Recuerdos

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Recuerdo, era otro día,
era otro recuerdo sacudido
por la espesura
de los rastros lejanos.


Habitaban tantas cosas
en mi mente enardecida de nostalgias
y de gratos pasados.


Se enredaba el pensamiento
de amores infructuosos
que volaron con el viento;
de los temores adolescentes,
de los tiempos calcinados.

La esbelta mujer con ojos
color de trementina,
de sentimientos vanos.

La plácida sonrisa de una extraña,
de cabello ondulado,
de labios de sal y azúcar;
de mirada sombría,
de arrecifes ocultos con su verde marino
entre los párpados.

Recuerdos que me llegan
con su forma de acrópolis,
y me atan a las riendas
turbulentas del ocaso.

El amor y el desamor
en una aguerrida
mordida de labios.
El sismo que amortaja
la piel del corazón,
el abismo que nos llena de miedo
en cada abrazo.

Cada huella en la piel tatuada

por el llanto que el dolor cicatriza.
Cada mirada hacia atrás
desgarrando la duda de un milagro.

Y me llegan episodios
que me duelen
como un relámpago de terror
arrancando la piel de la tarde,
incinerando rezos,
descubriendo el fantasma
de las cosas vividas sin Dios,
si es ignorado.

Y me llegan sucesos alegres
de episodios amados,
como un beso infinito
que se cuece en las manos
de un ángel celeste,
avivando la música
de los tiempos lejanos,
descubriendo la magia
de las cosas que nos hablan
con silencios paganos.

Y me llegas tú. Si, tu.
Por la espina dorsal
de un beso sabio.

Un recuerdo inusitado entre susurros

del ayer y laberintos

de padrenuestros cosechados.


Siempre altiva y fulgente,

Siempre lozana y siempre...
dispuesta a calmar mi sed,
desde el pasado.

Hilos de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora