—Aída—responde Ximena dándome una sonrisa—es uno de sus personajes de la tv.
—me gusta—responde Izan atrás mío
—pues me gustó ayudar—dice Ximena dándome a mi pequeña Aída.
—¿por lo menos saben que significa? —se escucha la voz gruesa de Rafael que está junto a Ximena saludando con un dulce beso haciendo que Liam haga gestos de disgusto en su rostro causando risas de todos en la habitación.
—regalo, don es el significado—
—a mí me encanta ¿y a ti? —pregunto
—también, ya que nuestra hija es nuestro regaló—
La tarde fue algo agradable risas diversión llevábamos al parque a los niños, quien más disfruto Liam por supuesto ya que Aída no dejaba de llorar y me preocupaba mucho el pensar que talvez tendría algo malo. pero Ximena estaba ahí para decirme que es normal y dándome consejos de cómo ser una buena madre. Ella se estaba convirtiendo en mi nueva mejor amiga, pero nadie supera a la primera, nadie.
—¿en qué piensas? — pregunto Izan tomándome de la cintura y dejando besos cálidos en mi cuello.
—¿no lo sé, como ves nuestro futuro? —
—tu, mi hija y tal vez unos cinco niños más—
Ríe.
—gracioso—

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Sus manos suben y bajan por mi pierna, aguanto todos los gemidos posibles para que Aída no despierte, acostados en la cama, el encima mío su pecho subiendo y bajando y los besos salvajes por todo mi cuerpo.

—Tienes idea de cuánto te extrañe. De cuánto necesitaba tus labios y está piel tan suave—
Cierro mis ojos y jadeo al escuchar susurrar de manera ronca en mi oído
Sonrió y pasó mis manos por su cuello humedezco mis labios y beso su pecho cubierto por su molesta camisa.
—te amo—susurro mirando sus ojos tormenta, él sonríe y mi pulso se acelera aún más.
—te amo y te deseo aún más, como un jodido loco—Una risa suave sale de mis labios.
Bajo mis manos acariciando sus músculos llegando hasta su pantalón y su enorme bulto, sonrió con malicia, Izan eleva sus cejas.
Los besos se volvieron salvajes, de mi ropa se encargó él, dejándome en mi ropa interior, al verme solo humedeció esos sabrosos labios después solo ví que se ponía de rodillas en la orilla de la cama y agarró mis tobillos jalándome hacia el mientras que con su boca recorría mis piernas abriendo con delicadeza yo solo sentía como me lamía las bragas.
—hazme tuya—susurre— como la primera vez.

Sentí su sonrisa sobre mis bragas ya mojadas y como sus fuertes brazos se deshacían de ella, dejé escapar un gemido por qué lo que terminaba de hacer me ponía a cien. Apenas las quitó y ya tenía su hábil lengua sobre mí, el hacía círculos sobre mi clítoris y una mano tomaba mi pecho aparentándolo. Yo lo único que podía hacer era taparme la boca mientras cerraba los ojos imaginado su lengua que me hacía ver las estrellas, de pronto sentí que dejó de hacer círculos y empezó a chupar, no paraba de gemir y al parecer a él le gustaba ya que no tardó en introducir sus dedos en mi volviéndome loca.
—¿te gusta mi amor? —pregunto apenas separándose de mí.

No dije nada, pero tampoco hizo falta por qué soplo toda mi área empapada y dio paso a su feroz lengua. Yo no tarde mucho en arquear mi espalda tomando fuertemente su cabello y llegando aún placentero orgasmo.
—Eres deliciosa—lo escuché decir mientras regularizaba mi respiración.
Sentí como poco a poco fue subiendo lleno de besos por todas partes hasta quedar sin sostén empezó a acariciarlos, pero lo detuve.
—ni se te ocurra apretarlos—respondí
—no arruines el momento—respondió haciendo caso omiso a lo que le acababa de decir. Apretó uno haciendo que un poco de leche saliera directo a su rostro y yo me tapaba la boca para no reír fuerte.
—dejaras a Aída sin su alimento mañana—Reprocho.
—ni me importa aun así eres deliciosa. — Responde con malicia.
Siguió besando mi cuello y yo deslice mis manos por su espalda hasta llegar a sus nalgas y me doy cuenta de que aún lleva el pantalón. Pero no tarde mucho en desabrochados pues sino lo hacía terminaría reventado el botón con su enorme bulto entre patadas el pantalón desapareció al igual que su bóxer. Él se sentó en la cama y yo me puse a horcajadas encima de él, agarré la enorme erección y la introduje dentro mío, cuando la metí por completo Izan soltó un enorme gruñido que fue callado con un beso mío. Mientras me besaba sus manos fueron viajando hasta las nalgas.
Comenzar haciendo círculos con mi cadera, pero no aguante más necesitaba sentirlo dentro de mi mientras me moví de arriba a abajo, de él solo salía gruñidos volvió a sentarse y a cada que yo lo montaba alzaba sus caderas haciendo más fuerte el choque, yo solo gemía y jadeaba no sé cómo, pero cuando me di cuenta ya lo tenía encima mío asaltando, mi boca con su lengua mientras yo sentía como entraba y salía de mi sin piedad, el beso era extremadamente salvaje, mis uñas se encarnan en su espalda, el soltaba gruñidos y yo jadeaba pero cuando sentía que iba salir un gemido me tapaba la boca. Perdí la cuenta de cuántas embestidas daba y los dos nos dejamos ir casi al mismo tiempo yo arqueando mi espalda llegando feliz a mi segundo orgasmo y el quedando inmóvil soltando esos sexys gruñidos en mi cuello lo único que se escuchaba era nuestras excitadas respiraciones, el salió de mí y no se cuánto tiempo pasó, ya que, me quede dormida.